Ya os comenté que entre mis objetivos para el Maratón de París, en el que participaré por primera vez el próximo 3 de abril, estaba el siempre ambicioso reto de hacer Mejor Marca Personal (sub 3:39).
Pero desde que a primeros de enero empecé ya los entrenamientos de forma más intensa, tras los kilómetros rodados en diciembre como rodaje previo, apenas he podido entrenar una semana con fundamento por culpa de una molestia que me empezó a la altura del tobillo del pie derecho y que no se termina de quitar.
Tras varias visitas al fisio, al médico y al masajista, parece que por fin hemos dado con el origen del problema: mis plantillas personalizadas se han debido de gastar y ya no me corrigen de forma adecuada la pisada, no ya solo al correr, sino al caminar con el calzado de calle.
Así que hice una visita a Podoactiva, donde me las hicieron hace ya unos tres años, y efectivamente, me las tienen que modificar para reforzarlas y que el tobillo no se meta tanto hacia dentro, ya que eso es, según todos los indicios, lo que tira del tendón del tibial posterior, que es donde tengo la molestia (que por ahora es solo molestia y no lesión, por suerte).
La buena noticia es que ya sabemos la causa y podemos poner remedio. La mala es que hasta el viernes que viene no me dan las plantillas retocadas y luego, además, necesitaré unos días de adaptación, por lo que por delante tengo otro par de semanas, si todo va bien, sin poder exprimirme lo que me tocaba exprimirme para entrenar para intentar esa MMP en París.
Por tanto, salvo que en las semanas que me van a quedar para entrenar con normalidad mejore mucho mi forma, me parece que no me va a dar tiempo de preparar en condiciones el Plan A, que era esa MMP, y pasaré el Plan B al primer plano.
El Plan B, como es lógico, no es otro sino terminar el maratón disfrutándolo lo más posible y sin problemas, que casi estaba a la par en importancia con el Plan A, pero me hacía ilusión entrenar pensando en esa marca.
Y si el Plan A finalmente desaparece, y el Plan B se convierte en el A, es necesario tener un Plan C para que pase a ser el B (en qué lío me he metido de letras).
Bueno, pues no pasa nada. En septiembre voy a correr el Maratón de Berlín. En mi planificación anual inicial este maratón lo iba a correr sin mirar el reloj. Pero depende cómo me tome al final el de París, igual paso el objetivo de MMP a Berlín, que además es más llano.
Lo malo es que entonces la parte más dura de los entrenamientos me coincide en pleno verano.
Bueno. Sin agobios. Ya iré viendo cómo discurre la temporada. Por ahora a esperar a solucionar el problema del tobillo.
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