martes, 6 de diciembre de 2022

Maratón de Valencia 2022

Tan solo cinco semanas después de la carrera de 50k del Maratón del Cuerpo de Marines de Washington, me he vuelto a poner un dorsal en un maratón, mi 35º, en Valencia, donde ya corrí en 2017 Maratón Valencia 2017.

Una meta más.

No he llegado muy fino. Las dos semanas posteriores al 50k estuve muy cansado, pero más por el viaje y no dormir bien que por los 50 km. Luego he ido mejorando, haciendo algunos entrenos de series de calidad y la carrera Santurtzi-Bilbao del domingo 27 de noviembre con buenas sensaciones. Pero en esa carrera, y en alguno de los entrenamientos, empecé a notar dolor en la rodilla izquierda, mi rodilla mala que tengo operada desde hace muchos años y en la que tengo un área con condromalacia grado 4/4. Normalmente la tengo controlada potenciando la musculatura con la bicicleta y algo de gimnasio, pero llevo meses sin tocar un gimnasio y en el último mes apenas he salido en bici por el viaje a Washington y por el mal tiempo.

Acabando la Santurtzi-Bilbao el domingo anterior.

Así que iba a Valencia con cierto temor a que el dolor me amargara el final del maratón. Pero, curiosamente, sí que me ha amargado el dolor de rodilla el final, pero no el dolor que esperaba ni en el lugar que esperaba, sino en otro sitio.

Bueno. Vamos allá.

Viajé a Valencia el sábado a primera hora. Recogí el coche de alquiler en el aeropuerto, fui a ver la Feria y a recoger el dorsal, y luego dí un paseo por la zona de las playas del sur de la ciudad. En la playa del Saler me tomé una cerveza y comí allí mismo en un restaurante a pie de playa un rico arroz a banda y unas verduras a la plancha. Se estaba estupendamente al sol junto a la mar.

Con el dorsal.

Luz del Mediterráneo.

Arroz a banda.

Después fui al hotel, en Manises, a descansar. Por la tarde no hice nada más que comprar algo para desayunar temprano en el hotel y cenar algo pronto para ir a la cama lo antes posible.

Ya por la mañana desayuné lo mejor que pude y fui en coche a la salida. Según iba para allá, cayeron cuatro gotas, pero luego el tiempo fue bueno. Aparqué el coche cerca de la meta, tomé un café y a esperar mi turno de salida en el cajón de las 8:45.

Los primeros kilómetros transcurrieron sin novedad. Salí un poco más rápido de lo que había previsto pero luego ya empecé a regular el ritmo objetivo y los vatios que quería llevar. Mi idea era terminar entero en 4 horas y 15 minutos aproximamente, sin forzar la rodilla y sin generar fatiga.

A mitad de carrera, me pasó un corredor que me saludó y me comentó que me seguía en Instagram (mi cuenta @javi_maratones). Me hizo ilusión, ya que me dijo que yo era un ejemplo para muchos. Pues muchas gracias, Israel (creo recordar que ese era su nombre).

Hasta el km 10 fui más o menos bien, pero a partir de ahí me empezó a doler la tripa, lo que hizo que no corriera a gusto hasta bien pasado el medio maratón. Por suerte, el dolor se fue pasando y la molestia de la rodilla no daba señales de vida. A seguir corriendo. No iba del todo bien, pero no me podía quejar demasiado.



Hacia el km 25 me alcanzó Javi, de Munabi. Tampoco él iba super y estaba intentando mantener un ritmo para asegurarse el acabar sin caminar. A partir de ahí fuimos pasándonos el uno al otro sucesivamente. Cada uno con su sufrimiento, con sus sensaciones y sus pensamientos, dándonos ánimos el uno al otro cada vez que nos adelantábamos. Me hubiese gustado llegar con él a meta, pero la última vez que le adelanté ya se quedó atrás hasta el final.

Desde el km 32, más o menos, y cuando ya parecía olvidado el dolor de tripas, me empezó a molestar y doler la rodilla. Pero no en el punto donde yo esperaba que me doliera, sino en la parte de atrás de la rodilla, como por el tendón que sube al isquio. El caso es que cada vez me dolía más y ya tuve que empezar a caminar algunos tramos, haciendo movimientos en la pierna que me aliviaban un poco. Los útimos kilómetros los tuve que hacer corriendo a ritmo ligero, con el que me dolía menos que yendo suave, y alternando con algunos metros de caminar y mover la pierna.

Ya en el último kilómetro, vi entre el público al entrenador Imanol Loizaga, que había ido a acompañar a algunos de sus corredores de su grupo QTENTA ("Que tus excusas no te alcancen") con los que entrena en Bilbao todas las semanas. Me dio muchos ánimos y con la alegría de verle, y con ciertas penurias por el dolor, ya entré en la alfombra azul que da paso a la ansiada meta que crucé por 35ª vez contento y sonriendo, como siempre se merece un maratón.

Recogí la medalla, me saqué un par de fotos y no pude esperar a la llegada de Javi poque tenía prisa en coger el coche, llegar al hotel a ducharme antes de la hora que me habian permitido hacerlo, y luego correr a entregar el coche para ir al aeopuerto.




Una nueva medalla maratoniana.

Lo mejor de la carrera: el circuito; mucho público casi todo el rato que animaba bastante; la meteorología; el ambiente;...

Lo mejorable de la carrera (para mí): no daban ninguna prenda o capa para abrigarse tras pasar la meta; en la feria te entregaban el dorsal al principio y la camiseta ya fuera del recinto, con lo que no te puedes sacar la foto clásica con la camiseta y el dorsal en el panel de la carrera, como hacemos muchos siempre; también, tras la meta te entregaban la medalla ya fuera de la zona de meta, con lo que no puedes sacarte la foto típica con la medalla y el arco de meta detrás; la feria me pareció más modesta que en 2017; me gustaba más dónde estaba antes la meta.

Balance del año 2022 maratoniano:

Marzo: Maratón de Bilbao. Lo corrí mal, con dolor

Junio: Maratón de Tórshavn (Islas Feroe). Mucho mejor. Lo terminé muy bien.

Octubre: 50k del MCM: bastante bien.

Diciembre: Maratón de Valencia: regular.

Siguiente maratón: Roma en marzo.

Datos:

Puesto: 18.092 de 22.018 finishers

Puesto categoría M55: 925 de 1.226 finishers

Tiempo total: 4:17:03

Pulso medio: 137 ppm

Potencia media: 195 w

Por tramos:

Km

Tiempo

Ritmo

Pulso

Potencia

0-5

0:28:32

5:42

134

207

5-10

0:29:16

5:51

136

205

10-15

0:29:52

5:58

132

198

15-20

0:30:13

6:02

136

195

20-25

0:30:55

6:11

136

193

25-30

0:31:11

6:14

138

192

30-35

0:32:11

6:26

138

187

35-40

0:31:01

6:12

142

192

40-meta

0:13:52

6:19

143

190

Total

4:17:03

6:06

137

195

Primer medio maratón: 2:04:20

Segundo medio maratón: 2:12:43

domingo, 6 de noviembre de 2022

50k del Marine Corps Marathon.

Con dos años de retraso, por fin pude viajar este año de nuevo a Washington DC para correr mi segundo 50k del Marine Corps Marathon, el Maratón de los Marines. En 2015 corrí el maratón y me encantó. Por eso, cuando vi que en 2019 iban a organizar por primera vez una carrera de 50k junto al maratón, no lo dudé y me inscribí.

Por culpa de una lesión, no pude prepararlo bien y se me hicieron muy largos los últimos 12 km, que los tuve que hacer más caminando que corriendo. Así que pensé que debía volver de nuevo al año siguiente para intentar hacerlo mejor.

Con la medalla en la meta.

Pero, claro, en 2020 no pudo ser. Me inscribí de nuevo para 2021, pero tampoco se pudo viajar a los EE.UU. y además a última hora cancelaron la edición en vivo, así que me pasaron la inscripción para 2022, eso sí, tras pagar 80 dólares por transferir la inscripción ;-(.

Y por fin, la semana pasada volé a NY y tras pasar un día en la Gran Manzana que tanto me gusta, ya fui en tren a la capital del país y corrí la carrera. Luego, una última noche de nuevo en NY y vuelta a casa con la mochila llena de nuevas experiencias y sensaciones.


El viaje

Antes de ir a la carrera, os resumo aquí con unas fotos el viaje, que ha sido perfecto, con buen tiempo y muy aprovechado.

Tras llegar a NY el jueves, por la tarde fui a ver, una vez más, la mejor vista del atardecer en NY desde el Rockefeller, el Top of the Rock. Merece mucho la pena subir allí a ver la puesta del sol, ya que en la terraza superior no tienes un cristal que te fastidie la vista y ves todo Manhattan. Sobre todo es bonita la vista hacia el sur, con el Empire State Building en primer plano. Una gozada si el tiempo acompaña.


A la izquierda, el nuevo edificio One Vanderbilt, donde está el espectacular mirador Summit.

Tras no dormir mucho, el viernes por la mañana fui a correr un poco por Central Park, donde ya estaban instalando la meta del Maratón de Nueva York, que se corre el domingo siguiente al de Washington.

La meta del Maratón de NY.

Times Square por la mañana.

Luego cogí el tren y llegué a Washington para comer. Un paseo por la tarde por el Mall y recogí el dorsal en la Feria del Corredor, donde pude confirmar que soy el único corredor de España que ha corrido este 50k. Ni en 2019 ni en 2022 ha habido ningún otro.


Un esquema hecho con Lego de la Blue Mile.
Junto al Capitolio


Bonitas casas en Capitol Hill.


Por cierto, como anécdota os cuento que en un grupo de FB de la carrera puse una foto con mi dorsal y con el comentario de que era el único de España en participar y una chica con nombre español, Araceli, comentó mi foto y me dijo que me había visto en la Feria. Pues al día siguiente, cuando volvía al hotel tras correr un poco por la mañana, justo al paso por la línea de meta, esa chica se cruzó conmigo y se paró a hablarme. Resulta que es de origen mejicano, aunque vive en Washington. Su apellido de casada es vasco, porque su marido es de origen vasco. Qué casualidad encontrarme con ella, que también corría el 50k.

El sábado, como he dicho, corrí un poco por el Mall al amanecer, descansé, di un paseo y comí algo antes de que llegaran mis amigos Juan y Linda, con los que regresé a la Feria, ya que querían verla para comprar algo.








Por la tarde fuimos a cenar pasta a un italiano espectacular en el barrio de Georgetown que estaba decorado de forma brutal para Halloween, antes de ir a preparar todo para la carrera y a dormir.





El domingo madrugué, corrí la carrera y luego no pude comer con Juan y Linda porque no encontramos nada para comer hasta muy tarde y ellos tenían que volver para su casa. Después regresé al Mall a ver una puesta de sol espectacular y ya fui a dormir, puesto que estaba muy cansado.





El lunes tomé temprano un tren de regreso a NY y allí fui al atardecer al nuevo mirador del Summit, una pasada entre sus cristaleras, espejos, etc. También tiene una vista muy bonita de la ciudad, aunque a través de cristales (y los reflejos no son buenos compañeros de las fotos).













Por la noche me tomé un par de cervezas (a 10 dólares cada una) en dos bares. Una fue en el Oscar Wilde, donde ya había estado con mis amigos Beer Runners cuando fuimos al Maratón de NY en 2018, aunque ahora estaba irreconocible por la de gente que había y la decoración de Halloween tan brutal que tenía.






Y ya el martes, por la mañana bajé a la zona de Dumbo a ver el skyline, crucé el puente de Brooklyn, visité la zona de Wall Street y el One World antes de ir al aeropuerto para volver a casa muy cansado.















La carrera

Tras un buen madrugón, desayuné en la habitación y fui caminando a la salida junto al cementerio de Arlington (mi hotel estaba muy cerca de la salida y la meta). Hacía frío, unos 5ºC, pero con buen tiempo. Luego por la mañana subió la temperatura, pero sin llegar a hacer mucho calor. Hizo un tiempo muy bueno para correr. Salí con dos camisetas, manguitos, guantes y un paravientos, y ni me sobró ni me faltó ropa.





Me coloqué casi en la línea de salida para salir delante. No había nada de agobios, no estábamos apretados y la salida fue muy tranquila.

La carrera de 50k salía a las 7:15 y el maratón salía a las 7:55 del mismo sitio. El recorrido es el mismo para las dos carreras, con la salvedad de que en el km 8 los de 50k nos salíamos del recorrido para hacer cuatro km de ida y cuatro de vuelta por una carretera muy bonita junto al río Potomac, que con la niebla de la mañana estaba precioso. Justo cuando nos desviábamos, me pasó Araceli, que había salido por detrás, y hablé un poco con ella. Luego, a la vuelta del desvío, los de 50k ya nos diluíamos en la marabunta de corredores del maratón hasta la meta.

Km 8, junto a las escaleras de la película "El Exorcista", donde muere el cura al final.

Aunque este año no he tenido ninguna lesión que me haya impedido entrenar, tampoco he entrenado demasiado, así que no esperaba hacer una buena marca en la carrera. En 2019 tardé 5:44, y este año esperaba terminar entre 5:15 y 5:30 horas. Mi único objetivo era poder correr hasta el final, salvo los tramos de caminar en los avituallamientos y para sacar algún vídeo, etc. Casi lo consigo.

Mi plan era correr a un ritmo entre 6:00 y 6:15 e intentar mantenerlo todo el rato, aunque los datos que miraba para regular el ritmo eran los vatios (tenía que correr en torno a los 190-195 w) y la sensación de mi cuerpo, que es la que al final te hace correr más o menos rápido.

La primera mitad de carrera más o menos lo conseguí, aunque en la última hora y pico me noté cansado y no pude seguir el ritmo que quería.

El recorrido es muy bonito. En los primeros kilómetros hay bastantes cuestas, aunque luego es un recorrido bastante llano hasta casi la meta, donde hay que subir una cuesta de unos cien metros bastante dura antes de los últimos metros.

Una vez ya unidos a los maratonianos, hay mucho público en casi todo el recorrido, salvo en la zona central del maratón, al paso por el East Potomac Park, una isla donde no dejaban acceso al público. En esta isla es donde se sitúa el medio maratón y allí los familiares de marines muertos en combate sitúan su Blue Mile, la Milla Azul. En la primera mitad de la milla azul se sitúan a ambos lados fotografías de sus familiares fallecidos y todos pasamos por allí corriendo en silencio. Y luego, en la segunda mitad, están los familiares con las banderas saludando a los corredores, quienes les respondemos agradeciendo sus ánimos. Es una milla en la que es imposible no emocionarse.






Tras esa isla, ya corremos hacia el Capitolio, luego se pasa un puente hacia Crystal City para afrontar los últimos 8 km que nos devuelven a Arlington tras pasar junto al Pentágono.



Por la zona del Capitolio es cuando empecé a notarme cansado y me costaba correr, por lo que tuve que ir a tramos a cacos. Tenía miedo de acabar como en 2019, caminando y con una bajada de tensión espectacular tras la meta. Por eso comí más geles, bebí mucho, y fui luchando contra el cansancio hasta Crystal City. Allí me esperaban Juan y Linda para animarme y parece que sus ánimos surtieron efecto, ya que desde allí a la meta me recuperé algo y, aunque seguí con algunos cacos, ya pude volver a correr más tiempo que el que caminaba.

Subí la última cuesta corriendo y entré en meta con un tiempo de 5:32:35, casi lo esperado, aunque si descuento las paradas para sacar fotos, me quedaría en los 5:30 deseados.













Esta vez me dieron a la primera la medalla buena (la de los 50k, no la del maratón), me saqué las fotos con los marines y junto al monumento de Iwo Jima, y salí de la zona de meta para juntarme con Juan y Linda, tomar un trago de cerveza  (sin alcohol, vaya decepción, je, je) y caminar hasta el hotel a ducharme.

Pese al bajón de unos kilómetros antes, a meta llegué bastante entero. De hecho, aparte de un poco de agua y del trago de cerveza, no tomé nada más hasta casi tres horas después de pasar la meta cuando, por fin, me sirvieron la hamburguesa que había pedido en un bar que estaba a tope de gente.

Las piernas terminaron bastante bien. El lunes y el martes me dolían un poco, pero no mucho. De hecho, podía bajar escaleras y correr sin apenas molestias.

Tenía pensado apuntarme al Maratón de Málaga (que no pude correrlo por lesión en 2019) si veía que acababa bien en Washington, pero, al final, en vez de a Málaga me he inscrito al Maratón de Valencia que es una semana antes. Así que, como veis, he venido de EE.UU. muy animado y con ganas.


The people's Marathon

Así es como se conoce este Maratón del Cuerpo de Marines, organizado por los Marines desde hace casi 50 años. Y se conoce por el Maratón del Pueblo porque no hay corredores profesionales, no hay premios en metálico, y es muy popular entre los corredores de EE.UU.

Así como en el Maratón de NY hay muchísimos corredores de fuera del país, en este son mayoría los autóctonos. Es igual con las dos ciudades. NY es la ciudad de EE.UU. con más turismo extranjero y Washington DC es la ciudad a la que más viajan los americanos.

La verdad es que hay un ambiente fenomenal en la ciudad los días de la carrera. y todo el mundo te felicita cuando saben que lo has terminado, da lo mismo el tiempo que hayas tardado.

 

Datos de la carrera

Tiempo oficial: 5:32:35

Tiempo sin paradas: 5:29:53

Puesto en la general: 471 de 983 finishers.

En hombres: 343 de 662.

En mi categoría M50-59: 52 de 132.

En total hubo unos 20.000 corredores. Unos 1.000 en los 50k, unos 16.000 en el maratón y el resto en la carrera de 10k.

 

Datos por horas:

 

2019

2022

Horas

wat

ritmo

wat

ritmo

1ª hora

191

6:14

191

6:17

2ª hora

185

6:20

192

6:05

3ª hora

180

6:29

184

6:20

4ª hora

173

6:41

180

6:35

5ª hora

162

7:02

167

7:06

Hasta el final

134

8:03

179

6:44

TOTAL

173

6:41

182

6:29

Se ve que al comparar mis dos carreras, el dato del último tramo (44 minutos en 2019 y 32 minutos en 2022) es mucho mejor en 2022. Los vatios medios indican que corrí más que caminé, no como en 2019. Incluso el ritmo medio de ese tramo es mejor que el de la 5ª hora.

 

Datos por kilómetros:

 

2022

km

wat

ritmo

Primeros 25k

190

6:13

Segundos 25k

176

6:45