viernes, 1 de julio de 2016

Gorbea Beat the Sun, o cómo los sueños dan dolor de piernas

Cuando hace algo más de 10 años escribí el libro “Gorbea, un año doce ascensiones” (editado por la Diputación Foral de Bizkaia), soñé que un buen complemento al libro sería una última ruta que uniera Bilbao con la Cruz, algo que es una excursión tradicional para muchos clubes de montaña de Bilbao.
En el verano del 2013, como lo seguía soñado, hice la ruta caminando desde mi casa de Bilbao hasta la Cruz y bajada a Pagomakurre, y según la hacía, comencé a soñar en hacer la ruta completa ida y vuelta.
 
En la Cruz, a mitad de la aventura.

Más tarde, el año pasado, descubrí la carrera “Asics Beat the Sun”, que por equipos y a relevos da la vuelta al Mont Blanc (unos 150 km) en lo que dura el 21 de junio, el día más largo del año, en Chamonix: 15 horas y 44 minutos. No tengo que decir que eso me hizo soñar una vez más, pero como es casi imposible que me seleccionen para formar parte del equipo europeo para la carrera de Asics, pues el sueño se convirtió en mi particular “Gorbea Beat the Sun”, esto es, hacer en solitario y sin ayuda externa la ruta Bilbao Gorbea Bilbao en lo que dura el día más largo del año en Bilbao, 15 horas y 24 minutos.
Y así, soñando, como quien no quiere la cosa, inicié esta aventura.
Pero yo soy un soñador realista, y en los meses pasados poco a poco he ido atando cabos y organizando lo que iba a necesitar para tener éxito en la empresa: he repasado la ruta mentalmente muchas veces; he ido tres veces a los tramos menos conocidos por mí para entrenar y para marcar los cruces donde tenía más posibilidades de despistarme; he ido anotando todo lo que iba a necesitar; decidí dónde iba a dejar el coche para tener comida, agua y ropa tanto a la ida como a la vuelta;… En fin, que no quería dejar nada al azar que me pudiera fastidiar el día. Cuanto más loca es la aventura, más cuerdo ha de ser el aventurero, dicen.
Luego debía elegir bien el día. Lo suyo sería, como es lógico, hacerlo el 21 de junio, pero este año caía en martes y me coincidió con unos días de cansancio y con pronóstico del tiempo no muy bueno, así que lo dejé para el sábado 25 de junio. Pero como mi cuerpo no estaba muy bien por un catarro, y también había posibilidad de lluvia, al final lo planifiqué para el miércoles 29 de junio. Se preveía tiempo nuboso, pero con poca posibilidad de lluvia, ideal para darte una paliza por el monte.
Así que el martes fui en coche a Bikotz Gane. Lo dejé allí con todo el avituallamiento y algo de ropa y regresé en bici a Bilbao.

 
Antes de empezar a andar.

Bilbao Gorbea
Madrugón y a las 6:30 empiezo a andar. Subo por Rekalde hacia el Pagasarri trotando un poco en las zonas más fáciles. Tras el duro repecho desde la barrera hasta el cruce ya voy por terreno más cómodo hacia Pastorenkorta, trotando en ocasiones. Llego al collado y cojo la pista que bordea la cima para evitar la rampa que sube a ella. La pista me deja al otro lado del monte donde empieza una empinada bajada hacia Ugao, con unos tramos de cemento de más del 30% de desnivel. Malo para bajar corriendo y una pesadilla al pensar en que a la vuelta lo tengo que subir con 70 km en las piernas. Bueno, ya me ocuparé de eso cuando llegue el momento.
 Primeros kilómetros trotando por las laderas del Pagasarri.
 
Collado de Pastorenkorta. Sigo la pista a la derecha evitando el repecho a la cima.

  Bajando la pista de cemento hacia Ugao. En rojo la subida a Untzueta, el cresterío y el tramo final a la Cruz, que no se ve porque está cubierto por las nubes.
  La bajada dura de Pastorenkorta a Ugao.
Bajo ligero hasta Ugao (km 14) a donde llego en poco más de dos horas. Voy bien. Tomo un café y sigo corriendo por el asfalto llano hasta donde empieza ya la subida a Untzueta. Ahora se alternan tramos duros con algunos un poco más cómodos, pero ya, salvo el primer repecho de cemento hasta unas casas, es todo por pistas de montaña. Subo ligero y llego al Untzeta (km 20, 3:15 horas) más rápido de lo que lo hice el mes pasado entrenando. Buena señal.
  Pasado ya el Untzueta.
  A mi espalda se ve Itxina. Gorbea está detrás oculto por las nubes.

  Cresterío entre Untzueta y Bikotz Gane.

  Cresterío hasta Untzueta y al fondo la bajada de Pastorenkorta.


Sin tocar la cumbre, me meto por la zona de la ruta más complicada, ya que tienes que ir adivinado un sendero entre rocas por una ladera muy empinada que obliga a ir con cuidado para no tropezar y caer hacia la derecha, lo que podría ser peligroso. Por suerte no es un tramo muy largo y enseguida empieza un cresterío de unos 8 kilómetros que por senderos, caminos y algún bosque, me dejará en Bikotz Gane, primer avituallamiento. Sigo bien la ruta, trotando y andando, y llego al último camino malo antes de Bikotz, un sendero apenas visible entre ortigas y altos helechos que evita el paso por el rocoso e incómodo monte Garaigorta.
Por fin llego al coche. Llevo 29 kilómetros en 4:45 horas. Me cambio de camiseta, como, bebo, relleno la bolsa de hidratación y aprovecho para enviar algún mensaje. Tras el descanso cojo la pista que me llevará hasta Pagomakurre. Los tramos fáciles corro y camino en los más empinados. En Pagomakurre el cansancio empieza a notarse, y paro 5 minutos solo para descansar antes de subir la pista a Arraba.
Antes de llegar a Arraba me tengo que detener un momento para cambiarme los calcetines, pues noto rozaduras. Llego a Arraba (km 37) bien, pues he tardado unos 33 minutos en ese tramo incluyendo la parada, cuando normalmente tardo un poco más sin parar. Voy a buen ritmo.
Atravieso la parte llana de Arraba corriendo un poco, pero casi todo el rato caminando, ya que no quiero cansarme mucho antes del repecho final a la Cruz, que es muy duro. Paso por Aldape y llego a Egiriñao ya con bastante niebla.
Empiezo a subir por la hierba hacia las rocas que dan acceso al collado de Aldamiñospe, pero al de unos minutos me encuentro con unas rocas y unos árboles que no tenían que estar allí. La conclusión es clara: el que no tenía que estar allí era yo. Por la niebla me he debido desviar un poco hacia la izquierda y me he metido hacia el Aldamin. Lo compruebo con el gps del móvil, desciendo un poco y ya retomo el camino bueno. Voy subiendo con fuerza por la inclinada pendiente y ataco la loma final hacia la Cruz. La niebla me envuelve y no se ve más de allá de unos diez metros. Sigo subiendo y por fin veo la Cruz cuando me doy de bruces con ella.
  Detalle del despiste en Egiriñao.

Primera parte completada. 41 km en 7:47 horas. Hago unas fotos, envío un par de mensajes y con el móvil en la mano para orientarme con el gps desciendo por donde he venido hasta el collado. En este tramo y con esta niebla es muy importante no desviarte nada, pues a tu alrededor solo hay hierba abajo y niebla en todas las demás direcciones y es muy fácil perder la orientación y meterte en una zona de rocas fuera del camino y te complicas.

 Subida final a la Cruz. No te puedes mantener en pie por la pendiente.

  Primera parte superada.

  Niebla espesa en la cima del Gorbea. Casi no se ve ni la cruz entera.

Gorbea Bilbao
Llego al collado bien. Ya puedo guardar el móvil, pues ahora el camino es más fácil de seguir, y bajo con alegría hacia Egiriñao y Arraba. No me detengo en el descenso y voy corriendo a ratos buscando el equilibrio entre correr y no cansarme demasiado.
Tampoco me detengo en Pagomakurre y sigo todo lo rápido que puedo hasta el coche. Por fin llego. Km 53, 10 horas. Ahora hago una parada algo más larga. Como bien, relleno el agua, pongo a cargar el Garmin, envío algún mensaje y descanso un rato. Me parece que voy bien de tiempo y que me va a sobrar más de una hora. No hago bien los cálculos, porque más tarde comprobaré que no he acertado mucho en esas previsiones. Será por la fatiga que ya tengo.
Ya más recuperado recojo todo y ataco de nuevo el tramo hasta Untzueta. Ya no puedo correr tramos muy largos, porque ya me noto cansado. Voy avanzando lo más rápido que puedo, con pequeñas paradas para recuperar el aire o para responder a la llamada de la naturaleza.
  Senda bordeando Garaigorta.
  Tramo complicado bordeando la cima del Untzueta. Hay que ir con cuidado.


Por fin llego al comienzo del tramo rocoso final y allí extremo las precauciones, pues al ir ya con fatiga mis reflejos no están en su mejor momento y no quiero tener un mal tropiezo y rodar monte abajo.
Al terminar el tramo hago un descanso breve, como algo y empiezo a bajar lo más rápido que puedo hacia Ugao. Miro la hora y veo que si se me atraganta la subida de cemento hacia Pastorenkorta voy a andar justo de tiempo para terminar en menos de 15:24, así que corro cuesta abajo todo lo que puedo.
De repente noto algo raro en la espalda. Me toco y compruebo que se me ha abierto la mochila. No sé cómo ha podido ser. Se habrá enganchado en una rama, supongo. Me detengo y compruebo a ver si he perdido algo. Y sí, he perdido un guante. Si fuese un guante cualquiera lo daría por desaparecido en acto de servicio, pero es un guante del Maratón de Nueva York y merece ser rescatado. Así que dejo las cosas en el suelo y corro monte arriba. Por suerte enseguida aparece el guante y puedo seguir mi descenso.
Por fin llego al asfalto de Ugao (67 km, 13 horas). Ahora no puedo correr mucho ya que estoy empezando a sentirme bastante cansado. Voy justo de tiempo pero decido, con buen criterio, que es mejor parar un poco. Así que entro a un bar, me tomo un café, relleno la bolsa de agua (que ya tenía poca), tomo un gel y algo de glucosa, y sigo llaneando hacia el inicio de la subida final.
Para mi sorpresa veo que en la subida mantengo un ritmo bueno. He de hacer una última parada, ya que la naturaleza me vuelve a llamar (será el gel) y ataco con decisión el tramo duro de cemento. Llego arriba y cojo la pista que bordea Pastorenkorta. Por fin llego al collado. Ya solo me queda un poco de llano y bajar por asfalto a Bilbao. Calculo lo que me queda y veo que tengo algo de margen, pero no demasiado. Unos minutos.
La zona de llano intento hacerla corriendo suave, pero he de hacerla caminando rápido más que corriendo. Ya empiezo la bajada y voy alternando el andar con el correr mientras veo que el Sol ya está muy bajo y comienza a anochecer. Me duelen los tibiales al correr cuesta abajo. No está mal. En una ruta de más de 80 kilómetros solo tengo molestias musculares al final.
Llego a Rekalde. Están de fiesta. Rodeo la zona festiva, mando un mensaje y llamo a mi mujer mientras corro hacia mi casa para decirle que estoy bien y para pedirle que me haga una tortilla de bonito, que voy con hambre. Me quedan pocos minutos para completar el tiempo total. Pillo dos semáforos en rojo, para darle más emoción al final, y corro todo lo que puedo hasta el punto donde he iniciado a correr esta mañana. Por fin llego y detengo el cronómetro: 81,6 km en 15 horas y 21 minutos. Lo he logrado. Me han sobrado tres minutos. Estoy muy cansado, pero inmensamente satisfecho de lograr cumplir un sueño más, un sueño duro.
Llego a casa y en un visto y no visto devoro la tortilla en bocadillo y me bebo una cerveza. Me ducho y al salir de la ducha casi no puedo ni caminar por el dolor de piernas y las rozaduras en los pies. Bueno, ya se me pasará. Es lo que tiene a veces el soñar.

  A punto de terminarse el día en Bilbao.

  Bilbao a mis pies. Ya está casi hecho.

  No duró mucho la cena.

PD: La sensación de cansancio que tuve al terminar no la recordaba desde algunas de las marchas cicloturistas más duras que he hecho, y no me refiero a la Quebrantahuesos (la más conocida) sino a otras más duras como la Luchón Bayona de un tirón que hice dos veces (321 km con Peyresorde, Aspin, Tourmalet, Soulor y Aubisque por el camino) y otras de ese tipo que hacía en mis tiempos de ciclista. El cansancio que te deja una paliza de este tipo es diferente al de un maratón, por ejemplo, porque llegas a un estado de agotamiento más general.
Sé que hay gente que minusvalora el esfuerzo de un ultra frente al de un maratón de asfalto, ya que en los ultras casi todos los corredores caminan mucho rato y en un maratón corres todo el rato. En este reto, por ejemplo, yo habré corrido más o menos el 25% del tiempo, porque hay tramos en los que la pendiente o el terreno te impide correr (salvo que seas un corredor muy preparado) y otros tramos en los que hay que regular el esfuerzo para llegar al final, y eso hace que camines más que corras.
No digo que una cosa sea más dura que otra. Son esfuerzos y exigencias diferentes, pero el agotamiento al que llevas al cuerpo en una paliza de tantas horas, por lo menos para mí, es mayor que el de correr un maratón (y he corrido 14 y algunos intentando hacer mi MMP).

Datos (según Garmin Connect):
Distancia total: 81,6 km.
Tiempo total: 15 horas 21 minutos (11:18 min/km).
Tiempo sin paradas: 13 horas 27 minutos (9:54 min/km).
Total paradas: 1 hora 54 minutos.
Desnivel acumulado: 4.233 metros.
Tiempo hasta la Cruz: 7:47 con paradas. (9 minutos en la cima)
Tiempo regreso: 7:25 con paradas.

Material que llevé:
En el coche, que dejé en el km 29 a la ida (puerto de Bikotz Gane), tenía ropa, agua, Aquarius y comida (geles, barritas, fruta, sándwiches, galletas, etc.).
En la mochila llevé: agua en una bolsa de hidratación, chubasquero, camiseta y calcetines, guantes y buff, geles, glucosport y barritas, crema sol, vaselina, batería externa para el móvil y para el Garmin, cámara de fotos pequeña y un minitrípode, llaves del coche, pañuelos de papel y una linterna frontal por si se me hacía de noche a la vuelta.

lunes, 27 de junio de 2016

Garmin Forerunner 235: Decepción como pulsómetro (2ª parte)

El pasado 5 de marzo subí aquí un post contando mis problemas con el pulsómetro Garmin Forerunner 235.
Me había quejado al S.A.T. de Garmin España de que la medición del pulso en la muñeca del 235 funcionaba mal. Me revisaron la unidad y me la devolvieron y me dijeron que era normal la falta de precisión de la medición del pulso en la muñeca.
Les volví a escribir con la misma queja, ya que no había mejorado tras su revisión, con algunos gráficos del pulso medido en la muñeca con el Forerunner 235 frente a la medición del pulso en el pecho con un Garmin Edge 800.
Me respondieron que les volviera a remitir la unidad, y tras revisarla me enviaron una unidad nueva.
Pensé que así se solucionaría el problema, pero tras hacer varias pruebas con ella vi que el funcionamiento era el mismo que con la anterior unidad.
Aquí podéis ver dos gráficas de un mismo ejercicio de series con la unidad 235 nueva y con el Edge 800 y como veis el Garmin Forerunner 235 no sirve para entrenar como pulsómetro si no usas una cinta de pecho.


Me volvieron a responder que es normal que la medición del pulso en la muñeca no sea tan precisa como la de la banda en el pecho. Así que les dije que me gustaría cambiar cambiar el 235 por otro pulsómetro, como el 630, ya que si hubiese sabido esa falta de precisión no lo hubiera comprado.
Me dijeron que no se podía cambiar la unidad por otra y me dieron esta respuesta:

Aunque nuestro monitor de FC incluye tecnología punta, existen limitaciones inherentes a la tecnología que pueden provocar que algunas de las lecturas de frecuencia cardiaca sean imprecisas en función de ciertas circunstancias. Estas circunstancias incluyen las características físicas del usuario, el ajuste del dispositivo y el tipo y la intensidad de la actividad, tal y como se ha descrito anteriormente. Los datos del monitor de FC no se deben utilizar para fines médicos o para diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad o afección.
Por lo que desde Garmin, recomendamos utilizar el sensor óptico interno para el control wellness, pero para entrenamientos  recomendamos el uso de una banda pectoral –revisar compatibilidad- , las mediciones siempre serán más precisas con la banda pectoral, la tecnología óptica tienes sus limitaciones.

En fin. Volví a insistir en que entiendo una falta de precisión, pero no que me marque, como lo hace, pulsaciones con un desvío sobre mi pulso real de 30 y 40 pulsaciones por arriba y por abajo.

Su última respuesta fue ésta:

Siento comunicarle que no es posible el cambio de un equipo por otro modelo por dicha razón, en todo caso deberia de hablarlo con quien se lo suministró. En todo momento Garmin deja claro que los sensores elevate son para uso wellnes y que su uso para deportes de intensidad puede no ser exacto debido al propio movimiento que recibe el reloj en la muñeca, para ello disponemos de los packs rendimiento pensados para lo que su propio nombre indica y donde el dispositivo ya se entrega con una cinta acorde al deporte para el cual está indicado.
Aluciné con la respuesta, ya que es un pulsómetro para correr, no para wellness (que no sé ni lo que es), y les contesté esto:

En la página de Garmin, en la especificaciones del Forerunner 235 (que está entre los dispositivos para running) pone: "Forerunner 235 utiliza un sensor óptico que mide continuamente la frecuencia cardiaca desde la muñeca (2), por lo que ofrece la posibilidad de correr sin una cinta para el pecho".
Según esto, parece claro que el 235 es un dispositivo para usar en actividad de running sin usar cinta del pecho.
Si voy a la nota (2), pone que: "Aunque nuestro monitor de FC incluye tecnología punta, existen limitaciones inherentes a la tecnología que pueden provocar que algunas de las lecturas de frecuencia cardíaca sean imprecisas en función de ciertas circunstancias. Estas circunstancias incluyen las características físicas del usuario, el ajuste del dispositivo y el tipo y la intensidad de la actividad, tal y como se ha descrito anteriormente".
Entiendo que pueda haber una imprecisión del sistema en "algunas lecturas" bajo "ciertas circunstancias", pero entiendo que una imprecisión pueda ser que el pulso que señala el dispositivo oscile en un rango de +- 5 o 7 pulsaciones por encima o por debajo de las reales, pero, en mi caso al menos, el 235 me marca un pulso con un error de 20 o 30 pulsaciones por encima o por debajo si no llevo la banda del pecho. Con lo que no "ofrece la posibilidad de correr sin una cinta para el pecho" como se anuncia en las características de este producto.
Por tanto, considero que he adquirido este producto influenciado por una publicidad engañosa sin la cual no lo hubiera comprado, y por ello es por lo que les solicito el cambio de modelo.


Ya no me han vuelto a contestar más, así que a partir de ahora, cuando necesite los datos de pulso (casi siempre) usaré la cinta del pecho, que es lo que quería evitar y por lo que compré el 235.
Bueno, que lo sepáis si estáis pensando en comprar un Forerunner 235.

miércoles, 22 de junio de 2016

Correteando por el Señorío de Bertiz (Navarra)

Este pasado fin de semana me tocaban días de bicicleta por Elizondo, en Navarra, con mis amigos de la Sociedad Ciclista Bilbaina. Mi intención era correr el sábado por Bertiz y el domingo andar en bici por el puerto de Artesiaga hasta Eugi. Pero como se anunciaba lluvia para los dos días (como así fue) ni siquiera me llevé la bici y he corrido los dos días.
El sábado hice CaCo (caminar - correr) por el Señorío de Bertiz, que es un parque natural precioso y muy recomendable para visitar (mejor si no llueve, aunque aquí lo habitual es que llueva).
Qué gozada es correr por sitios así.

Partiendo del parking del Parque, en el pueblo de Oieregi, fui medio andando medio corriendo hasta la cima del monte Aizkolegi, punto más alto del parque con 841 metros. Se trata de una pista cómoda que, salvo un corto tramo inicial de asfalto llano, luego va ascendiendo sin demasiada pendiente pero de forma continua.
Arriba se encuentra una casa en mal estado, que era la segunda residencia de los dueños anteriores del parque (Pedro Ciga y Dorotea Fernández), ya que fue una finca particular antes de ser Parque Natural.
No me encontré demasiado bien, así que caminé más de la cuenta y corrí despacio cuando lo hice. El descenso lo hice por el mismo camino, con lo que me salieron algo más de 21 km en 2:45 horas. Según bajaba solo podía pensar en el bocadillo de txistorra que me iba a comer en el pueblo, como así lo hice antes de ducharme e ir a comer (pillé una buena pájara, jeje).
El domingo, mientras los demás hacían su segunda etapa en bici con menos lluvia que el sábado, me acerqué hasta el pueblo de Erratzu, donde dejé el coche y completé otra sesión más corta de CaCo, aunque con más barro, hasta la cascada de Xorroxin. Bueno, solo llegué hasta la primera cascada, porque luego me enteré de que la grande está más arriba de donde llegué yo. Lástima.
De todas formas un bonito y tranquilo fin de semana, aunque con mal tiempo y malas sensaciones en cuanto a mi estado de forma.
En principio este próximo sábado me toca mi "Gorbea Beat the Sun", pero tal vez lo aplace. No me encuentro demasiado fuerte y anuncian mal tiempo. Ya veré.

Elizondo, capital del Baztan.



Casa en ruinas en la cima de Aizkolegi.


Todo el parque del Señorío de Bertiz es una maravilla.



Cascada pequeña de Xorroxin.




Vista del Valle de Baztan.

Mapa del Señorío de Bertiz. Yo subí y bajé por la ruta verde.

sábado, 11 de junio de 2016

Gorbea "Beat the Sun": mi próximo reto

Esta mañana he hecho un poco de CaCo (Caminar - Correr) por algunos caminos del Gorbea. Este monte es el más alto de Bizkaia y de Álava, y uno de los más queridos por los vascos. Para mí es un monte especial, ya que desde que era un crío tengo recuerdos de subir hasta la Cruz primero con mi padre y luego con amigos o en solitario. Incluso tengo publicado un libro que escribí hace años sobre doce rutas por el Gorbea, una por mes, así que es una montaña importante en mi vida.


El año pasado me enteré por las redes sociales, y luego en un reportaje en Teledeporte, de la carrera "Beat the Sun" organizada por Asics en el Montblanc. Es una carrera en la que equipos de corredores mixtos, entre corredores populares y profesionales que representan a todos los continentes, tratan de vencer al Sol haciendo un recorrido alrededor del Montblanc, unos 150 km, entre el amanecer y el anochecer del día del solsticio de verano, 15 horas y 41 minutos en Chamonix, donde empieza y termina la carrera.
Pues bien. En cuanto vi el reportaje tuve la idea de hacer mi particular "Beat the Sun" en casa.
Hace tres veranos hice andando desde mi casa el recorrido por monte desde Bilbao hasta la Cruz del Gorbea (y descenso hasta Pagomakurre). Me salieron unos 50 y pico kilómetros. Así que se me ocurrió que para mi "Gorbea Beat the Sun" haría el recorrido Bilbao-Gorbea-Bilbao, intentando completarlo en el tiempo de luz solar del día más largo del año en Bilbao, que son 15 horas y 21 minutos, 20 minutos menos que en Chamonix, que está más al norte.
Durante las últimas semanas, entre mis entrenamientos normales de correr, he ido algunos días al Gorbea para repasar las zonas de la ruta que menos conozco y así no tener dudas sobre qué sendero seguir el día del reto, que, si el pronóstico del tiempo es bueno, será el próximo sábado 25 de junio, ya que el día del solsticio es el 21 de junio que cae en martes.
Mi plan será ir el día antes hasta el puerto de Bikotx Gane, que está más o menos a mitad de camino entre Bilbao y el Gorbea, dejar allí el coche con agua, comida y algo de ropa para así tener avituallamiento y material de apoyo tanto a mitad de la ida como a mitad de la vuelta (además de tener el coche por si algo se tuerce y me retiro). Tras dejar el coche volveré a Bilbao en bici y al día siguiente saldré de casa más o menos a la hora de la salida del Sol con la intención de regresar de nuevo antes del ocaso.
Me saldrán algo más de 80 kilómetros, por lo que si solo voy caminando, y teniendo en cuenta el desnivel acumulado (más de 4.000 metros), las abundantes zonas de gran pendiente y las paradas que haga, no creo que pueda hacerlo en 15:21 horas. Así que en las zonas más fáciles tengo que correr, con lo que el reto es más atractivo, ya que se me convierte en un ultratrail de montaña.
Es un objetivo bonito y llevo pensando en él bastante tiempo, con lo que creo que tengo el plan bastante organizado en cuanto a qué llevar y qué ruta seguir (ya sabéis eso de que cuanto más loca es la aventura, más cuerdo ha de ser el aventurero).
En fin, que ya os contaré cómo me va. Por ahora es un desafío que me mantiene ilusionado. Después ya vendrá el tiempo de empezar en serio con la preparación del Maratón de Berlín, que es el reto de otoño.

Bajando de la cruz tras ver el amanecer en la cima el pasado 22 de diciembre.

Mi libro del Gorbea

lunes, 6 de junio de 2016

II Subida a los Lagos de Covadonga (corriendo)

Este domingo pasado participé en una carrera diferente y muy atractiva (y dura): la Subida Pedestre a los Lagos de Covadonga.
Cuando uno de los amigos de los Beer Runners de Bilbao, Iñaki, comentó hace unos meses que iba a ir a correrla, enseguida me animé yo también. Los Lagos es uno de los puertos míticos de la Vuelta a España y del ciclismo mundial. Yo en bici lo subí hace años en la marcha cicloturista “Subida a los Lagos de Covadonga” (que se corrió el sábado, por cierto) y en varias ocasiones que me he acercado hasta allí a ver la Vuelta. Y como el año pasado inicié en el Tourmalet (mi puerto favorito) mi lista de subidas a puertos míticos corriendo, pues qué mejor ocasión que una carrera organizada para sumar mi segundo gran puerto a mis piernas de corredor (mis piernas de ciclista tienen una muy larga lista de puertos ascendidos en muchas partes de Europa).
Esta foto resume muy bien la carrera: rampas duras y cara de satisfacción.

En fin. Que tontamente nos juntamos entre Beer Runner y amigos casi una docena de personas que formamos parte de los 117 valientes que llegamos hasta la meta (supongo que saldrían algunos más). La mayoría de nuestro grupo fue el viernes, y tres fuimos desde Bilbao el mismo domingo, tras un buen madrugón.
El día salió tristón, con algo de sirimiri, perdón, orbayu, como le llaman en Asturias, y una niebla que impidió admirar los bonitos paisajes de esta preciosa carretera a los que no la conocían. Para correr igual es mejor así, pero yo hubiera agradecido algo de sol en la subida, y sobre todo arriba, tras terminar.
De salida nos fuimos quedando por la parte de atrás del pelotón. La subida es dura y es mejor pecar de prudencia al principio. Luego ya nos fuimos desperdigando un poco, ya que algunos caminaron a tramos y otros nos paramos a hacer algunas fotos. Yo acompañé a Diana y Txus hasta el km 6, más o menos, y luego apreté un poco para ir subiendo con el objetivo de no caminar ni un metro de la subida.
Se me hizo algo dura la parte desde la Huesera hasta el Mirador de la Reina, ya que ahí es donde más pendiente hay y donde se me cargaron bastante los gemelos y sóleos, tanto que descarté mi idea inicial de bajar el puerto corriendo tras la carrera, en vez de esperar al autobús. Por suerte, desde el km 9 ya hay más descansos, alguna bajada y ya no hay rampas duras.
Poco a poco fuimos coronando la carrera y no tardamos en juntarnos todos en la meta con una sonrisa amplia en nuestros rostros, ya que ésta es de esas carreras que te dan una gran satisfacción solo por llegar a la meta.
Diana y Txus, que iban un poco temerosos de la subida, lograron terminar como campeones, tras una subida llena de risas y de esfuerzo. El gran Iñaki también entró en meta alzando los brazos. El año pasado subió el Angliru y este año Lagos. Parece que se va a especializar en puertos asturianos.
Nadia, que iba un poco lesionada, también llegó a meta con la ayuda de Juantxu, que podía haber llegado el primero de los Beer Runners con facilidad, pero prefirió ir por detrás para ayudar a Nadia a terminar. Un ejemplo de un gran corredor y persona.
Los demás que nos acompañaron llegaron a meta bastante antes que nosotros, pues tienen un nivel mayor, pero se agradeció su presencia en el pre y en el post carrera.
Quiero hacer una mención especial a la magnífica organización de la carrera. Es verdad que al ser pocos participantes es más fácil tratar bien a todos, pero por 16 euros tuvimos una carretera cortada solo para nosotros, camiseta, dos puestos de agua en el recorrido y un buen avituallamiento en la meta, autobús para bajar, subida a meta de nuestras bolsas (que ya venían con la etiqueta pegada de cada uno) y una entrega inmediata al llegar arriba, una masajista, cronometraje con chip, trofeo-recuerdo, duchas en Cangas de Onís, etc. Un 10 para la organización.
En resumen. Una carrera dura pero muy motivante por el reto que significa, una jornada muy agradable entre amigos y buenos momentos, y una muesca más en mi haber deportivo. Espero seguir mucho tiempo sumando este tipo de experiencias. Son de las que mejor recuerdo me dejan.
Foto antes de salir. Casi salimos todos los participantes.

Esperando el momento de empezar a correr.

Típica foto de los pies dándose ánimos unos a otros.

Primeros compases y todos los Beer Runners Bilbao juntos. 

El pelotón se estira.

Ya en las primeras rampas duras.  

Diana dice que iba con miedo a la carrera, pero no dejó de hacer el tonto en toda la subida. Qué tía. 

Aprovechando el avituallamiento para seguir nuestro lema: mucho más que correr.

Llegando a La Huesera con buen ánimo y buena cara.

Última curva y entrada en meta bajando.

El gran Iñakitxu cruzando el arco de meta.

Diana contenta. No es para menos.

Y Txus, que casi no puede entrenar pero llegó a meta como un campeón.

Foto de grupo antes de bajar. Qué pena la niebla.