El equipo, poco antes de la salida.
Aprovechando el buen tiempo y que tenemos casa en el pueblo fui con mi mujer el sábado para no tener que madrugar el domingo. Ella tomó parte en la marcha corta (unos 10 km) y yo, como he dicho, iba a hacer el trail largo (casi 20 km). No estoy en mi mejor forma después de mi maratón de Berlín hace tres semanas, pero el domingo pasado ya corrí 20 km (incluso apretando los últimos kilómetros) y no pensaba que iba a tener problemas para terminar esta carrera.
Pero...
Poco antes de salir nos dijeron que se iba a dar una vuelta neutralizada al pueblo antes del inicio real de la carrera. Y cuando se dio esa salida "neutralizada" la gente, como es habitual en estas carreras de montaña en la que la participación no es demasiado grande, salió como alma que lleva el diablo.
Cuando terminamos esos 700 metros "neutralizados", que además al principio eran en subida, yo ya iba casi el último del todo, con malas sensaciones y mis pulsaciones estaban anormalmente altas. Yo quería haber corrido gran parte de la carrera a unas pulsaciones controladas, sin pasar de mi umbral de 137 ppm, y resulta que en el primer kilómetro casi no me bajaban de 155 ppm, y eso que iba casi cerrando el pelotón.
Primer kilómetro "neutralizado". (Duyos fotografía).
El primer kilómetro, con subidas, lo hice en 5:17 y ya veía que me iba a costar completar la prueba mucho más de lo que había pensado. Cuando ya entramos en el camino de monte, donde hay varias cuestas cortas pero duras, solo tenía a dos corredores por detrás, y los que me precedían se me iban alejando más y más. Me esforcé en estabilizar el pulso y en coger un ritmo llevadero con la idea de acabar el recorrido sufriendo lo menos posible, pero luego pensé que era una tontería. Notaba algo de fatiga por Berlín y el sábado que viene voy a ir al Medio Maratón Zubiri-Pamplona, que es en asfalto y en terreno descendente, así que comprendí que lo mejor era no seguir forzando para no generar un cansancio mayor al cuerpo y dejarle recuperar del maratón en condiciones.
Llegué al cruce donde el recorrido largo se separaba del corto. Me paré un momento para decidir qué hacer. Por el corto tenía una buena cuesta para alcanzar la carretera y luego seguía subiendo fuerte por el monte.
Al final seguí un poco el recorrido largo hasta abandonarlo un poco después y salir a la carretera sin tanto desnivel. Luego ya tomé la carretera de vuelta a Lekeitio, unos cinco kilómetros cómodos y seguí trotando por ella hasta el pueblo para completar 11,3 km a 6:03 de media.
Pulso de la carrera. Como se ve claramente, la salida me mató.
¿Qué me pasó? Buena pregunta. Yo creo que ha sido una combinación de varios factores, a saber:
1.- Todavía estoy sin recuperar del todo del Maratón de Berlín y no puedo pretender salir cuesta arriba a ese ritmo en una carrera de monte de 20 km.
2.- Como pensaba hacer la carrera a ritmo tranquilo desde el principio, pues no calenté. Ya sé, un fallo.
3.- En la carrera éramos pocos (menos de 150 participantes), por lo que, al contrario que en la mayoría de las carreras de asfalto, no había un grupo grande de corredores de ritmos tranquilos con los que hacer un pelotón trasero. Prácticamente de salida iba solo y de los últimos del todo.
4.- Yo tengo una espondilitis psoriásica, que además de bastantes molestias y dolores de espalda y en algunas articulaciones que me fastidian de vez en cuando (y que me han apartado del ciclismo, que es mi deporte), a veces me genera un cansancio que me dura unos días, y justo esta semana he tenido uno de estos episodios.
En fin. Que sea por lo que sea hay que saber escuchar al cuerpo y en esta ocasión creo que tomé la mejor decisión. Espero descansar bien esta semana y el sábado en la Zubiri-Pamplona espero poder correr al ritmo que yo quiero sin sufrir. El recorrido es por asfalto y bajando todo el rato salvo al final, a la entrada a Pamplona por donde se corre el encierro de San Fermín. Mi idea es hacerlo en plan entreno de fondo tranquilo. Veremos.
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