sábado, 28 de enero de 2017

Correr no está de moda (y el running tampoco)

Desde hace un tiempo no hago más que leer aquí y allí que correr es una moda. Lo leo en revistas o en periódicos generalistas, que hablan de la moda de correr como si hablaran de algún tipo de prenda o calzado o de un local de copas en el centro, pero también lo leo en foros especializados donde muchos de nuestros compañeros del asfalto comentan, a veces incluso en tono despectivo, que correr se ha puesto de moda y que debido a ello hay gente que corre porque correr es una moda pero que en realidad no son verdaderos corredores.

Imagen del Maratón de París 2016.

Yo estoy muy en desacuerdo con este punto de vista. En primer lugar porque sinceramente creo que correr no es una moda.
¿Qué es una moda? Ésta debería ser la pregunta para saber de qué estamos hablando.
Según el DRAE (Diccionario de la Real Academia de la Lengua), moda es, en su primera acepción, "Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo, o en determinado país". Y también define "Estar de moda" como algo que en un momento determinado goza de destacada aceptación.
Está claro, entonces, que correr sería una moda si fuese algo que hubiera estado en boga durante algún tiempo. Y si hablamos de estar en boga "algún tiempo" no creo que estemos hablando de muchos años, sino de unos meses o unos pocos años, a partir de los cuales ese uso, modo o costumbre desaparece o pasa a ser una actividad minoritaria de la que apenas se habla.
Pero, como todos lo hemos podido comprobar, correr es una actividad deportiva (yo diría que en la mayoría de los casos lúdico-deportiva) que desde hace muchos años tiene muchos practicantes y sigue subiendo. Por lo tanto podemos concluir que correr no está de moda, sino que es algo que ya está incluido en nuestra vida habitual, como lo está el salir a tomar unas cañas con los amigos o ir a la playa en verano.
Algunos datos que corroboran esto los podemos encontrar si vemos las estadísticas de participación en las carreras.
En el blog "La república del running" ("running", luego hablaré de este término), he encontrado este gráfico muy ilustrativo en el que se ven los datos de participación de los maratones españoles entre 2008 y 2013:

Como se ve, entre 2008 y 2013 en España hubo un crecimiento de participantes en los maratones de un 101%, más del doble de participación en solo seis años, mientras que en EE.UU. el crecimiento en ese periodo fue de un 27%. Ojo, el crecimiento en EE.UU. es menor en porcentaje, pero es que hablamos de cifras muy altas, por lo que el porcentaje no es tan alto. Además, en EE.UU. el boom de los maratones se dio en los años 80-90, y en España se ha dado en los últimos quince años. Y por cierto, si algo crece sin parar durante quince años no podemos hablar ya de una moda.
Si vemos los datos de participación del Maratón de Barcelona, también se da un crecimiento casi continuo desde el año 2005, que no se celebró, hasta el récord en 2016. En los años anteriores el número de participantes fue más estable, salvo los primeros años en los que creció rápidamente y el año 1992, donde el efecto de los Juegos Olímpicos sí que provocó un ascenso muy grande ese año.


Así que no nos engañemos. Correr no está de moda, es algo que ya nuestra sociedad lo ha interiorizado como parte de nuestra vida. Un deporte de moda puede ser el aquazumba o el aquabiking, que ya veremos quién los practica dentro de diez años. Pero correr,... No, definitivamente no es una moda.
Y además, si una moda hace que la gente tenga una vida más sana y saludable, que haga deporte y que haga más vida social, pues bienvenida sea esa moda.
A veces oigo o leo comentarios de corredores con años de experiencia que parece que menosprecian a los que se han sumado últimamente a correr, ya que, dicen, los nuevos salen a correr porque es guay ir vestido de fosforito, con gps en la muñeca, auriculares de última generación, ropa técnica cara, etc. Como si esto fuera un pecado y como si los nuevos compañeros cometieran una profanación contra el noble ejercicio de correr.
Tonterías. Los que corríamos hace varias décadas no somos mejores corredores o más puristas que los que han empezado a correr hace poco. No. Simplemente somos más viejos. Y si no usábamos ropa técnica, relojes con pulsómetro y GPS, etc., simplemente era porque no los había entonces. Ojalá yo tuviera los datos de mi pulso y de mis tiempos de paso de mi Maratón de Barcelona'96, donde pillé una de mis mayores pájaras, o de mi Maratón San Sebastián'97, donde hice mi MMP, para compararlos con los datos que tengo ahora de mis últimos maratones. Sería muy interesante para mí. Y ojalá pudiera saber cuántos kilómetros corría ya en los 70 dando vueltas a mi colegio en los recreos.
Otra de las cosas que achacan algunos a que, según ellos, correr sea una moda es a las carreras y a su precio, diciendo que se han vuelto un negocio.
Yo no estoy de acuerdo. A todos nos gusta que haya gente que organice carreras. Y sí, las antiguas carreras de barrio o de pueblo eran baratas y eran relativamente sencillas de organizar. Pero hoy en día, además de las carreras de barrio y de pueblo, hay carreras cuya organización solo puede ser asumida si se hace de un modo profesional por el volumen de trabajo que requiere su organización.
Y si son un negocio, ¿a quién le importa? Más carreras, más oferta, más donde elegir. Nos apuntaremos a las que nos gusten y a las que veamos que su precio está acorde a lo que ofrecen. Y si alguien está seguro de que organizar una carrera es un buen negocio, pues que organice una.

Y como os he dicho que os iba a hablar del "running" aquí va mi opinión respecto al uso de este término inglés para llamar al deporte que practicamos.
Efectivamente en castellano existe el verbo correr. Y podemos decir perfectamente que somos corredores sin tener que decir que somos runners.
Pero, para mí, decir que soy corredor no matiza lo suficiente el deporte que practico. Ya sabéis que también salgo en bici, y si estoy con mis amigos ciclistas y cicloturistas y estamos hablando de corredores todos pensamos sin ninguna duda de que hablamos de ciclistas, ya que en las carreras ciclistas a los ciclistas se les llama también corredores.
Luego está el nombre en sí del deporte.
Yo soy ciclista. Yo hago ciclismo.
Yo soy montañero. Yo hago montañismo.
Yo soy corredor (a pie). Yo hago... Vaya. No sé cómo llamar a lo que hago. No puedo decir "Yo hago correr", porque gramaticalmente es una frase mal hecha.
En castellano podría decir "Yo hago pedestrismo", término que designa al conjunto de deportes pedestres (DRAE). Pero si en una carrera digo que hago pedestrismo pensarán que nací hace un siglo o así. También podría decir atletismo, que es como el DRAE llama al conjunto de actividades y normas deportivas que comprenden las pruebas de velocidad, saltos y lanzamiento (curiosamente no incluye las pruebas de fondo). Pero, aunque técnicamente podría llamarme atleta y decir que hago atletismo, no creo que ése sea el término más preciso para los que corremos pruebas populares, ya que el atletismo implica en cierta manera la competición, como el ciclismo frente al término cicloturismo, que no es hacer turismo en bicicleta, sino practicar el deporte del ciclismo pero sin competir en carreras.
Por todo esto, a mí no me parece mal el llamar running a lo que hacemos y a definirnos como runners. Curiosamente los más fervientes detractores de estos términos ingleses no tienen ningún reparo en llamar fútbol al balompié. Ya casi nadie dice balompié, pero curiosamente se dice mucho más baloncesto que Basketball. Esto es debido a la forma que tiene el lenguaje de asentarse entre los hablantes. Hay términos que tienen éxito y otros no. Y otra cosa. Curiosamente muchos comentarios que leo contra el término running por ser un barbarismo innecesario están acompañados de muchas faltas de ortografía, como no distinguir un cómo de un como, o de poner hechar en vez de echar. Coherencia, por favor.

En fin. Que ni correr ni el running están de moda. Así que dejemos de hablar del sexo de los ángeles y salgamos a correr, que ya va siendo hora.

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