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domingo, 24 de mayo de 2015

A veces soñar me da dolor (de piernas)

Pues es cierto, me encanta soñar con lo que me gustaría hacer en el futuro. Siempre lo he hecho y creo que lo seguiré haciendo. Además, tengo la suerte de que algunos de los sueños que he tenido los he podido cumplir. Otros nunca los cumpliré, pero no me importa, solo son sueños.
Cuando era niño recuerdo que a veces soñaba con algún amigo que de mayores iríamos a Canadá, al Lago Athabasca, a vivir en la naturaleza salvaje de ese país que suponíamos que era el más maravilloso del mundo por sus paisajes. Nunca he estado en Canadá.
También soñaba con ser un rudo marino como el Capitán Chimista, ese personaje de las novelas del mar de Pío Baroja, y que recorrería el mundo navegando y viviendo aventuras. Luego fui marino un tiempo y he cruzado el Atlántico y otros mares varias veces en un gran barco.
Y también soñaba que sería un gran novelista como lo era el propio Pío Baroja. Y sigo soñando con ello (y escribiendo algo de vez en cuando para ver si me acerco un poco a este sueño).
Otro de mis sueños era el de subir al Everest alguna vez. Nunca lo haré (tengo miedo a las alturas), pero sí que ascendí al Toubkal (el monte más alto del norte de África) y otras montañas más fáciles.
También soñé alguna vez en correr un maratón, y ya llevo once. Y soñé con correr el Maratón de Nueva York, y pese al Sandy en 2012, lo pude hacer en 2013.
Por último, el año pasado soñé con correr cinco maratones en cinco meses y solo me queda uno en junio para lograrlo.
Hace unas semanas empecé a soñar con subir mi puerto favorito, el Tourmalet, corriendo, y ayer empecé a entrenar ya pensando en julio, durante el Tour de Francia, que es cuando lo intentaré hacer.
Y por eso me duelen las piernas hoy.
Ayer un amigo mío cumplió también un sueño. El del Reto Everest que consiste en acumular en un solo día en bici el desnivel del Everest, o sea, casi 8.850 metros. Lo hizo en el puerto de Erlaitz, en la carretera que va de Irun hacia el Castillo del inglés. Él lo subió 21 veces y media en algo más de 150 km de bici. Yo, para animarle y para empezar a preparar mi subida al Tourmalet, me acerqué hasta allí y lo subí dos veces corriendo. Son 4 km a una media del 10% con rampas de hasta el 15%.
Y por eso hoy me duelen las piernas.
Sí. Soñar puede hacer que nos duela algo de vez en cuando, pero no soñar sería mucho peor, sería como estar muerto.




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