Hoy tenía pensado hacer una última salida suave para relajar las piernas tras el masaje de ayer y tener el cuerpo listo para el Maratón de Burdeos que correré mañana por la tarde-noche. Será mi décimo maratón y el tercero de este año, pero el primero que voy a correr a esas horas en las que normalmente me entra ya el sueño y me voy temprano a la cama.
Al final, lo que iba a ser un paseo cómodo sacando unas fotos por el bidegorri de Sodupe, se ha convertido en una incómoda carrera ya que ha empezado a llover según iba hacia allí en el coche y ya no ha parado.
Bueno. Por lo menos he podido correr casi media hora tranquilo, como tenía previsto, y sí que he sacado unas fotos, pero al final la máquina de fotos se ha mojado y ha dejado de funcionar.
Las fotos no han quedado como quería, pero jugando un poco con el Photoshop he podido obtener algunas que me dicen algo.
Bueno. A ver mañana qué tal se me adapta el cuerpo a la nocturnidad y alevosía (además puede que llueva) y al tercer maratón en tres meses.
Ya os contaré.
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