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jueves, 8 de febrero de 2018

El estado de flujo al correr

"Cuando una función física normal, como correr, se desempeña según un diseño social, un escenario con metas y con reglas que ofrece desafíos y requiere de habilidades, se convierte en una actividad de flujo. Correr solo, contrarreloj, correr en competición o –como los indios tarahumara de México, que recorren centenares de millas en las montañas durante ciertos festivales– agregando una dimensión ritual a la actividad, convierte el simple acto de mover el cuerpo a través del espacio en una fuente de la retroalimentación compleja que provee la experiencia óptima y agrega fortaleza a la personalidad. Cada órgano sensitivo, cada función motora, puede involucrarse en la producción de flujo."
Este párrafo está sacado del libro del psicólogo húngaro (de apellido impronunciable para mí) Mihaly Csikszentmihalyi Flujo. Una psicología de la felicidad. En este libro se introdujo por primera vez el concepto del flujo como el estado mental en el que nada nos cuesta. Según Csikszentmihalyi, es “el estado en el cual las personas se hallan tan involucradas en la actividad que nada más parece importarles; la experiencia, por sí misma, es tan placentera que las personas la realizarán incluso aunque tenga un gran coste, por el puro motivo de hacerla”.
Correr en estado de flujo es lo más parecido a alcanzar el nirvana (bueno, lo supongo).

Csikszentmihalyi señaló diferentes elementos que facilitan el que una persona llegue a dicho estado mientras realiza una actividad, como son: tener claros los pasos a dar hacia el objetivo, recibir una respuesta inmediata a cada acción, mantener un equilibrio entre nuestras capacidades y nuestros retos, evitar las distracciones, no preocuparnos del fracaso, que el tiempo parezca distorsionado y que la actividad sea un objetivo en sí misma.
No sé vosotros, pero yo he experimentado muchas veces este estado de flujo. La mayor parte de las veces haciendo deporte, en la bicicleta o corriendo, y casi siempre que lo he vivido ha sido en actividades de largo recorrido, como en rutas largas de ciclismo, en las tiradas de fondo mientras preparo un maratón o durante un maratón.
No me he drogado nunca, pero pudiera ser que cuando entras en estado de flujo las sensaciones corporales sean similares a las de estar bajo la influencia de ciertas sustancias, tanto por la sensación placentera que experimentas, como por la facilidad con la que todo discurre durante esos minutos.
Las cosas más o menos suelen ocurrir como os explico a continuación.
Estás inmerso en una larga tirada de dos o más horas preparándote para tu siguiente maratón. Es un día de los que te sientes en forma, con sensaciones buenas desde el principio. El tiempo es agradable. No hace mucho frío ni mucho calor; no hace viento ni llueve. Llevas ya una buena parte del recorrido completado sin ningún problema ni estímulo que te distraiga de tus pensamientos. Solo estás tú con tus pensamientos, corriendo a tu ritmo, sin preocupaciones, sin que el mundo te moleste. Vas fácil.
De repente, sin saber bien cómo, te das cuenta de que algo te ha ocurrido. Ya no sientes los kilómetros, ni te pesan las piernas, ni tienes que concentrarte en respirar, o en mantener el ritmo. Tu cuerpo está corriendo solo, como si no fuera tuyo, y piensas que podrías seguir así por siempre, sin llegar nunca a tener que detenerte.
Yo suelo decir en esos momentos que estoy corriendo con el “piloto automático” encendido. Ya no corro yo. Corre mi cuerpo por mí. Y noto que no me costaría nada hacerlo durante el resto de mi vida.
Si este estado de flujo me aparece en medio de un maratón, eso es lo mejor que me puede pasar, pues es como si ya no estuviera en esa carrera, como si a los kilómetros de mi maratón le hubiesen eliminado esa parte en la que no estoy allí corpóreamente. La pena es que este estado no me suele durar demasiado tiempo, ya que alguna distracción, como otro corredor, un avituallamiento, un coche que pasa, etc., me saca del ensueño de correr en automático y vuelvo a tener consciencia de mí mismo. Por desgracia.
Pero, ¡ay! ¡Qué dicha es sentir el cuerpo fluir mientras pasan los kilómetros y los minutos con tanta facilidad! ¡Quién pudiera controlar la mente de forma que fuera capaz de entrar en este trance a voluntad tantas veces como quisiera!

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo. A nivel de la fisiología del deporte se equipara a ese punto en el que el motor de glucógeno está gastando energía en la misma medida en la que el sistema digestivo le provee de nueva energía que hemos ingerido. Naturalmente esto requiere de mucho entrenamiento, de adaptar los ritmos, en definitiva de estar en forma. Cuando vas "sin sentir", cuando vas con el piloto automático... Ya no hace falta nada más, verdad?

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