lunes, 4 de abril de 2016

Maratón de París: un día duro.

Ayer corrí por fin mi 14º maratón. Esta vez en París. Era mi primera participación en esta carrera y creo que la última, luego os cuento qué me pareció.
El día fue muy bonito, con calorcito incluso. Ideal para mí. Pero no corrí nada a gusto, solo los primeros kilómetros.
Ya os conté que entre enero y febrero estuve unas semanas a medio gas por una lesión. Pero como luego vi que hice MMP en el Medio Maratón de Santander el 6 de marzo, me había animado e incluso me creía preparado para seguir con mi objetivo en París de hacer sub 3:39 y mejorar mi mejor marca personal.
Pero un maratón es un maratón, y aquí las matemáticas no siempre aciertan.
Paso por el km 31.

Vamos por partes.
El viernes, ya en París, fui a la tarde a recoger el dorsal y ver la feria, que nos dijeron que era de las mejores del mundo. Me decepcionó un poco (decepcionar, un verbo que usaré más veces en esta crónica). En el stand de Asics (empresa patrocinadora) había poca colección de prendas con diseños exclusivos para este maratón. Sí que había, pero comparando con la feria de Nueva York (también de Asics) había poca oferta.
La bolsa de corredor tenía muy pocas cosas. Y sobre todo le faltaba una revista de la carrera con toda la información que un corredor necesita: plano de la salida y la llegada, información sobre los avituallamientos, etc. Tenías que buscar la información en la web de la carrera o en la feria, pero no estaba en la bolsa. El resto de los stands de la feria estaban bien. Pero, por lo menos en mi opinión, lejos de la feria de Nueva York.
Después fuimos a cenar a un italiano con mi hermana y mi cuñado que estaban de vacaciones en París. Y vuelta al hotel. Bonita tarde.
El sábado, tras una carrerita suave por los alrededores del hotel con el grupo de Sportravel (un poco demasiado rápida para mi gusto), fui con mi mujer a visitar la Torre Eiffel y luego a comer.
Aquí se me empezó a torcer el maratón, ya que después de comer empecé con dolor de tripas y cansancio. Tras volver al hotel descansé lo que pude, pero no me encontraba en mi mejor forma el día antes de un maratón.
Ya el domingo me levanté mejor. Desayuné sin problemas con Begoña Beristain, quien lo pasaría muy mal para acabar su 5º maratón, y fuimos para la salida. Allí dejé mi mochila en la consigna (bien organizada, sin muchos agobios, lo mismo que para recogerla al final) y fui hacia mi cajón de salida.
Según iba para allí troté un poco suave y noté un calambre en el cuádriceps. "Coño -pensé-, ¿si me da un calambre antes de salir cómo voy a terminar?". Estiré lo que pude y tras la última meadita del miedo salí el último de mi cajón con 15 minutos de retraso sobre la hora que nos habían señalado.
Los primeros kilómetros son fáciles y parecía que todo me iba bien. Pasé el km 5 según mi tiempo objetivo sin problemas. Allí me salté un avituallamiento porque como solo los ponen a un lado (craso error) y estaba mirando al otro buscando a mi mujer pues no lo vi.
Pasé el km 10 todavía a ritmo objetivo, pero ya a partir del km 15 vi que la MMP se me iba. Empecé a calcular que podría acabar sobre las 3:45 haciendo mi tercera mejor marca.
Pero de repente, hacia el km 20 empecé a notarme cansado cuando aún no tocaba ir cansado. Hasta entonces más o menos las pulsaciones me iban bien, pero a partir de allí, y pese a que iba más despacio que lo que me hubiera gustado, las pulsaciones iban algo altas. Síntoma claro de que mi cuerpo no iba bien.
Pasé el medio maratón y el km 25 ya pensando en que por lo menos haría sub 4 horas. Pero las cuestas desde el km 30 con el paso por debajo de muchos túneles, me pasaron factura y hacia el final ya incluso tuve que caminar a ratos.
Lo curioso es que no tenía hambre, no era la típica pájara del muro. Estuve comiendo toda la carrera con normalidad. Incluso me sobró glucosa y geles y en la meta no tenía hambre. Pero el cuerpo estaba cansado y le costaba correr, así que sin disfrutar de la carrera seguí hasta meta. Por lo menos quería sentir la alegría de terminar un nuevo maratón y no me quería decir que me había tenido que retirar (y eso que lo pensé).
En meta entré contento (por supuesto) con un tiempo de 4:05, que podía haber sido mucho más. Recogí mi mochila, me cambié, y luego ya en el Metro hacia el hotel me mareé con una bajada de tensión espectacular (una hipotensión vasovagal, según mi médico). Mi mujer me vio como un cadáver y se asustó. Menos mal que luego me recuperé bien.
No sé lo que me pasó. Seguramente las semanas de entrenamientos buenos que perdí me han hecho llegar peor de lo que yo creía y tal vez tenía que haberme olvidado de hacer tiempo y salir solo a terminar la carrera y a disfrutarla. También, el malestar del sábado por la tarde influyó. Seguro.
Curiosamente no tuve ningún calambre en carrera y hoy lunes de piernas estoy bastante bien.

Sobre la carrera
Me decepcionó el recorrido. París es una ciudad preciosa pero el recorrido no te la enseña bien.
Los avituallamientos solo estaban a un lado de la calzada, con los problemas que ocasiona a los corredores y además te podías saltar algunos por no verlos. Por lo demás estaban bastante bien: botellas de agua en todos los puestos que te las daban a la mano, naranjas y plátanos partidos, pasas,.. En algunos había geles de Isostar y en uno bebida isotónica Isostar. Además había otros con palanganas para esponjas.
El retraso en la salida creo que fue excesivo. Pero como no sé por qué fue me callo.
Hay muchas zonas estrechas e incluso hacia el final de la carrera hay tramos en los que es difícil correr. Te rompe mucho el ritmo (aunque sea lento, jeje).
El recorrido es mucho más duro de lo que lo venden. Muchas cuestas, y algunas salidas de túneles con bastante pendiente.
Hay animación en los tramos del Sena, pero en muchas zonas apenas había gente animando. En Nueva York casi no hay espacio para el público en la mayor parte del recorrido.

En fin. Un maratón más a mi historial. ¿Contento? Sí, claro. Pero no me llevo el recuerdo de otros maratones. Primero porque la mitad del recorrido he ido sufriendo, y luego porque, como os he dicho, me esperaba más de una maratón que ha estado varios años entre los Majors. Será por esto por lo que ya no está en esta lista de los tops de los maratones mundiales.
Bueno. Ayer al acabar no tenía ganas de correr ni un kilómetro más en toda mi vida. Para qué sufrir tanto, pensaba. Pero todo esto se pasa y ya pienso en mi siguiente cita con la distancia en Berlín en septiembre. Lo que no tengo claro es si entrenaré para hacer un nuevo intento de MMP (allí sí que es llano), o simplemente iré a disfrutar y a ayudar a unos amigos Beer Runners a que terminen bien su primer maratón. Ya veré.

Os dejo unas fotos y el enlace a mi Strava de la carrera:



Mi típica foto con el dorsal.

Junto al Arco de La Defense, el sábado.

Esta camiseta verde me la compré de recuerdo. La otra es la de mi equipo por Félix para la Wings for life de Valencia y con la que correré las carreras de este año.

En este muro podías encontrar tu nombre entre 55.000.

Con la familia el viernes por la noche.

La Torre.

Bonita ciudad.
Antes de salir (con mala cara).

Km 5. Me sobraban los manguitos.

Km 31 junto a la Torre Eiffel. Curiosamente aquí no había fotógrafos oficiales, y creo que era el mejor sitio. De hecho he visto las fotos oficiales de mi carrera y solo tengo dos. Esta vez no compro.

Ya a punto de terminar.

La camiseta por Félix cumplió su misión de llevarme a meta.

Con la medallita, antes de desmayarme.

Y con la camiseta de finisher que te dan a la llegada.

Foto en el km 41 que la organización te subía a tu Facebook.

Y la misma del otro lado.


Datos de mi carrera. Como se ve, cada vez más lento.


2 comentarios:

  1. Bueno, lo importante que te recuperases bien.Como bien dices, no presagiaba nada bueno lo de la tarde del sábado. Ánimo y por Berlín. Saludos.

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