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miércoles, 30 de enero de 2019

Mi nuevo libro "Correr maratones"

Pues en pocos días, a mediados de febrero, estará a a la venta en librerías mi nuevo libro "Correr maratones: de Nueva York a la cima del Stelvio".

La portada que ha diseñado la editorial es espectacular.

Es un proyecto que empezó hace casi dos años, cuando ya estaba cerca de cumplir mis primeros veinte maratones. Entonces se me ocurrió reunir en una publicación gran parte de los artículos que he ido escribiendo en este blog con las crónicas de mis primeros veinte maratones. Cuando en diciembre de 2018 terminé el maratón de Lanzarote, sumando con ello los veinte maratones, di por concluido el primer borrador del libro y se lo dejé a leer a tres amigos para que me dieran su opinión y me corrigieran lo que consideraran. Tras sus comentarios lo envié a la editorial Arcopress para proponerles su publicación, porque había decidido intentar que se publicara en la forma tradicional antes de editarlo yo mismo en Amazon, como otros libros que tengo.
La verdad es que en la editorial no acababan de convencerse. Yo les dí nuevos argumentos y a la vez iba sumando maratones y capítulos al libro.
Por fin me dijeron que sí, que se lanzaban a la piscina de la publicación. Como ya estábamos en verano decidimos esperar a que completara mis maratones de otoño y llegar así a los veinticinco, para cerrar el libro con esa cifra.
Después vino un proceso de corrección, eliminación de capítulos (salía un libro demasiado largo para la edición en papel) y diseño de portada.
Ah, y de mientras el gran Martín Fiz aceptó escribir el prólogo para el libro. Gracias Martín.
Y ahora, por fin, el libro está a puntito de salir a las librerías.
Este es el texto que acompaña a la presentación del libro:

¿Por qué correr un maratón? ¿Cuánta experiencia necesitamos para participar en uno? ¿Correr por ritmo, por pulso, por sensaciones… o por vatios? Cómo correr con frío, con calor, con viento, con cuestas, de noche… ¿Qué hay más allá del kilómetro 30? ¿Cómo preparar los viajes? ¿Cómo correr con garantías, cuidando la salud?...

Desde su gran experiencia acumulada como corredor popular y tras haber completado —por el momento— 25 maratones por todo el mundo, Javier Sánchez-Beaskoetxea pasa revista en este libro a todos los aspectos prácticos de esta pasión, su pasión, por la más épica de las carreras. 
La preparación mental y física, la técnica, las rutinas de entrenamiento, la organización de los viajes, la fuerza y apoyo que se encuentra en los grupos de runners o cómo enfrentarse a la famosa «soledad del corredor de fondo», son algunos de los temas tratados, con consejos prácticos, basados en carreras reales. 
Correr maratones es ya para el autor una forma de vida que le ha enseñado bastantes cosas, muchas de ellas aplicables más allá del deporte, como la habilidad en la planificación de objetivos, la perseverancia, la capacidad de superar obstáculos, la fortaleza o la agilidad en modificar los planes ante un imprevisto.
Así pues, aquí encontrarás técnicas, pero sobre todo el relato de la práctica real, expresada en la crónica de cada uno de los 25 maratones realizados, desde los míticos de Nueva York, Berlín o los de otras capitales, hasta el espectacular recorrido del Stelvio, en una suma de textos didácticos y divertidos, que nos transmiten toda la pasión por la más importante de las carreras.


Podéis comprarlo en preventa en la web de la editorial en este enlace de Almuzara libros.

martes, 15 de enero de 2019

Corriendo por Cádiz. Primer viaje del año.

La semana pasada tuve ocasión de hacer un viaje corto a Cádiz, una bonita ciudad en la que ya había estado otras veces. Como siempre que viajo, aproveché la ocasión para correr por nuevos lugares, ya que es algo que me encanta y que supone un maravilloso placer muy satisfactorio.

En la playa de La Caleta, antes de empezar a correr el jueves bajo una luz maravillosa.

El jueves por la tarde, poco después de llegar al hotel, me puse las zapatillas y corrí unos 9 kilómetros por la zona del paseo marítimo y me acerqué hasta el castillo de San Sebastián, que es una antigua fortaleza a la que se accede por un precioso paseo sobre un estrecho istmo.
El viernes por la mañana, con sol pero con frío, corrí 20 km en casi dos horas. Primero bajé siguiendo la larga playa de Cádiz hasta una preciosa zona de dunas y luego volví hacia el norte para dar una vuelta a la Tacita de plata antes de corretear un rato por las callejuelas de la zona antigua de la ciudad. Además, pude ver el bonito buque escuela de la Armada, el Juan Sebastián Elcano, que estaba atracado a la espera de iniciar una nueva vuelta al mundo.
En resumen, una vez más un viaje corto es una excusa perfecta para entrenar haciendo turismo.

Descansando en el paseo del Castillo de San Sebastián.


La puesta del sol en Cádiz es espectacular.








Un detalle de la ciudad hacia los abandonados del mundo.





Amanecer en la playa de La Caleta.


En las dunas.

Los ficus que hay en algunos parques son gigantescos.

Al fresco entre las calles de la ciudad.

Tras correr suave 20 km me encontré fenomenal.

El Juan Sebastián Elcano.



El edificio consistorial.

Catedral de Cádiz.







miércoles, 9 de enero de 2019

Cross Zornotza: mi primer cross

El pasado domingo, día de Reyes, corrí un cross por primera vez en mi vida. Además, fue en uno de los grandes, en Zornotza, un cross de 65 años de historia, ahí es nada, en su carrera popular de 4,7 km.
Llegando a meta, con ganas de parar.

Ya me imaginaba que me iba a resultar una carrera muy dura. Primero, porque no estoy en forma todavía y un cross de 5 km es una serie a tope de veintitantos minutos, demasiado larga. Y segundo, porque desde que a mediados de diciembre comencé con la pretemporada, tras el descanso que hice después de los maratones de noviembre, había acumulado varios días seguidos de diferentes deportes, (ciclismo, montañismo, trail y un día de series) por lo que ya llegué a Zornotza con las piernas algo cargadas.
Pero bueno, cuando el día de Navidad, en la salida en bici con la S.C. Bilbaina, Belda me comentó lo del cross popular, decidí apuntarme. Me apetecía probar y meter ya un primer día en enero exigente.
Como la carrera popular era a las doce menos diez, fui con Belda y Verónica desde Bilbao sin tener que madrugar. Hacía frío pero el tiempo estaba muy seco desde días atrás, por lo que el cross iba a disputarse sin barro. Menos mal, ya que yo no tengo zapatillas de cross con clavos y llevé las de trail, que agarran menos y pesan más.
En Amorebieta nos encontramos con más conocidos, como Iñakitxu, Josean, Adriana, Tania, Inma Ruiz y otros corredores habituales.
Tras un café, un calentamiento y un pis para soltar nervios, nos colocamos en los cajones de salida, que me recordaron a los que usan en los hipódromos para las carreras de caballos, ji, ji.
Se dio la salida y los 81 participantes del cross popular salimos como centellas. Según mi Garmin esos primero metros corrí a menos de 4 min/km, y así y todo enseguida iba de los últimos.
Sé que a Iñaki, aunque no esté en forma (como dice siempre), estas carreras cortas le gustan y las corre rápido. Y también sé que normalmente las termina más lento que al principio. Así que mi estrategia era tenerle a él como referencia. Pero nada más salir dejé de verle. Miraba para delante y no le veía. A quien sí que veía era a Belda, que iba un poco por delante de mí, así que le tomé a él de referencia.
Ya con las pulsaciones a tope (toda la carrera unas 10 pulsaciones por encima de mi umbral, resoplando) en una de las curvas oí a alguien animar a Iñaki, que iba justo pegado a mí. Bueno. Iba bien. Belda por delante se me iba muy poquito a poco y por detrás Iñaki no me pasaba. A seguir así hasta donde pudiera.
Con las zapatillas de trail no iba muy mal al estar la hierba casi seca, pero sí que notaba que los que corrían con zapatillas de clavos corrían más ligeros que yo. Solo había un charco en todo el circuito y se esquivaba bien.
Más o menos al terminar la primera vuelta de las dos que teníamos que dar, Iñaki me adelantó y luego adelantó a Belda. Eso significaba que él, por una vez, iba corriendo de manera regular y que yo iba bajando poco a poco el ritmo. Normal, el corazón me estallaba.
Cuando me quedaba menos de un kilómetro para terminar, me empezó a doler el costado, tanto que en la última de las subidas del circuito, justo antes de meta, tuve que detenerme unos pocos segundos. Pese a ello, entré en meta con un tiempo de 22:36, a 12 segundos de Belda y a 30 segundos de Iñaki. Hice el puesto 66 de 81 y me salió una media de 4:54 min/km No está mal, los pros corren por ahí a 3 mimn/km. Por lo menos no llegué el último.
Vero entró un poco más tarde y nos sacamos unas fotos antes de ir a tomar una cervecita y a cambiarnos.
En fin. Una bonita experiencia y un buen dolor de sóleos esta semana. No sé si repetiré. A mí me van más las carreras largas en las que regulas más el ritmo. Estas carreras tan cortas son demasiado explosivas para mí y son una agonía. Aunque eso sí, pero pareció muy bonita.



Al terminar la carrera.

Antes de empezar a calentar.






Verónica.

Iñaki con Adriana.

Belda.












Con Tania, tercera en féminas.