viernes, 31 de julio de 2020

Jugando a ser ultrarunner, 2ª parte. Bilbao Lekeitio. 57 años, 57 km.

En julio de 2018 realicé uno de esos retos “made by Javi Sánchez” que se me ocurren de vez en cuando. En esa ocasión fue el de ir corriendo desde Bilbao hasta Lekeitio, casi 57 km subiendo los altos de Autzagane y el Balcón de Bizkaia. Fue un día de calor y acabé sufriendo bastante pero llegué a Lekeitio con la satisfacción del logro conseguido.

Este año, durante el confinamiento primaveral, como muchas otras personas, no hacía sino soñar con lo que haría en cuanto estuviéramos libres de nuevo. Y así planeé el ir al Gorbea de noche (cosa que he hecho dos veces), y entre otras ocurrencias me vino a la cabeza celebrar el día de mi 57º cumpleaños repitiendo la ruta entre Bilbao y Lekeitio pero alargando los metros necesarios para redondear el recorrido a 57 km, un km por año.
Pero la semana pasada, justo unos pocos días antes de mi cumpleaños, una inoportuna lumbalgia me dejó sin poder correr durante unos días, por lo que he tenido que aplazar el plan hasta este pasado miércoles, día 29 de julio, cuando ya me encontraba bien y además el pronóstico del tiempo era bueno, sin demasiado calor.
Así que, tras comer y cenar pasta y arroz el martes para cargar el depósito, el miércoles madrugué un poco, desayuné bien y me preparé con calma. Luego bajé en metro al ayuntamiento (no era cuestión de cansarse más de la cuenta) y a las 9 de la mañana empecé a correr, bueno, mejor dicho a caminar porque de entrada subí desde la Plaza del Gas a Begoña por el Parque de Etxebarria, donde hay una cuesta bastante considerable que era mejor hacer andando. Luego, ya arriba, empecé a correr, muy despacio de camino a Amorebieta por la carretera.
Hasta pasado el cruce de Erletxes se puede correr casi todo el rato por acera con seguridad, luego fui por el arcén izquierdo con cuidado hasta el cruce de Boroa, donde ya hay acera de nuevo hasta Amorebieta. Desde Bilbao hasta aquí es el tramo más feo del recorrido (y más peligroso por el tráfico), pero fui bien. Entre la acera y el arcén en una zona de largas rectas que se ve bien el tráfico, tampoco tuve ningún problema, pese a que era un día entre semana, cuando siempre hay más tráfico de camiones.
Hasta Amorebieta hice paradas en todas las fuentes que hay (Etxebarri y Galdakao). En Erletxes paré a tomarme un gel y una lata de Aquarius que compré en la máquina de un bar. Ya en Amorebieta entré a un bar y me tomé un pincho de tortilla y una cocacola antes de comenzar a subir (caminando casi toda la subida) a Autzagane por el bidegorri que evita la carretera. Iba bastante bien, con la moral alta y el cuerpo a gusto.
Me saqué la foto en el cartel del Alto de Autzagane y bajé sin más problema corriendo a gusto hasta Zugaztieta, donde me esperaba otra fuente previa a subir el Balcón. Pero al llegar allí descubrí, con preocupación, que la fuente no funcionaba, lo que era un problema porque tenía que tomarme un gel y media barrita y no había más fuentes hasta Urrutxua, tras una larga subida de 5,2 km. Por suerte vi que en el caserío del cruce había un señor regando las flores. Le comenté lo de la fuente y me ofreció un vaso de agua. Menos mal.
Tras el descanso y el avituallamiento, empecé la subida a Urrutxua y al Balcón de Bizkaia. Hace dos años la hice entera caminando y con calor. Esta vez pude alternar el correr y con el andar y la temperatura era mejor, así que llegué a la fuente del cruce de Urrutxua más rápido y más entero que en 2018. En la fuente tomé otro gel, comí media barrita, bebí bien y seguí hacia el Balcón con algunas bajadas y llanos que se intercalan en la subida hasta ese precioso mirador de Bizkaia.
Ya en la cima, una nueva foto y a correr con tranquilidad cuesta abajo hasta Munitibar. Ya estaba en al valle del Lea que me conduciría hasta mi meta en Lekeitio.
En Munitibar hice otro avituallamiento sólido en un bar. Un bocadillito de lomo, un poco de bizcocho y una cocacola. Ya solo me quedaban 18 km descendentes con varios repechos. En 2018 este tramo se me hizo muy duro por el calor y la fatiga y tuve que caminar en bastantes tramos. Este año estaba mucho más entero y pude correr casi todo el rato salvo en los repechos, que los hice andando. Paré a beber en Aulestia, Gizaburuaga (donde tomé un último gel) y en Oleta, y llegué a Lekeitio mucho mejor que hace dos años. Me saqué la foto junto al ayuntamiento y luego seguí corriendo por el puerto hacia el rompeolas hasta que el reloj me marcó los 57 km. Reto conseguido. Muy satisfecho y además casi 20 minutos menos que hace dos años, cuando estaba más en forma que ahora.
En total tardé 6:23:16 sin las paradas y 7:37 contando todas las paradas (6:41:15 y 7:44 hace dos años). El ritmo medio de este año ha sido de 6:43 min/km, mientras que en 2018 me salió un ritmo medio de 7:03 min/km. Hasta Zugaztieta he ido casi al mismo ritmo que en 2018, pero en la subida a Urrutxua y desde Munitibar a Lekeitio este año he ido mucho mejor y más rápido.
En resumen, muy satisfecho con esta tirada de ultrarunner y una buena forma de celebrar mis 57 años, que ya empiezan a ser unos cuantos.


2020
2018

Kms
Tiempo
Kms
Tiempo
Bilbao (Ayto.) – Amorebieta
19,6
2:01
19,6
2:02
Amorebieta – Autzagane
3,2
27
3,2
25
Autzagane – Zugaztieta
3,2
19
3,2
19
Zugaztieta – Urrutxua
5,2
44
5,2
47
Urrutxua – Balcón
3,2
25
3,2
25
Balcón – Munitibar
4,4
27
4,4
28
Munitibar – Aulestia
5,5
35
5,5
40
Aulestia – Gizaburuaga
5,2
35
5,2
40
Gizaburuaga – Lekeitio (Ayto.)
7,1
48
6,8
52
Total
56,6
6:23
56,3
6:41
 Nota: Entre Gizaburuaga y Lekeitio este año he tomado un pequeño desvío por un camino alargando en 300 metros la ruta para evitar una subida.

Perfil de la ruta.







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