miércoles, 20 de mayo de 2015

¿Correr o correr rápido? Correr.

Cada cierto tiempo leo en diferentes foros sobre atletismo, carreras y maratones el ya viejo debate de si tiene más mérito correr un maratón en un tiempo rápido que correr varios maratones más o menos seguidos o un ultra o algo así. Para algunos parece como si la esencia de correr un maratón se basa en lograr un buen registro, en intentar estar siempre cerca de tu MMP, y que correr un maratón, pongamos, en 5 horas, no es correr un maratón sino trotar durante ese tiempo y que no tiene mucho mérito.
En primer lugar, a mí me parece mucho más difícil correr un 10.000 en 32' que correr un maratón en 4:30. Pero eso solo es porque por mucho que yo entrene, con mis cualidades, mi objetivo en un 10.000 como mucho estaría en intentar bajar de 45' sufriendo a tope, y, sin embargo, con mi estado de forma actual correr un maratón en 4:30 lo puedo hacer sufriendo menos. Bueno, no sé si es sufrir menos, pero por lo menos iría a un ritmo cómodo todo el rato, en cambio para bajar de 45' en un 10k tendría que ir forzado todo el rato, lo que para mí es peor.
Pero, en segundo lugar, yo soy de los que creo que todo el mundo que corre tiene mérito. Para mucha gente bajar de una hora en una carrera de 10 km es un objetivo, y es tan motivamente y meritorio como puede ser para alguien hacer un sub-3 horas en un maratón.
Además, qué más da si uno va lento o va rápido, cada cual que corra las carreras como quiera. Están abiertas a todos los ritmos, siempre y cuando las hagas dentro del tiempo que pone en el reglamento.
¿Y tiene más mérito correr dos maratones al año rozando tu MMP que correr un ultra de 100 km rozando el tiempo límite para acabarlo? Pues no soy quién para decirlo. Las dos cosas me parece que tienen mucho mérito.
Hace poco salió un estudio (podéis verlo aquí en inglés) sobre diferentes datos de maratones internacionales entre 2009 y 2014 y lo que más llamó la atención en los medios y foros españoles fue el dato de que los maratonianos españoles son los más rápidos del mundo entre los corredores populares.
Según los datos del estudio, la media de tiempo de todos los corredores populares que participaron en los maratones analizados fue de 4:21:21, figurando España, con un tiempo de 3:55:35, como el tiempo medio más rápido de los países analizados.
¿Es un dato positivo que los maratonianos españoles sean los más rápidos de promedio? No lo sé. Puede que a algunos les guste este dato, pero yo creo, y es mi modesta opinión, que en muchos países del mundo se practica mucho más deporte que en España y que lo practica mucha gente solo por el hecho de participar y que no hay esa obsesión por las marcas. En Nueva York, en Burdeos y en Rotterdam, que son los maratones que conozco fuera de España, hay muchos participantes con el único objetivo de acabar, que ya es suficiente.
En cambio, y repito que es mi opinión, aquí parece que mucha gente piensa que si no puede correr rápido una carrera pues que entonces es mejor no ir, y con esa misma filosofía hay mucha gente que piensa que si no está en edad ni en condiciones de ser un deportista de competición pues no merece la pena hacer deporte. Una pena, y un error.
Pero hay otros datos que también se pueden destacar del estudio.
Si vemos cuántas mujeres participan en estos maratones nos encontramos que en porcentaje de participación EE.UU. está a la cabeza con un 45% de participantes femeninos, mientras que España se queda muy atrás, en concreto en el último lugar (puesto 47 de los países estudiados), con solo un 6.4% de mujeres participantes.
No sé. Tal vez habría que intentar mejorar este último dato de mujeres en los maratones en vez de sacar pecho con el dato de ser los populares más rápidos.
Así que, a la pregunta de ¿correr o correr rápido? mi respuesta es que lo más importante es correr, y si luego puedes correr rápido, pues a darle caña, que de vez en cuando viene bien.

jueves, 14 de mayo de 2015

Correr por un motivo: ayudar

Como os comenté en el post sobre el Maratón de Vitoria, para mi 5º maratón del año, el de Laredo, creo que voy a necesitar una buena dosis de motivación extra, ya que al cansancio lógico de correr un maratón al mes se añade la pelea psicológica de correr un maratón dando cuatro vueltas al mismo circuito.
Así que he tenido una idea para poder luchar con más garantías contra las ganas de retirarme. La idea la tuve leyendo el libro de Rafa Vega, "Efecto maratón", y su objetivo de recaudar dinero para una asociación de ayuda a las familias de niños con cáncer.
Pues bien. Si mi objetivo inicial cuando se me ocurrió este bonito reto era el de correr cinco maratones en cinco meses, he decidido donar 50 euros por cada uno de estos maratones a un fin solidario.
Y ayer, casualidades de la vida, vi en Facebook la campaña del montañero y aventurero Jesús Calleja para recaudar fondos para intentar ayudar todo lo que se pueda a la gente humilde del pueblo Sherpa que lo ha perdido todo en Nepal por los terremotos de estas semanas.
Jesús Calleja me parece un tío simpático y todo el mundo sabe que está muy implicado con la gente de Nepal, sobre todo con los Sherpas. Por eso, no me cabe la menor duda de que todo el dinero que recaude va a estar empleado de la forma más eficiente posible sobre el terreno, en esos valles hermosos del Himalaya donde la vida es siempre dura.
Así que hoy mismo he hecho mi donación de 250 euros a su campaña. Y además, así, como ya he donado por los cinco maratones, me obligo a terminar el Maratón de Laredo, pase lo que pase.
Os animo a todos a colaborar en esta campaña, o en cualquier otra que os parezca mejor. Estemos como estemos, todos los que vivimos en esta parte del mundo somos unos privilegiados respecto a otros que han tenido la mala suerte de nacer en otro sitio.
Os copio aquí el texto de Calleja con su mensaje y su Nº de Cuenta para colaborar:

"Amigos, esta vez sí que os voy a pedir colaboración. El nuevo terremoto de Nepal sumado a los que ya han pasado ha dejado los pueblos de la montaña arrasados. Allí la ayuda apenas llega, no tienen casas, ni comida, ni asistencia sanitaria, ni escuelas, nada de nada... El monzón esta a punto de empezar con las fuertes lluvias, nieves e intenso frío, viven entre 3000 a 5000 metros. Queremos ayudar al pueblo Sherpa de las montañas, sabemos como hacerlo y os prometo que cada euro de la colecta llegará a quien más lo necesita. Todo Nepal esta sufriendo, pero repito, los habitantes de las montañas están abandonados.
Os dejo este número de cuenta:
ES18 2080 0924 2930 4000 1966
Damnificados terremoto de Nepal
LA CUENTA ESTÁ A MI NOMBRE y os aseguro que cada euro llegará a los sherpas de las montañas
Miles de gracias!!!
Apenas hay fotos de los pueblos en las montañas, pero las avalanchas de rocas y nieve así como el mismo terremoto ha convertido los valles en trampas mortales."



martes, 12 de mayo de 2015

Maratón Martín Fiz: calor, calor, calor...

Bueno, pues el pasado domingo terminé mi cuarto maratón del año (11º de mi palmarés). Fue un día de récords para mí, ya que es la primera vez que corro un maratón que no sea a nivel del mar, y también fue la primera vez que corro un maratón con tanto calor. Este año en el País Vasco hemos tenido un invierno duro, con mucha lluvia y frío, y justo nos toca el día más caluroso del año coincidiendo con este maratón. Pero, en fin. Qué le vamos a hacer. En la vida, y en los maratones, tienes que adaptarte a lo que te toca. Casi nunca puedes elegir.

A la sombra tras la carrera. Contento por haber terminado.


Tras haber corrido bajo la lluvia hacía tres semanas en el Maratón de Burdeos, para este maratón que homenajea al gran campeón y gran persona Martín Fiz se esperaba calor para la parte final. Y así fue.
Antes de salir incluso hacía algo de frío, pero el día estaba despejado y la previsión era que acabaríamos la carrera cerca de los 30ºC, así que tenía que salir mentalizado de que iba a pasar calor y que era importante beber agua y refrescarme bien.
Correr se está convirtiendo en una hermosa forma de socializarnos con los demás, y gracias a internet y a grupos de corredores como los Beer Runners de Bilbao esta vez no fui solo al maratón, sino que me acompañó Elena, una chilena (bilbaina de adopción) que estaba muy motivada por correr su primer maratón. Antes de salir nos encontramos con Mark, un inglés (bilbaino de adopción) que es un amigo común de los dos. ¡Qué pequeño es el mundo!
Y así, con la ilusión de Elena y mi temor a ver cómo respondía mi cuerpo en el cuarto maratón del año empezamos a correr.
No me gustó la salida, ya que inmediatamente detrás de los que íbamos a hacer el maratón, salían los del medio-maratón, y seguido los de la carrera popular, por lo que en los primeros kilómetros un montón de corredores rápidos nos pasaban por encima.
Luego ya la cosa se calmó, pero como hasta el km 15 era el mismo recorrido para el maratón y la media, todo el rato iba rodeado de gente que no iba al ritmo que a mí me gustaba y a partir del km 15 ya íbamos más tranquilos pero sin el apoyo que da correr en un grupo más numeroso.
Yo creo que sería mejor que la media y la carrera popular salieran más tarde, y no mezclarnos. Pero, una vez más en la vida no puedes elegir y hay que adaptarse a lo que hay, y si los organizadores prefieren hacerlo así, pues quién soy yo para decidir otra cosa.
Hasta el km 10 procuré ir despacio, pero como la gente me aceleraba al final resultó que, pese a mis intentos por bajar el pulso, corrí ese tramo demasiado acelerado para mi gusto y no me encontré muy a gusto. Luego tuve un rato en el que iba mejor, pero no llegué a disfrutar de mi ritmo en ningún momento, así que mi cabeza trataba de pasar los kilómetros lo mejor que podía.
El medio maratón no lo pasé muy mal, pero ya empezaba a notarse el calor.
El maratón comienza en el km 30. Es lo que sé y lo que digo siempre. Y en esta ocasión llegué a "la salida" medio muerto, o sea, que tuve que echar mano de toda mi motivación y fuerza de voluntad para saber que me iba a tocar sufrir un poco más durante una hora y pico todavía.
La verdad es que, entre el calor y que esta parte del circuito era por las afueras de la ciudad, con poco público y a pleno sol todo el rato, se me hizo algo dura. No iba tan mal como en Barcelona en marzo, pero desde luego mis sensaciones no eran las de Sevilla en febrero.
Además, por lo que vi, en Vitoria hay muchas zonas verdes, pero pocas fuentes, así que solo podía coger agua cada 5 km en los avituallamientos. Menos mal que de vez en cuando había alguien del poco público de esa zona que nos daba algo de agua.
Yo sabía, porque así lo ponía en el perfil, que entre el km 35 y el km 40 picaba para arriba el circuito. Pero, según el perfil, a partir del km 40 debía ser todo bajar.
Pero, ¡ay! A unos 700 metros de la meta había que subir un repecho mortal de necesidad, y entre el calor que ya hacía (casi 30ºC a la sombra), la fatiga y esa cuesta, los últimos metros se me hicieron muy largos.
Pero acabé, que era lo importante. Y acabé contento, como debe ser.
Ahora me queda en junio el maratón de Laredo. Ya estoy inscrito y supongo que lo terminaré. Las piernas apenas sufrieron en Vitoria. De hecho ayer mi masajista me dijo que no se notaba que hubiera corrido un maratón el día antes. Pero como en Laredo haga calor, y teniendo en cuenta que es un maratón de cuatro vueltas al mismo circuito, creo que necesitaré que mi cabeza trabaje ese día al 110%. Y creo que se me está ocurriendo una idea para mantener la ilusión y la motivación bien altas hasta ese día. Ya os contaré.


El sábado con el dorsal.

Con Elena, Mark y otro amigo antes de salir. Todavía hacía fresquito.

En plena carrera.

Últimos metros.

Otra vez más feliz de acabar un maratón.

Con Elena, ya recuperados. Toda una campeona, pues pese al calor bajó de 4 horas que era su objetivo.



viernes, 1 de mayo de 2015

Un saludo, un gesto, un dejar vivir.

Cuando yo empecé a hacer deporte ni siquiera sabía que estaba haciendo deporte. Yo simplemente iba al monte con mi padre, o con mis amigos, y pasábamos el día. Más tarde comencé a montar en bici los veranos. No hacía deporte, solo es que me gustaba andar en bici.
También en mis años escolares me gustaba más correr dando vueltas a lo fuera que jugar a fútbol. Los que de pequeños éramos malos jugando al fútbol no éramos los más populares, y corriendo me lo pasaba bien. Pero poco a poco sí que empecé a tomarme esas actividades como un deporte, sobre todo la bicicleta. Y así hasta hoy.
De aquellas primeras excursiones por las montañas vascas me quedó la buena costumbre de saludar a la gente con las que me cruzaba en el monte. Era un poco como el gesto que nos hacía sentirnos partícipes de un mismo mundo, el de los montañeros.
Y esa misma costumbre la vivía también entre los que nos cruzábamos en cualquier carretera mientras íbamos en bici.
Montañeros, ciclistas, dos colectivos parecidos. Sobre todo hablando de los años 70 y 80 en los que la mayoría de la gente no hacía ninguna actividad deportiva.
Pero, por desgracia, hoy en día me encuentro con mucha gente que no saluda cuando te cruzas con ellos. En bici y en el monte sigue siendo habitual el saludo (excepto, y lo digo con pena, con algunos jóvenes ciclistas). La mayoría de los montañeros y cicloturistas siguen la tradición y te saludan o te devuelven el saludo.
Pero estos últimos años en los que también paso muchas horas corriendo por las calles de Bilbao, me encuentro que en este mundo del corredor popular, del runner (como prefieras llamarlo), no es habitual que la gente se salude al cruzarse corriendo. Yo procuro saludar a todo el mundo y sí que hay gente que me devuelve el saludo, pero muchos ni me miran. Y aquí no son solo los jóvenes o los que son nuevos en esto de correr los que no saludan, sino que me cruzo con gente con ya unos años encima y que se nota que llevan tiempo corriendo que ni me miran si les saludo.
Y es una pena, porque eso me hace pensar que aquellos viejos tiempos en los que empecé a subir al monte y a pedalear por cualquier carretera ya pasaron. Ya estamos en otra época, en otro mundo.
Muchas veces suelo leer que los que hacemos deporte, sobre todo los que hacemos deportes de los considerados "duros" (como ciclismo, correr maratones, etc.) somos algo así como seres que hemos sido tocados por una varita mágica y eso nos hace ser más resistentes a las adversidades, más perseverantes, más optimistas ante la vida y no sé cuántas cualidades más.
Yo nunca lo he creído así. Es cierto que si entrenas duro para una carrera como un maratón significa que tienes voluntad para entrenar incluso cuando las condiciones son malas y que eres alguien perseverante y que persigue sus objetivos hasta el final. Bueno, vale. Pero eso es porque nos gusta correr y queremos correr ese maratón, pero no significa que pongamos el mismo empeño en otras actividades que las hacemos por obligación, como trabajar, por ejemplo.
Lo que yo creo es que la gente que hace deporte, sobre todo en estos tiempos en los que muchísima gente lo hace, pues más o menos es igual al resto de la gente. Y si en la sociedad hay un porcentaje de gente con unas características determinadas, y la cantidad de gente que sale a correr aumenta mucho, pues entonces el porcentaje de corredores con esas características determinadas será similar. Ni más ni menos.
Por ejemplo, ¿somos más educados los corredores que las demás personas? Pues no. Y como muestra está lo del saludo o lo del montón de gente que corre por los bidegorris (carriles bici) teniendo libre un espacio al lado para correr sin poner en peligro a los ciclistas.
Otro ejemplo. Basta con entrar en la red en foros especializados en correr, en maratones, en ciclismo, etc. A poco que estés mirando los temas de lo que se escribe en estos foros de gente que hace deporte enseguida encontrarás a alguien que, de malas formas, critica la organización de tal o cual carrera sin intentar ponerse en la piel del organizador; o se dedica a poner a parir a tal o cual famoso porque sale en una revista diciendo que ha corrido un maratón; o cualquier otra cosa de este estilo. Son los menos, es cierto, pero los hay.
Vive y deja vivir. Disfrutemos corriendo, pedaleando, subiendo montañas, seamos educados, y que cada cual haga lo que quiera con su vida. La vida es muy corta para perder el tiempo en tonterías.


lunes, 20 de abril de 2015

Frío, lluvia, barro, adoquines... el Maratón de Burdeos.

Dentro de este bonito e interesante reto que me he planteado este año 2015 de correr 5 maratones en 5 meses, este sábado me tocaba mi tercera etapa, el Maratón de Burdeos. Era una carrera que me motivaba y a la vez me asustaba ya que es un maratón nocturno (con salida a las 20:00) y nunca he corrido tantos kilómetros a esas horas en las que normalmente ya me entra sueño. Además, era la primera edición de este maratón, y Burdeos es una ciudad preciosa que conocí el año pasado.
Con todo esto, me animé a apuntarme a la carrera, que por cierto, ha sido un éxito puesto que en su primera edición ya hacía meses que no había dorsales libres. Entre el Maratón, el Medio Maratón, y las modalidades del Maratón a relevos nos dimos cita más de 18.000 corredores, la mayoría franceses. No sé exactamente cuántos estábamos apuntados al Maratón, pero en la clasificación final hay 5.609 finishers, lo que creo que es un éxito.
Satisfecho tras terminar la carrera (y con ganas de ducharme y secarme).

Sobre mi experiencia, la verdad es que ha sido bastante interesante y muy buena para aprender para futuras carreras.
Viajé de Bilbao el mismo sábado, ya que había tiempo, y al llegar a Burdeos hacía buen tiempo, incluso calor. Anunciaban bastante lluvia para última hora de la noche y la madrugada, pero después de recoger el dorsal y ya descansando en el hotel, a media tarde empezó a llover cada vez más fuerte y ya no paró hasta casi las 10 de la noche. Así que salí con una camiseta de manga larga (la de NY'13), guantes y el paravientos de Rotterdam'14 que no sirve para la lluvia, pero no tenía otro.
Mientras esperábamos en la salida llovía bastante, así que me quedé algo frío y creo que todo el mundo estaba deseando empezar a correr.
Por fin dieron la salida y empecé a correr suave. Mi objetivo era terminar lo más entero posible para afrontar bien el Maratón de Martín Fiz en Vitoria el 10 de mayo, mi siguiente etapa.
Al de poco de empezar aprendí que no había elegido bien la estrategia de la comida durante el sábado. Al ser la primera vez que corría un maratón nocturno, procuré comer lo suficiente durante el día intentado dejar unas horas para hacer la digestión, pero algo no hice bien porque ya de salida me notaba pesado y con gases, y durante la primera hora casi deseaba que me entraran ganas de vomitar para ver si mejoraban las sensaciones.
Tras una primera vuelta de unos 5 km por la margen derecha del Garonne, se pasaba cerca de la salida y de allí ya nos íbamos hacia Pessac, a las afueras de la ciudad. Seguí durante un buen rato a ritmo tranquilo, sin que se me pasara el malestar del estómago y sin saber si ponerme o quitarme el paravientos, ya que a ratos tenía frío, lo que no me gusta nada.
Al de una hora empecé a sentirme algo mejor, por lo que parecía que me iba animando y ya empecé a tomar algo de glucosa. No me apetecía, pero mi experiencia me obligaba a tomarla.
Hacia el km 13 íbamos ya por las afueras de la ciudad cuando a la izquierda vi una gran campa verde y una línea con potentes focos de luz a ras de tierra. Al principio pensé que era una campo de fútbol y que había un partido, pero enseguida vi que por allí iban corredores. Un giro a la izquierda de 90º y entrábamos por un camino entre lo que se supone que eran viñedos (no se veía nada). Pero no era un camino asfaltado, no. En pleno maratón de asfalto nos metían por caminos de tierra, que gracias a la abundante lluvia de la tarde, era a ratos un barrizal.
De repente me vi en medio de la París Roubaix. Giros de 90º, barro, hierba en los bordes del camino más cómoda para rodar,... Sí, allí estaba. Corriendo una París Roubaix como en 2012 pero sin el traqueteo de la bicicleta. Qué emoción. Me vine arriba por momentos.
Este primer tramo duró un kilómetro entero, y al salir me di cuenta de que había dejado de llover. Buena señal.
Un par de kilómetros más tarde, de nuevo otro giro a la izquierda y entrábamos por una camino de piedritas encharcadas para pasar junto a un precioso château iluminado que era una pasada de bonito. Y para salir de ese château, llamado Pape Clément, teníamos que atravesar otra zona de barro en la que seguro que a más de uno se le quedó atrapada alguna zapatilla. Como para ir con unas bonitas zapatillas nuevas.
Después, ya de nuevo por asfalto regresábamos hacia el centro de Burdeos. A partir de km 25, más o menos, dábamos varias vueltas que nos hacían pasar por los lugares más bonitos del centro de la ciudad. Además, había bastante público, por lo que animación para correr no faltaba. Por aquí había varios tramos de zonas adoquinadas (más París Roubaix) y había que tener cuidado con las vías del tranvía. De eso estábamos avisados.
Mi estómago no estaba demasiado bien, así que una vez llegado a la zona más urbana cada vez que veía un bar abierto me entraban ganas de entrar para ir al baño. No acababa de decidirme, pero al final, en el km 27 entré en un bar, pedí un café y me dirigí al servicio a ver si solucionaba el problema. Falsa alarma. No me quité ningún peso de encima. Tomé el café mientras los del bar alucinaban porque un corredor se hubiera metido a tomar un café (no me conocen) y me daba muchos ánimos. Después, me incorporé a la carrera y fui pasando los kilómetros lo mejor que podía a ritmo tranquilo.
En el km 34 nuevo tramo de barro y charcos de casi un kilómetro, pasando por un gran parque. Ya quedaba menos. A partir de ahí me empezó a doler un poco una pierna, pero nada del otro mundo. Lo normal en un maratón.
Por fin ya empecé la última vuelta corta que nos pasaba por la zona más céntrica de la ciudad. Luego pasábamos por debajo de la Porte Cailhau, impresionante, y ya entré en la recta de meta con la ilusión y el subidón que dan los últimos metros de un maratón.
Incluyendo la parada en boxes para el café, tardé un tiempo oficial de 4:17:09, poco más que en Barcelona, pero con sensaciones mucho mejores que allí. La diferencia es que en Barcelona corrí solo tres semanas después de correr a tope en Sevilla, y en Burdeos he corrido cinco semanas después de correr despacio en Barcelona.
Espero estar bien para Vitoria. Por ahora estoy bien. Las piernas no me dolían casi ni al acabar la carrera, y hoy he ido al masaje y están perfectas.
Resumiendo el Maratón de Burdeos:
-La inscripción un poco cara para la organización que había (75 euros), ya que en los sitios donde nos desviaban a los del Maratón y a los de relevos o el Medio no había señalización, solo gente avisando en francés.
-Recorrido precioso (lástima de la lluvia).
-Lo de los caminos de tierra-barro es para gustos. Si no hubiese llovido seguro que a todos les hubieran gustado, pero con tanto barro no lo tengo muy claro.
-Los avituallamientos, bien, sin más. Eché en falta geles (menos mal que yo siempre llevo los míos).
-El ambiente y el público muy bien.

Primeros kilómetros.

Da lo mismo las veces que termines un Maratón, siempre es un momento feliz.

Antes de salir del hotel a enfrentarme con la lluvia.

Nada más pasar la meta. Más feliz que una perdiz.

Después del cross, digo, del maratón. Pobres zapas. Creo que ya les toca jubilarse. Han cumplido tras más de 800 km y tres maratones.

Una medallita más.

Viendo a los últimos desde mi hotel. Les queda poco.

La Porte Cailhau, acceso a la meta.

Os pongo ahora unas fotos que he cogido del periódico Sud Ouest, para que veáis el ambiente.
Bonito Burdeos.

Otro bello paso por el centro.

Llegando a la meta.

Puente de Piedra. Km 5.

Una de las zonas de viñedos. Ésta es de las que estaba en buenas condiciones, casi sin barro.


viernes, 17 de abril de 2015

Último entreno bajo la lluvia para el Maratón de Burdeos

Hoy tenía pensado hacer una última salida suave para relajar las piernas tras el masaje de ayer y tener el cuerpo listo para el Maratón de Burdeos que correré mañana por la tarde-noche. Será mi décimo maratón y el tercero de este año, pero el primero que voy a correr a esas horas en las que normalmente me entra ya el sueño y me voy temprano a la cama.
Al final, lo que iba a ser un paseo cómodo sacando unas fotos por el bidegorri de Sodupe, se ha convertido en una incómoda carrera ya que ha empezado a llover según iba hacia allí en el coche y ya no ha parado.
Bueno. Por lo menos he podido correr casi media hora tranquilo, como tenía previsto, y sí que he sacado unas fotos, pero al final la máquina de fotos se ha mojado y ha dejado de funcionar.
Las fotos no han quedado como quería, pero jugando un poco con el Photoshop he podido obtener algunas que me dicen algo.
Bueno. A ver mañana qué tal se me adapta el cuerpo a la nocturnidad y alevosía (además puede que llueva) y al tercer maratón en tres meses.
Ya os contaré.




martes, 7 de abril de 2015

"42,2 Muerte en Central Park"

"La velocidad de la luz es más de un millón de veces superior a la del sonido, por lo que de no haber muerto al instante no te habrías dado cuenta de lo que era el resplandor que viste a lo lejos en el parque esa noche hasta que hubiera llegado a tus oídos el inconfundible sonido de un disparo."
Con este párrafo comienza mi novela "42,2 Muerte en Central Park" que ya está a la venta en formato e-book con la editorial especializada SB-Ebooks. Ojalá, más adelante, pueda publicarse en formato clásico en papel.

La sinopsis de la novela es la siguiente:

David viaja a Nueva York en noviembre de 2012 para participar en el maratón más famoso del mundo, pero a causa de la tormenta tropical Sandy el alcalde Michael Bloomberg suspende la carrera dos días antes. Al ver la desesperación y la frustración de los miles de participantes que se quedan con la miel en los labios, David decide hacer justicia y regresa unos días después y mata al alcalde en Central Park de un disparo.
Al año siguiente vuelve de nuevo a Nueva York para correr la carrera y mientras describe lo que siente kilómetro a kilómetro en este mítico maratón recuerda los hechos del año anterior y su fuga a lo largo de Estados Unidos seguido muy de cerca por Peter, el único policía que descubrió que él mató al alcalde y que se sirvió de David para sus fines. A la vez, David se prepara para lo que le espera tras cruzar por fin la soñada meta de Central Park.
Durante aquel viaje de 5 000 kilómetros de costa a costa, David se vio obligado por Peter a erigirse en varias ocasiones de nuevo en justiciero, dejando otros cadáveres en el camino. Además, por el camino encontró, sin buscarlo, el amor.
El libro nos habla de la justicia y de la venganza en un relato que mezcla el mundo real con el mundo onírico en el que el sueño de correr el Maratón de Nueva York se convierte en realidad.

Como veis, el Maratón de Nueva York, el sueño de Nueva York, tiene una gran importancia en mi vida. Soñé con él muchos años atrás, retomé ese sueño más tarde y lo hice realidad por fin en 2013.
Y durante unos meses, y gracias a la escritura de esta novela, lo he vuelto a soñar una y otra vez.

domingo, 29 de marzo de 2015

Correr con los Beer runners: garantía anti estrés.

Ya sabemos todos que hacer deporte en general, y correr en particular, es una de las mejores terapias anti estrés que existen. Tras una jornada de trabajo, de nervios, de discusiones agotadoras, cambiarte de ropa, ponerte las zapatillas y correr media hora es garantía de que volveremos a la calma, es garantía de saber que nos vamos a relajar.
Si además corremos con gente, vamos a multiplicar los efectos relajantes de correr, ya que mientras lo hacemos podremos mantener una charlita distendida sobre cualquier tema ajeno a nuestro universo particular. Y eso sí que terminará de sacar de nuestra cabeza los temas de nuestro día a día que nos complican nuestro bienestar.
Yo soy de los de que corren solos normalmente. Pero desde este invierno procuro salir de vez en cuando con el grupo de los Beer Runners de Bilbao. ¿Y quienes son los Beer Runners? Pues un movimiento de corredores a los que les gusta quedar para correr por su ciudad y tomarse una cerveza al terminar. ¿A que suena bien?
Aquí tenéis toda la información sobre los Beer Runners, un movimiento que comenzó en EE.UU. a raíz de una investigación científica que demostraba que beber cerveza después del ejercicio es una buena forma de recuperarse. No sé si la validez del estudio sigue en vigor o si ha sido desmentido por otro estudio científico, pero es igual. Todos sabemos que tomar una cerveza no hace daño a nadie, y tomártela después de correr mientras charlas un ratito seguro que es bueno, lo digan o no los científicos.
En Bilbao tenemos un bonito y agradable grupo de Beer Runners (con grupo en Facebook) integrado por gente aficionada a correr de todos los niveles deportivos. Cualquiera es bienvenido, no hace falta haber corrido un maratón o hacer los 10 km en 40 minutos. Solo necesitas ganas de correr.
Os animáis. Lo vais a pasar bien.

martes, 17 de marzo de 2015

Maratón de Barcelona: del (casi) cielo al (casi) infierno en tres semanas

Bueno, pues ya está completada la segunda etapa de mi Tour de Maratones de este año. Finisher por segunda vez en el Maratón de Barcelona.
En noviembre de 2013 también enlacé dos maratones en tres semanas, New York y San Sebastián, y en aquella ocasión el segundo maratón lo corrí con buenas sensaciones, mientras que esta vez, en Barcelona, he corrido mal casi desde antes del km 20.
La diferencia principal es que entonces el primer maratón lo corrí despacio, sacando vídeos y sin castigar el cuerpo en exceso, y esta vez vengo de correr en Sevilla casi a ritmo de mi MMP. Así que era de esperar que en Barcelona corriese con cierta fatiga.
El problema es que esa fatiga esperada se ha visto agravada por un brote de la espondilitis que tengo y que me ha hecho tener días antes de Barcelona una fatiga superior a la normal. Bueno, por lo menos parece que voy mejorando.
Así que tras Sevilla descansé todo lo que pude para llegar a Barcelona con ganas de correr.
Llegué el sábado por la tarde, recogí el dorsal, paseé un rato por la Feria del Corredor (muy completa, me recordó a la de New York), y tras aguantar una fuerte tormenta me acerqué al Estadi Olimpic de Montjuïc (ahora Lluís Companys) a recordar aquel día de marzo de 1996 en el que corrí un maratón por primera vez y me enganché a esta distancia.
El domingo, con un bonito día, aunque algo frío para mi gusto, desayuné bien y me acerqué andando tranquilamente a la salida. Mi salida era en la cuarta oleada con un ambiente muy bonito, muy internacional, con mucho público que presagiaba el gran día del maratón que vivimos en la capital catalana.
Mi estrategia estaba clara. Correr lo más tranquilo posible la mayor parte de la carrera. Iba mirando el pulso, pero no como en Sevilla para ir lo más cerca posible del límite que me había marcado, sino para intentar llevarlo todo el rato por debajo del umbral, 136 ppm.
Así que fui pasando los kilómetros preocupado solamente en que fuera pasando el tiempo y en disfrutar del recorrido urbano y de las miles de personas que nos animaban todo el rato.
 
Llegada a la meta. Un momento siempre de felicidad.

Hay que decir que este maratón es bastante más duro que el de Sevilla, ya que hasta el km 20 hay bastantes tramos que son cuesta arriba, así que es importante no apretar demasiado en esta primera mitad.
A partir del km 10 empecé a tomar geles y glucosa, como hago siempre. Pero mi sorpresa fue que ya en el km 20 empecé a sentir hambre, lo que puede ser el primer aviso de un pajarón, sensación que me es muy familiar de mis años de ciloturista. Así que procuré tomar más geles y más glucosa y además comí algunos trozos de fruta en los avituallamientos (que por cierto eran muy completos y muy bien repartidos por todo el recorrido).
Pasé el medio maratón en 2:02, bastante más lento que en Sevilla, y eso que allí no corrí esa parte a muchas más pulsaciones que aquí, pero la fatiga se dejaba ya notar. Pensé que podría mantener ese ritmo hasta la meta, pero no fue así, y la segunda media maratón la hice en 2:12, y eso sin subir las pulsaciones hasta el último km y medio.
Y así fui dejando pasar los kilómetros, con una sensación de vacío incómoda y además, desde el km 31 con molestias en la parte alta de los cuádriceps, que no me impedían correr pero que no eran agradables. Incluso en los últimos km me paré más de una vez a caminar aprovechando los avituallamientos.
En Sevilla los últimos 10 km los hice de menos a más, pasando a mucha gente y con la agradable sensación de dominar mi ritmo. En Barcelona, en cambio, estos km fueron duros, cada vez más cansado y descontando casi cada metro que me separaba del final.
Solo los dos últimos km, y al ver que bajaba de 4:15, apreté a tope y llegué a la meta esprintando haciendo al final 4:14:14, una marca muy discreta.
Lo bueno de haber corrido con este cansancio es que castigué muy poco al cuerpo, corriendo toda la carrera a unas pulsaciones medias de 137 ppm, y además, salvo esas molestias en los cuádriceps, al terminar apenas sentía las piernas cansadas. De hecho ayer lunes podía bajar escaleras corriendo sin ningún problema y por la mañana el pulso en reposo era de 48 ppm.
Conclusión: Puedo correr sin problemas dos maratones en tres semanas si los dos los corro tranquilo, pero si he corrido el primero a tope ya sé que el siguiente será duro.
Ahora me quedan cinco semanas hasta la tercera etapa de este Tour que me he marcado. Será el 18 de abril en Burdeos y el objetivo será terminarlo y correrlo con mejores sensaciones que en Barcelona.
Sobre la organización de Barcelona he de decir que me ha sorprendido gratamente. El ambiente era fenomenal, olía a un gran maratón internacional, con mucha gente del extranjero, mucho público, muy buenos avituallamientos, una Feria muy completa y en general una organización de sobresaliente. Tal vez la camiseta que nos regalaron podía ser un poco más bonita (aunque eso es según los gustos), pero es que es de Asics y en el stand de Asics había varios modelos de camisetas personalizadas para este maratón que eran muchísimo más bonitas. La que nos han regalado la usaré, seguro, pero si llega a ser una de las del stand la usaría mucho más, también seguro.
Lo único que le pediría a la organización es que pongan más WCs portátiles por el recorrido, ya que al ser todo urbano no quedaba muy bien ver a tantos corredores desbebiendo entre contenedores de basura y en las paredes de los parques.


Con la camiseta de regalo y el dorsal.
Bonita Barcelona.
Después de la tormenta.
Como iba a necesitar toda la motivación, llevé esta pulsera que nos regalaron a los que fuimos al Maratón de New York en 2012 y regresamos en 2013 tras la anulación como premio a la perseverancia.
Con la medalla tras la carrera.
Mis tiempos de paso.
Pulso en Barcelona.
Pulso en Sevilla.

jueves, 5 de marzo de 2015

Mi palmarés (una forma de recordar mi vida)

Hace unos días, Enrique, un compañero cicloturista y seguidor de mi actividad deportiva y periodística y de mis actualizaciones de FB y de mis blogs, me decía que debería publicar mi palmarés deportivo, ya que él considera que es destacable (lo que me extraña ya que, por lo que he visto, el suyo es bastante más importante que el mío).
Pero bueno, su sugerencia me ha servido para recordar grandes momentos de mi vida deportiva (o sea, de mi vida, ya que el deporte ha sido y es una parte importante de mi existencia) y he hecho esta lista de mis "hazañas" como montañero, cicloturista y como maratoniano.


Ciclismo/cicloturismo:

Pruebas por etapas en las que he participado:
  • Vuelta a Maspalomas (Gran Canaria) (2000)
  • Giant Tour (Vuelta cicloturista a Alemania) (2004 y 2005)
  • Vuelta a la Palma (2005)
  • Semana ciclismo Ibiza (2005)
  • Volta a Menorca (4 ediciones desde el 2005)
  • Transpirenaica en solitario con alforjas 2006 y 2007 (en ambos sentidos)
  • Transpirenaica llevando a un grupo en 2008 y 2009
  • Volta a Mallorca (2009)
  • Burdeos - Bilbao (2014)


Transpirenaica 2006


Pruebas de un día (entre otras de menos importancia):
París Roubaix 2012
L'Etape du Tour 2012



Puertos ascendidos (entre muchísimos otros):
  • Angliru
  • Lagos de Covadonga
  • Alped’Huez
  • Izoard
  • Stelvio
  • Casi todos los de Pirineos
  • Mont Ventoux

Mont Ventoux 2013
Tourmalet (2012). Seguramente el puerto que más veces he ascendido en mi vida.


Maratones:
  1. Barcelona 1996
  2. San Sebastián 1997 (mejor marca 3:39:21)
  3. Bilbao 2000
  4. San Sebastián 2012
  5. New York 2013
  6. San Sebastián 2013
  7. Rotterdam 2014
  8. Sevilla 2015 (2º mejor marca 3:42:24)
  9. Barcelona 2015
  10. Burdeos 2015
  11. Vitoria 2015
  12. Laredo 2015
  13. Washington 2015
New York 2013



Montaña:



Cima Toubkal (Marruecos 1985)