Muchas gracias desde aquí para México.
Vas a correr el Maratón de Nueva York y cancelan la carrera: ¿Qué haces? Escribir una novela.
Imagina que llevas toda la vida queriendo correr el Maratón de Nueva York. Imagina que por fin un año lo ves posible, te encajan los días de vacaciones, has ahorrado y te apuntas a un viaje a Nueva York para hacer realidad, por fin, tu sueño.
Imagina que llevas un año pensando en ese viaje. Imagina que has entrenado y has preparado con cariño una camiseta con la que vas a participar, has pensado en cómo vas a vivir ese día, cómo vas a disfrutar de la entrada en la meta de Central Park.
Imagina que llegas cargado de ilusión. Imagina que el viernes por la mañana recoges emocionado tu dorsal junto a cincuenta mil corredores de todo el mundo.
Imagina cómo te sientes. No cabes en ti de gozo. Solo quedan unas horas para salir del Puente Verrazano mientras escuchas a Frank Sinatra cantando a su ciudad, a tu ciudad, porque ahora ya Nueva York es parte de ti.
Imagina.
Y ahora imagina que ese mismo viernes por la tarde te dicen que se ha cancelado la carrera por las consecuencias de una tormenta tropical a pesar de que durante toda la semana han repetido que la carrera se va a hacer.
Imagina qué pensarías, qué sentirías, cómo reaccionarías.
No. No insistas. Es imposible imaginar eso. Yo no lo imaginé. Yo lo viví en 2012.
Corriendo por Manhattan el día del No-Maratón
En la meta. Tuve que esperar un año más para pasarla.
Esto fue lo que escribí en mi blog entonces:
“El instante en que me lo comunicaron, cuando regresaba al hotel tras dar una vuelta por la ciudad y haber cogido mi dorsal por la mañana, fue como una catarata de emociones y sentimientos que recorrió todo mi cuerpo en dos segundos. El primer segundo fue pensar que me estaban gastando un broma, y en el siguiente segundo, tras ver en los rostros de la gente que no era ninguna broma, mi mente pasó de pensar que qué le íbamos a hacer, que no había nada en nuestra mano que cambiara la situación, a pensar una alternativa y que el año que viene ya tenía una excusa para volver a NY”.
Y eso es lo que hice. ¿Acaso podía hacer algo más?
Pues algo más sí que pude hacer.
Efectivamente corrí otro maratón tres semanas después y sin dudarlo un instante me apunté al mismo viaje para 2013. Era algo que tenía que hacer.
Y regresé a Nueva York en 2013 y corrí, por fin, el Maratón de Nueva York, el maratón en el que más he disfrutado de los trece que llevó completados hasta hoy.
Y toda esta aventura de varios años me inspiró para algo más que para correr maratones. Me inspiró una novela en la que el protagonista vive la misma frustración que yo tras la cancelación de la carrera, pero decide asesinar al alcalde de la ciudad para vengar la afrenta que hizo a los participantes. La novela se titula “42,2 Muerte en Central Park”.
Sí. De un hecho tan triste como quitarle el caramelo a un niño cuando está ya a punto de tocarlo con su lengua, surgió algo de lo que me siento orgulloso. Una novela negra, una novela de redención, de venganza, de amor,…
Hace unos días, en un periódico español salió una crítica de la novela que decía: “’42,2 Muerte en Central Park’ habla de una aventura que transforma, por su nivel de exigencia, la vida de quienes la llevan a cabo. El autor consigue transmitirnos, a través de su protagonista, los gozos y las sombras de esa carrera de larga distancia e, incluso, convencernos de que el carácter forjado en el sacrificio que comporta puede conducir a la asunción de una misión justiciera. La novela, con maneras de ‘road movie’ y acentos de realismo mágico, rompe el desarrollo lineal habitual del género policiaco y se vuelve mucho más compleja al alternar diferentes escenarios físicos y temporales, y establecer, en última instancia, una sutil correspondencia entre ese carácter moldeado en el esfuerzo físico y mental, y el viaje alucinado de un hombre que imparte una suerte de ley natural por la América profunda”.
Como veis, tal vez nuestra preparación de cara a vencer a un maratón nos ayuda también a vencer cualquier obstáculo que la vida nos presenta, como es el hecho de ir a Nueva York y asumir la cancelación de una carrera tan deseada.
Sí. Nueva York, su maratón, tiene una importancia grande en mi vida. Hace muchos años que soñé en correr por sus barrios, un sueño que estaba allí latente en mi interior. Luego se reavivó y lo tuve que alargar un año más de lo deseado. Y más tarde, gracias a esta novela, lo he vuelto a soñar muchas veces. Y de ahí el nombre del blog en el que plasmo mis vivencias como maratoniano: El sueño de Nueva York (http://elsuenodenuevayork.blogspot.com.es/).
Seguid soñando. Vuestros sueños se pueden hacer realidad.
Página web de la editorial Sb&ebooks: http://www.sb-ebooks.es/l/42-2-muerte-en-central-park/
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