Páginas

jueves, 26 de abril de 2018

Y vuelta a los entrenamientos

Como os comenté en la última entrada, este mes de abril me he dedicado a entrenar suave para recuperar la pequeña anemia con la que volví del Maratón de Barcelona del 11 de marzo.
Han sido unas semanas corriendo a días alternos a pulsaciones controladas y sin meter ni series ni tiradas muy largas, para no gastar mucho, y a la vez aumentando la ingesta de hierro algo más de lo que suelo hacer habitualmente (hacer deporte gasta mucho).
Este pasado lunes repetí los análisis y he mejorado bastante, ya casi en mis valores normales de hematimetría y metabolismo férrico (que no suelen ser muy altos).
Y como test, y a sugerencia de mi médico Joseba Barrón (Senkirol), ayer por la tarde hice un entrenamiento exigente con tres series de 10 minutos en cuesta, viendo cómo me respondía el pulso y la recuperación.

Pues bien. El resultado fue muy bueno. Ya puedo afrontar con garantías las ocho semanas que me quedan para llegar lo mejor posible al exigente Stelvio Marathon que correré el 16 de junio en Italia.

El test de ayer consistió en lo siguiente:
-Calentamiento, corriendo suave unos 22 minutos (iba a ser algo más pero empezó a llover).
-Tres series de 10 minutos cuesta arriba intentando mantener mi potencia en el umbral, unos 241 w.
-Entre cada serie recuperaba otros diez minutos bajando al trote al punto de inicio. El primer minuto, nada más terminar la serie, lo hacía caminando para ver le recuperación del pulso en un minuto.

Los resultados fueron muy buenos. En las tres series completé exactamente la misma distancia (1,7 km), empezando y terminando en el mismo punto en las tres. No acusé el esfuerzo en la tercera.
Los vatios que moví fueron similares. Y lo mejor: la recuperación R1 en el primer minuto fue casi la misma en las tres, unas excelentes -37 pulsaciones recuperadas en un minuto.

- 1ª serie: distancia 1,7 km, vatios medios 251, pulso medio 144, terminando a 149 ppm. R1 caminando -37 ppm
- 2ª series: distancia 1,7 km, vatios medios 247, pulso medio 146, terminando a 153 ppm. R1 caminando -36 ppm
- 3ª serie: distancia 1,7 km, vatios medios 228 (me falló el potenciómetro y marcó datos muy fluctuantes), pulso medio 149 (hasta que me di cuenta de que los vatios marcaban mal apreté más que en las anteriores series), terminando a 155 ppm. R1 caminando -37 ppm

Bien. Estos datos, junto con los resultados de los análisis del lunes, los datos de mi pulso matinal (que ya se ha normalizado en unas 47 ppm) y las sensaciones que estoy teniendo me hacen ser optimista de cara a poder hacer unos buenos entrenamientos hasta la carrera italiana y así poder terminarla con salud y disfrutándola.
Sigo con la idea de no competir hasta entonces para no forzar más de la cuenta. Como mucho, igual participo en un trail no muy largo que hay en Gernika justo dos semanas antes del Stelvio Marathon. Ya veré.

miércoles, 4 de abril de 2018

No perder de vista el objetivo

Como ya os comenté en la anterior entrada, después del Maratón de Barcelona me encontraba un poco cansado y me han encontrado algo de anemia.
Esta mañana he pasado una prueba de esfuerzo que me ha confirmado lo que ya sospechaba por las sensaciones de mi cuerpo estos días: la anemia me ha dejado un poco peor de forma que lo que sería normal.
Los datos de fondo y potencia son algo más bajos que lo esperado, pero sin ser del todo malos: 54,07 ml/kg/min de VO2 máx y 141 ppm en el Punto de Conconi, a 5:30 min/km. La potencia máxima mantenible, sin embargo, está algo mejor que otras veces: 160 ppm a 256 w a 4:30 min/km.
Las gráficas de ritmo, pulso y potencia de la prueba de hoy.

Sí que me ha empeorado sensiblemente la recuperación cardíaca, 30 ppm, que es algo más lenta que lo habitual y también la recuperación de la tensión arterial tras el esfuerzo es más baja que lo que me suele marcar siempre.
La anterior prueba fue en septiembre. Desde entonces he corrido los maratones de Valencia, Lanzarote y Barcelona. Antes de enfermar con la bronquitis que me hizo llegar mal a Barcelona, estaba en bastante buena forma, con lo que los datos de febrero seguro que eran mucho mejores que estos.
Bien. Con estos datos queda claro lo que tengo que hacer de ahora hasta el 16 de junio, fecha de mi participación en el Stelvio Marathon, un maratón muy duro de montaña con meta en la cima del Passo dello Stelvio, a 2.757 metros de altitud.
En principio, la planificación de la temporada que me había hecho desde el Maratón de Barcelona hasta el Stelvio incluía el Maratón de Martín Fiz el 4 de mayo, como una tirada larga de calidad, y también tenía previsto participar en algún trail y algún medio maratón.
Pero ahora toca actuar con inteligencia. Las anemias, aunque sean pequeñas, tardan en recuperar. Por lo tanto, y como el objetivo importante es el Stelvio, no voy a correr ninguna carrera hasta entonces. Muchas veces vamos a las carreras sin estar bien preparados con la idea de correrlas como un entrenamiento. Pero es muy difícil correr una carrera como entrenamiento y no gastar más de la cuenta. Y en lo que respecta a las anemias, lo que no hay que hacer es gastar. Toca recuperar a ritmos suaves, aumentar la ingesta de hierro y procurar gastar poco. Y en una carrera, quieras que no, gastas siempre.
Durante el mes de abril haré entrenos a bajas pulsaciones, alternando días de carrera de hasta una hora sin pasar de 134 ppm con días de reposo. Los domingos haré salidas de trail suaves de hasta dos horas. Y a finales de mes repetiré los análisis para saber si este plan da el resultado deseado y en mayo puedo hacer entrenos de más calidad.
Cuando alguien quiere hacer, como yo, varios maratones al año, no debe perder de vista cuáles son los objetivos importantes. Y si, como en este caso, surgen imprevistos, hay que saber readaptar los planes y renunciar a los premios pequeños para conseguir el premio gordo.
Por cierto, espero que el 16 de junio se haya ido toda esta nieve, je, je,