domingo, 13 de septiembre de 2020

Duatlón Gorbea "by my own means"

Durante este verano he entrenado bastante sin un objetivo concreto a corto plazo (aunque estoy inscrito a dos buenas carreras -ya os contaré si al final se hacen y las puedo correr-), pero sí con motivación. Y para aprovechar estos entrenos, además de esas dos carreras que os comento, me he preparado dos buenos objetivos "made by Javi Sánchez".

Una vez más en la Cruz.

Uno de ellos lo he hecho este pasado viernes, y el próximo, si el tiempo me acompaña, será el sábado 26 de septiembre. Los dos consisten en un duatlón, pero de características muy diferentes entre sí y también distintos a los duatlones sprint que corrí en febrero y marzo.

El del viernes pasado lo bauticé "Gorbea by my own means", esto es, "Gorbea por mis medios", y consistía en ir desde mi casa de Bilbao a la Cruz del Gorbea sin emplear vehículos a motor, esto es, en bici una parte y a pie después.

Ya he ido tres veces desde casa por el monte hasta la Cruz. Incluso una vez hice el camino ida y vuelta en el día en mi reto "Gorbea beat the sun". Pero no quería pasar de nuevo tantas horas por un camino que ya conozco bien, así que se me ocurrió lo de hacer un tramo en bici y el otro corriendo/caminando.

El jueves fui en coche a Pagomakurre y regresé a casa en bici y el viernes por la tarde salí de casa en bici hasta Pagomakurre, donde me cambié y seguí hasta la Cruz a donde llegué poco antes de la puesta del Sol. Como es evidente, me encanta ver la puesta del Sol desde ese lugar que para mí es muy especial y me trae buenos recuerdos.

Os cuento aquí con un poco más de detalle la aventurilla.

Empecé a pedalear hacia las 16:30 del viernes. Llevé la bici de gravel para tener un desarrollo cómodo para la dura subida desde Zeanuri hasta Pagomakurre (teneís aquí la altimetría). Esta bici me penaliza un poco en el llano, por las ruedas y el peso, frente a la bici de carretera, pero iba a subir más cómodo.

Llegando a Igorre, ya se ve el Gorbea al fondo.

No fui a tope, pero sí que fui apretando todo el rato. Hacía calor, así que me pegué una buena sudada. Llegué a Zeanuri a una media de 25,3 km/h, que no está mal pues el terreno pica para arriba, fui con la de gravel y está incluído el callejeo por Bilbao y la subida a Begoña. En Artea me paré un momento a tomar un gel y a coger agua.

La subida a Pagomakurre la afronté con ganas. A medida que ganaba altura se notaba que la temperatura descendía, pero sudaba a chorros. En las rampas más duras intenté seguir apretando. Iba en carrera, je, je.

Ya casi en Pagomakurre se ve al fondo Itxina.

Llegué a Pagomakurre 2:12 minutos después de salir de casa, y tardé 59 minutos en subir los casi 9 km del puerto. No está mal para mí, sobre todo teniendo en cuenta que tenía que guardar algo para la subida a la Cruz.

Ya en el coche tomé otro gel, bebí, me cambié de ropa, cogí los bastones y el chaleco con algo de ropa de abrigo, agua y dos geles y empecé a correr hacia mi montaña. Llegué a Arrabakoate en 22 minutos, atravesé Arraba corriendo a tramos, crucé el paso de Aldape, bajé trotando a Egiriñao, me paré en la fuente a beber y reponer la botella, y seguí hasta la cima a donde llegué en 1:20. Creo que es la vez que menos he tardado en subir, y eso que me desvié un poco para ver el menhir de Zastegi.

Camino a Arraba.

Atravesando Arraba.

Al fondo Aldamin y Gorbea.

Menhir de Zastegi.

Lekanda al fondo.

Lekanda y Aldamin.


Arriba la tarde estaba preciosa. Me abrigué y estuve un rato sacando fotos y disfrutando de poder estar allí arriba a esas horas. Había dos pastores con dos rebaños de ovejas y una pareja. Cuando se puso el Sol empecé a bajar y llegué al coche 1:12 minutos después.












Una experiencia muy bonita que me sirve para mantener la motivación en este año tan raro que nos está tocando vivir. Ahora a descansar y a pensar en el reto del día 26 y en las carreras que vienen en octubre y noviembre.

 

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