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lunes, 24 de diciembre de 2018

Grandes planes para 2019

Tras los maratones de noviembre, Nueva York y San Sebastián, estuve unos días de descanso total hasta más o menos mediados de diciembre. Desde entonces estoy ya en plena pretemporada de cara a estar bien para empezar a entrenar más en serio a partir de enero.
Tras la experiencia de correr en el maratón del Stelvio en 2018, con la meta de un maratón a más altitud de Europa, para este año toca correr el maratón más al norte del mundo en Spitsbergen.

Tengo más o menos diseñada la temporada de maratones y grandes carreras de 2019.
Para empezar, el 7 de abril estoy inscrito al Maratón de Milán. Me viene bien la fecha y me da un margen suficiente para prepararlo como para pensar en tratar de correrlo rápido, no solo con la intención de sumar un nuevo maratón. Me gustaría llegar allí con la forma a la que llegué a Berlín en 2016. Para ello, he mirado los entrenamientos que hice entonces y más o menos los voy a copiar. Salvo con unos cambios importantes.
En los últimos maratones he notado la falta de fuerza en las piernas. Y para correr bien un maratón no basta con tener mucho fondo (de eso voy sobrado), sino que también hay que tener fuerza para correr rápido.
Por eso, y con el objetivo de coger fuerza en las piernas, un día a la semana voy a meter entrenamientos de series en cuesta, con cierta dureza. Correr cuesta arriba rápido requiere de una cierta fortaleza muscular, así que me servirá para fortalecer.
Otro cambio que voy a introducir va a ser el de alternar las tiradas largas entre el asfalto llano y el monte. Esto es, las tiradas largas de los domingos las haré un domingo por asfalto alargando la distancia hasta los 25 o 27 kilómetros (no hacen falta más), y al otro domingo haré una ruta de hasta 3 o 4 horas por monte alternando la carrera con el caminar en las cuestas duras. Correr por monte, además de fondo, es un ejercicio estupendo para fortalecer toda la musculatura de las piernas y del core, y además fortalece mucho los tobillos al tener que equilibrar el cuerpo a cada zancada.
Por último, quiero retomar la bici un día a la semana. Ayuda a entrenar sin cargar tanto las piernas por correr y da fuerza en los cuádriceps. Además, la bici me encanta, pese a que últimamente no la toque mucho.
Bueno. ya veremos cómo me va en Milán con estos cambios.

El siguiente objetivo confirmado es el Spitsbergen Marathon, el maratón en la ciudad habitada más al norte del mundo, en las Isla Svalbard, a poco más de 1.000 km del Polo Norte. Será el 1 de junio, con 24 horas de luz, una temperatura media de 6ºC, y en unas islas en las que viven más osos polares que personas. Será toda una aventura. Ya estoy deseando llegar.

Después de estos dos maratones ya no tengo del todo decidido el calendario, pero estas carreras son las que más boletos tienen:


Bien. Si logro cumplir este exigente calendario, terminaría el año con otros cinco maratones (como en 2018) y con 30 maratones acumulados.
No está mal el reto. Me gusta.