Páginas

miércoles, 29 de marzo de 2023

Maratón de Roma

Como ya dije en la anterior entrada al blog, “Todos los caminos llevan a Roma”. Y así, tras una carrera de trail (la Apuko, de 30 km), una marcha de bici de gravel (la Epic Estella), algunos entrenamientos de fondo en bicicleta y con tan solo tres entrenamientos de más de 20 km de asfalto en lo que va de año (el Medio maratón de Sevilla, una tirada de 21 km y otra de 25 km), me planté el 19 de marzo pasado junto al Coliseo romano para correr mi 36º maratón.

Pasando por la Plaza de San Pedro del Vaticano (km 17).

Roma es uno de los maratones clásicos, ya que fue escenario en los Juegos Olímpicos de 1960 del récord del mundo de Maratón para el legendario etíope Abebe Bikila, que corrió la carrera descalzo, lo que no le impidió ganar con un tiempo de 2:15:16 que, como digo, fue nuevo récord mundial de la distancia.

Yo, por supuesto, no corrí descalzo, pero a nuestro nivel de maratonianos globerillos, correr cualquier maratón es un buen logro.

Esta vez no voy a contar nada del viaje, ya que tampoco ha sido nada del otro mundo, aunque para mí era mi primera visita a la capital italiana. Tan solo pondré unas fotos en las que se ve que Roma es bonita, cosa obvia.

En todas partes se ven las iniciales del lema de la ciudad, SPQR, que responden a las palabras latinas “Senatus Populusque Romanus” (El Senado y el Pueblo romano) que hacen referencia al gobierno de la antigua República romana y que hoy se usa como emblema oficial de la ciudad de Roma.

Como curiosidad se puede señalar que la frase que Obélix dice a menudo en los cómics franceses de Astérix y Obélix, “Ils sont fous ces romains” (“Están locos estos romanos”), en las ediciones en italiano se traduce como “Sono pazzi questi romani”, jugando con las iniciales SPQR.

El maratón

Como me pasa en casi todas las carreras que corro últimamente, como no llego en buena forma (esto es, no llego en forma como para intentar ir rápido) mi objetivo era correr a un ritmo aceptable para terminar alrededor de 4:15 o 4:20. Para ello había mirado en la calculadora del potenciómetro Stryd que uso, cuál sería la potencia que podría mantener para hacer ese tiempo. Según esta calculadora, yo podía correr el maratón en un tiempo entre 4:00 y 4:10, haciendo una media de 207 w. Pero, para curarme en salud, y como me daba un poco lo mismo el tiempo en meta, miré la potencia que debía mantener para hacer 4:15, que era de 199 w, o sea, más o menos los vatios a los que corro cómodo mucho tiempo.

Así que mi liebre iba a ser mi reloj, concretamente la casilla de la pantalla que me marca la potencia. Ese dato, unido al de predicción del tiempo en meta del maratón, que también me lo da mi Garmin, me iban a servir para regularme toda la carrera.

La salida se dio puntual. A mí me tocó en la primera oleada, a las 8:04. ¡Qué necesidad de salir tan temprano! Como salíamos en cuatro oleadas, había liebres de varios tiempos en todas las oleadas, lo que al final era un lío, porque te pasaba un grupo con la liebre de 4:00 y más tarde te pasaba un grupo con la liebre de 3:50, y si no te fijabas en que no era la liebre de tu oleada, podía llevarte a confusión. Por eso prefiero llevar mi propia liebre en el reloj y combinarla con las sensaciones que me esté enviando mi cuerpo a cada momento.

Por cierto, el viernes, en la Feria del Corredor, me encontré con una de las liebres oficiales, la de 2:50, un chico de Valladolid, Jaime, conocido como “yonki del running” que corre tropecientos maratones al año como liebre a altas velocidades. Un crack, y además muy simpático.

Con Jaime.

El recorrido hace una especie de ocho por la ciudad, pasando cerca de algunos monumentos, aunque como vas corriendo entre mucha gente, tampoco aprecias bien la ciudad. Solo reconocí el paso por la plaza de San Pedro en el Vaticano y la Plaza de España.

No es un recorrido cómodo, ya que hay algunas cuestas y bastantes tramos por calles de adoquines. De todas formas, las cuestas son bastante suaves, sobre todo para los que corremos trail y entrenamos por zonas de cuestas, y los adoquines son muy regulares, por lo que no hay que estar preocupado de mirar dónde pisas para no torcerte el tobillo.

Jaime me había advertido el viernes de una de las últimas cuestas en el km 30, pero me pareció muy suave, ya que sería como medio kilómetro al 2 o 3%. Nada del otro mundo. Eso sí. Justo ahí vi a un corredor tirado en el suelo al que le estaban haciendo un masaje cardiaco. Espero que se recuperara.

Inicio de la cuesta del km 30, en la Vía dell'Agonistica, que me recuerda a mi blog de ciclismo "El Col del Agonistic".

Yo no me encontré bien hasta pasado el medio maratón. No sé por qué, pero corriendo despacio no me iba el cuerpo. Era como si aún estuviera dormido. Tal vez me faltó tomarme un café para espabilarme más. Se me hizo largo el primer medio maratón e incluso en el km 10 pensé que tal vez no iba a terminar la carrera, ya que me encontraba como apagado y además me empezaron a doler los gemelos de la pierna derecha, que se me agarrotaron tanto que tuve que parar a estirarlos un poco. Por suerte luego se me pasó el dolor y ya no tuve más molestias. 

Pasé el medio maratón en 2:09:41, cinco minutos largos más lento que en mi último maratón, en Valencia en diciembre, pero poco después ya empecé a encontrarme algo mejor. Pude acoplarme varios kilómetros a un grupo con unas liebres, y poco después ya empecé a calcular que tal vez podría hacer el segundo medio maratón algo más rápido que el primero, lo que me dio algo de motivación extra.

Llegué a la cuesta del km 30 y la pasé mucho mejor de lo esperado. Ya desde ahí fui manteniendo bien el ritmo y veía que iba a bajar de 4:20 y que estaba con posibilidades de correr el maratón en negativo, esto es, de forma progresiva corriendo más rápido la segunda mitad que la primera.

Ya en los últimos 6 o 7 km mantuve e incluso subí un poco el ritmo, ya sin ninguna parada ni en los avituallamientos, y llegué a la recta de meta muy entero, terminando a poco más de 5 min/km. Prueba superada. Al final hice el tiempo que esperaba, 4:17:52, y corrí el segundo medio en 2:08:11, un minuto y medio más rápido que el primer medio maratón. Contento. Comparado con Valencia, hice casi el mismo tiempo final, pero corriendo muy regular. Allí, por dolores en la rodilla, el segundo medio se me fue a 2:12:43.

Mi recuperación de la carrera fue tan buena que al día siguiente no tenía apenas molestias en las piernas y podía bajar las escalera corriendo. Y seis días después, pude completar bastante bien una salida de 210 km en bicicleta.

Ahora a seguir manteniendo la forma para el Maratón de Biarritz el 7 de mayo.

Datos:

Puesto: 6.586 de 13.482, por delante del 51% de todos los corredores. (Por cierto, con el mismo tiempo en Valencia hice el puesto: 18.092 de 22.018 finishers, o sea, que solo quedé por delante del 18% de los corredores).

Tiempo total: 4:17:52

Pulso medio: 138 ppm

Potencia media: 196 W

Cadencia media: 185 ppm

Por tramos:

Km

Tiempo

Ritmo

Potencia

0-5

0:29:17

5:51

203

5-10

0:30:29

6:05

197

10-15

0:30:40

6:07

193

15-20

0:30:13

6:02

192

20-25

0:31:23

6:06

190

25-30

0:30:37

6:07

197

30-35

0:31:33

6:18

191

35-40

0:30:21

6:04

196

40-meta

0:12:16

5:30

212

Total

4:17:52

6:06

196

Primer medio maratón: 2:09:41

Segundo medio maratón: 2:08:11

Últimos 6 km sin ninguna parada a 5:46, 145 ppm y 202 w.

Últimos 3 km a 5:35, 145 ppm y 208 w.

Último km a 5:10, a 149 ppm y 220 w.


Fotos de la carrera:














Fotos de la ciudad: