Bueno. Alea jacta est. O sea, la suerte está echada. Ya solo me quedan dos semanas para el primer objetivo de este año, para el Maratón de Sevilla. He entrenado todo lo que me había propuesto entrenar, solo he tenido que variar una semana el plan de entrenamientos por una sobrecarga muscular en el tibial. Salvo ese pequeño percance, desde octubre he llevado a cabo el plan de 20 semanas que me había preparado al detalle.
Mirando los datos de mi Garmin he corrido hasta hoy casi 1.000 km incluyendo las salidas cortas de agosto y septiembre que me sirvieron de adaptación muscular (pues llevaba unas semanas sin correr), e incluyendo algunos días de Caminar-Correr por el monte. Si sumo los km que me quedan por correr en las dos semanas que me que faltan, serán unos 950 km de asfalto con los que llegaré a la salida de Sevilla. No está mal.
El maratón es una prueba que es fácilmente predecible. No es como el ciclismo de ruta, donde hay muchos elementos que son de difícil control, como la habilidad de las bajadas, la meteorología, la habilidad para saber rodar en pelotón ahorrando fuerzas, etc.
En el maratón casi siempre se puede decir que 2 + 2 = 4. Los entrenamientos te van marcando a qué ritmo vas a poder correr, y si has entrenado bien y sabes cómo comer y beber en la carrera, es bastante probable que llegues a la meta en los tiempos previstos.
Entre los objetivos con los que voy a Sevilla está el de hacer, si veo que el día va bien, mi mejor marca personal en maratón, o sea, bajar de 3:39, que es el tiempo que hice en San Sebastián hace algo más de 16 años, en 1997. Yo entonces tenía 34 años, por lo que muchos pueden pensar que es difícil que ahora, con 51 años, corra más que con 34. Pero yo entonces no sabía entrenar como ahora, no sabía comer en la carrera como ahora, ni tenía la experiencia que tengo ahora. Aquel fue mi segundo maratón y éste será el octavo.
Y además, mirando los datos de mis entrenamientos y de mis últimas carreras, todo apunta a que puedo bajar de 3:39.
El año pasado, en Rotterdam en abril, hice 3:45 acabando muy bien. La Media de Vitoria en diciembre y la Herri Krosa de Bilbao en noviembre las terminé en unos tiempos que, si los extrapolo al maratón en esas tablas que hay en internet para predecir la posible marca, me dan que estoy en esos 3:39.
Y para terminar, hoy, como último entrenamiento fuerte para Sevilla, he hecho el test de 2 x 6.000 que predice el ritmo al que vas a poder correr en el maratón. Es un test preparado por el exatleta profesional Rodrigo Gavela y que lo podéis encontrar en Runners.
Este test se hace unos doce días antes del maratón, tras los meses de entrenamiento, y consiste en correr dos series de 6 km, una a un ritmo un poco más rápido del que esperas hacer en el maratón y luego, tras una recuperación de 90", correr una segunda serie lo más rápido que puedas. Luego hay que ver cuántos segundos por kilómetro más rápido has corrido la segunda serie respecto a la primera.
Aquí están mis datos:
Tras correr 6 km calentando, he hecho la primera serie intentando mantenerme en 140 ppm, que sé que es mi umbral y sé que son unas pulsaciones que puedo mantener casi todo el maratón. Han sido casi 6 km a un ritmo medio de 4:56 a 141 ppm de media. Luego he parado 90", he bebido un poco de agua y he tomado un poco de glucosa y he corrido la segunda serie a un ritmo de 4:34, a 149 ppm de media.
Viendo los resultados, y consultando lo que dice el test en Runners, veo que he bajado 22 segundos por minuto en la segunda serie. Lo ideal es bajar más de 25 segundos, así que tal vez el ritmo al que he corrido la primera esté un poco por encima del que puedo hacer en el maratón.
Por lo tanto, debería correr el maratón un poco más lento que esos 4:56 min/km. Vamos a dejarlo en torno a los 5:05 min/km, que está por debajo de los 5:11 min/km que necesito para hacer 3:39.
Como conclusión al test, si corro casi todo el maratón sin pasar de 140 ppm, como hice en Rotterdam, y si como y bebo bien, creo que en Sevilla, si nada se tuerce, puedo hacer con 51 años mi Mejor Marca Personal sin sufrir en exceso.
Pues venga, a recoger los frutos del trabajo.
Por cierto, ésta es la tabla que voy a llevar para ir viendo las referencias respecto a Rotterdam'14 y para saber si voy bien durante la carrera.
Por supuesto si veo que no tengo el día la tabla irá a una papelera y me dedicaré a acabar lo mejor posible, que luego viene en marzo Barcelona.
domingo, 8 de febrero de 2015
martes, 3 de febrero de 2015
La motivación y los ánimos que recibimos
Todos los que hacemos deporte, sobre todo deportes de fondo donde normalmente al final de la prueba vamos ya con las fuerzas muy justas, sabemos lo importante que son los ánimos que recibimos.
Puede parecer una tontería, pero incluso los que vamos de la mitad para atrás en las carreras aceleramos la marcha si el público nos anima mucho. Y solo hay que ver que si un día participamos en una carrera en la que apenas hay público no vamos a rendir igual que si estamos corriendo una de esas carreras en las que el público te lleva hasta la meta, como en la Behobia-San Sebastián o en el Maratón de Nueva York.
Hoy he vuelto a recordar a uno de mis exploradores favoritos, Ernest Shackleton. El viaje que le ha permitido pasar a la historia como un ejemplo de liderazgo en situaciones complicadas fue un fracaso como tal, pero la forma en la que logró superar todas aquellas adversidades salvando a todos sus hombres fue una gesta inigualable.
Ya hablé otra vez de este viaje en mi blog "El Col del Agonistic" con una anécdota en la que salía una bicicleta.
Y ahora a lo que íbamos: la motivación y los ánimos.
Cuando Shackleton, junto a algunos de sus mejores hombres, se lanzó a una travesía marítima por uno de los mares más duros del planeta en busca de la salvación, tuvo que navegar durante varios días muchas millas en medio de un fuerte temporal de olas gigantescas y frío polar en uno de los botes del "Endurance" su barco hundido bajo los hielos.
Y mientras él dirigía a sus hombres en medio de todos esos peligros, no dejaba de animarles para que siguieran luchando contra los elementos para alcanzar la meta final de llegar a tierra y buscar su salvación y la de sus compañeros que les esperaban en la Antártida.
Y hay una frase suya que es simplemente genial como ejemplo de que un grito de ánimo en el momento adecuado puede ser la diferencia entre luchar y ganar o rendirte y fracasar.
Allí, en medio de olas gigantescas que amenazaban con hundirles a cada momento, Shackleton se dirigió una vez más a sus hombres. Él mismo lo narró:
"Grité a mis hombres que el cielo estaba aclarando, y entonces, un momento más tarde, me di cuenta de que lo que yo había visto no era un claro en el cielo, sino la blanca cresta de una ola enorme".
Qué diferente hubiese sido el ánimo de aquellos hombres mojados y helados dentro de un pequeño bote zarandeado por un mar embravecido si les hubiese gritado que una ola enorme les iba a engullir. Seguramente todos se hubieran rendido ante lo inevitable.
Sin embargo, al oír que su líder les anunciaba que el tiempo estaba mejorando, seguramente su mente empezaría a vislumbrar la esperanza de la salvación.
Sí. Qué importante es que nos animen y que nos motiven. Para el deporte y para todos los aspectos de la vida.
Puede parecer una tontería, pero incluso los que vamos de la mitad para atrás en las carreras aceleramos la marcha si el público nos anima mucho. Y solo hay que ver que si un día participamos en una carrera en la que apenas hay público no vamos a rendir igual que si estamos corriendo una de esas carreras en las que el público te lleva hasta la meta, como en la Behobia-San Sebastián o en el Maratón de Nueva York.
Hoy he vuelto a recordar a uno de mis exploradores favoritos, Ernest Shackleton. El viaje que le ha permitido pasar a la historia como un ejemplo de liderazgo en situaciones complicadas fue un fracaso como tal, pero la forma en la que logró superar todas aquellas adversidades salvando a todos sus hombres fue una gesta inigualable.
Ya hablé otra vez de este viaje en mi blog "El Col del Agonistic" con una anécdota en la que salía una bicicleta.
Y ahora a lo que íbamos: la motivación y los ánimos.
Cuando Shackleton, junto a algunos de sus mejores hombres, se lanzó a una travesía marítima por uno de los mares más duros del planeta en busca de la salvación, tuvo que navegar durante varios días muchas millas en medio de un fuerte temporal de olas gigantescas y frío polar en uno de los botes del "Endurance" su barco hundido bajo los hielos.
Y mientras él dirigía a sus hombres en medio de todos esos peligros, no dejaba de animarles para que siguieran luchando contra los elementos para alcanzar la meta final de llegar a tierra y buscar su salvación y la de sus compañeros que les esperaban en la Antártida.
Y hay una frase suya que es simplemente genial como ejemplo de que un grito de ánimo en el momento adecuado puede ser la diferencia entre luchar y ganar o rendirte y fracasar.
Allí, en medio de olas gigantescas que amenazaban con hundirles a cada momento, Shackleton se dirigió una vez más a sus hombres. Él mismo lo narró:
"Grité a mis hombres que el cielo estaba aclarando, y entonces, un momento más tarde, me di cuenta de que lo que yo había visto no era un claro en el cielo, sino la blanca cresta de una ola enorme".
Qué diferente hubiese sido el ánimo de aquellos hombres mojados y helados dentro de un pequeño bote zarandeado por un mar embravecido si les hubiese gritado que una ola enorme les iba a engullir. Seguramente todos se hubieran rendido ante lo inevitable.
Sin embargo, al oír que su líder les anunciaba que el tiempo estaba mejorando, seguramente su mente empezaría a vislumbrar la esperanza de la salvación.
Sí. Qué importante es que nos animen y que nos motiven. Para el deporte y para todos los aspectos de la vida.
sábado, 31 de enero de 2015
Mi música para correr
Hasta hace pocos meses yo nunca salía a correr con música. Me gusta oír el sonido de los pasos de mis zapatillas contra el suelo, y me gusta escuchar los sonidos de lo que me rodea al correr, sobre todo cuando corro por lugares tranquilos, alejados del tráfico.
Así, mientras corro, llega siempre un momento en el que ya desconecto del esfuerzo y pongo, como me gusta decir, el "piloto automático" con el que puedo recorrer kilómetros y kilómetros sin apenas darme cuenta de que estoy corriendo.
Ya os comenté que en esto no sigo el lema del gran corredor Chema Martínez, al que admiro mucho, y que dice: "No pienses, corre", puesto que yo cuando corro solo, sobre todo los días de fondo a un ritmo constante, lo que más hago es pensar.
Pero desde el pasado otoño he desempolvado mi viejo Ipod, que casi no usaba, y me he creado una lista de música para correr, y ahora casi siempre que entreno me voy con la música a otra parte, a cualquier parte.
Este es un pantallazo de mi "Lista para correr" en Itunes. Como veis, hay un poco de todo, música actual, música clásica, música minimalista (esa rara y aburrida que dicen algunos) y grandes éxitos del pop y del rock.
Algunas son de las más usadas por los runners de todo el mundo, como la música de Rocky, pero la mayoría son temas o canciones que a mí me dicen algo o con las que mi mente se traslada a momentos concretos de mi vida y me traen recuerdos agradables.
Por supuesto, la mayoría están en esta lista porque tienen un ritmo ágil e invitan a correr.
Por destacar algunas diré que "El universo sobre mí" de Amaral, tiene una estrofa con la que, si no hay nadie cerca, canto a viva voz (Quiero vivir, quiero gritar, quiero sentir el universo sobre mí, quiero correr en libertad, quiero llorar de felicidad. Como un náufrago en el mar, quiero encontrar mi sitio).
Luego está el "New York" de Alicia Keys y Jay-Z, que me lleva inmediatamente a Nueva York y en concreto a una esquina del Bronx donde sonaba esta canción mientras yo corría los últimos kilómetros del Maratón de NY en 2013.
De mi juventud me queda el recuerdo de la música de la Vuelta a España en los años 80, y sobre todo de los temas de Azul y Negro "Me estoy volviendo loco" y "Con los dedos de una mano". Yo tenía veintipocos años, la época que te marca más en tus recuerdos musicales.
También relacionada con "La Vuelta" está la canción, mucho más moderna, de "Call me Maybe", que se me metió en la cabeza por el vídeo del equipo australiano "Orica Greenedge", que es una gozada.
Y también tengo temas de Pink Floyd, mi grupo favorito de mi juventud, o temas de Wim Mertes, mi compositor favorito contemporáneo, o de The Doors.
Incluso he añadido recientemente la canción "Sweet Home Alabama", que tiene un ritmo perfecto para correr y me recuerda a ese gran mito de los runners que es Forrest Gump.
En fin, un poco de todo en casi dos horas de música. Siempre llevo el Ipod en reproducción aleatoria de las canciones, así me sorprendo con lo que va a sonar a continuación, y eso me ayuda a correr más tiempo, lo que siempre viene bien los días de rodajes largos, como los que me está tocando ahora, que ya queda poco para Sevilla'15.
Así, mientras corro, llega siempre un momento en el que ya desconecto del esfuerzo y pongo, como me gusta decir, el "piloto automático" con el que puedo recorrer kilómetros y kilómetros sin apenas darme cuenta de que estoy corriendo.
Ya os comenté que en esto no sigo el lema del gran corredor Chema Martínez, al que admiro mucho, y que dice: "No pienses, corre", puesto que yo cuando corro solo, sobre todo los días de fondo a un ritmo constante, lo que más hago es pensar.
Pero desde el pasado otoño he desempolvado mi viejo Ipod, que casi no usaba, y me he creado una lista de música para correr, y ahora casi siempre que entreno me voy con la música a otra parte, a cualquier parte.
Este es un pantallazo de mi "Lista para correr" en Itunes. Como veis, hay un poco de todo, música actual, música clásica, música minimalista (esa rara y aburrida que dicen algunos) y grandes éxitos del pop y del rock.
Algunas son de las más usadas por los runners de todo el mundo, como la música de Rocky, pero la mayoría son temas o canciones que a mí me dicen algo o con las que mi mente se traslada a momentos concretos de mi vida y me traen recuerdos agradables.
Por supuesto, la mayoría están en esta lista porque tienen un ritmo ágil e invitan a correr.
Por destacar algunas diré que "El universo sobre mí" de Amaral, tiene una estrofa con la que, si no hay nadie cerca, canto a viva voz (Quiero vivir, quiero gritar, quiero sentir el universo sobre mí, quiero correr en libertad, quiero llorar de felicidad. Como un náufrago en el mar, quiero encontrar mi sitio).
Luego está el "New York" de Alicia Keys y Jay-Z, que me lleva inmediatamente a Nueva York y en concreto a una esquina del Bronx donde sonaba esta canción mientras yo corría los últimos kilómetros del Maratón de NY en 2013.
De mi juventud me queda el recuerdo de la música de la Vuelta a España en los años 80, y sobre todo de los temas de Azul y Negro "Me estoy volviendo loco" y "Con los dedos de una mano". Yo tenía veintipocos años, la época que te marca más en tus recuerdos musicales.
También relacionada con "La Vuelta" está la canción, mucho más moderna, de "Call me Maybe", que se me metió en la cabeza por el vídeo del equipo australiano "Orica Greenedge", que es una gozada.
Y también tengo temas de Pink Floyd, mi grupo favorito de mi juventud, o temas de Wim Mertes, mi compositor favorito contemporáneo, o de The Doors.
Incluso he añadido recientemente la canción "Sweet Home Alabama", que tiene un ritmo perfecto para correr y me recuerda a ese gran mito de los runners que es Forrest Gump.
En fin, un poco de todo en casi dos horas de música. Siempre llevo el Ipod en reproducción aleatoria de las canciones, así me sorprendo con lo que va a sonar a continuación, y eso me ayuda a correr más tiempo, lo que siempre viene bien los días de rodajes largos, como los que me está tocando ahora, que ya queda poco para Sevilla'15.
martes, 27 de enero de 2015
De Bilbao hasta Sevilla... y un poco más allá.
Me quedan cuatro semanas, contando ésta, para correr el maratón de Sevilla (que será mi octava cita con esta distancia) y por curiosidad hoy he mirado cuántos kilómetros hay entre Bilbao y Sevilla.
Según el TomTom Route Planner hay 860 kilómetros, desde el centro de Bilbao hasta el centro de Sevilla.
Veis en este mapa el recorrido más rápido:
Bueno, con los kilómetros que llevo ya corridos en asfalto desde que empecé a entrenar para este maratón en verano, ya casi rozo los 800 km, así que me queda poco para llegar corriendo a la bonita ciudad andaluza.
Teniendo en cuenta que, más o menos, en los días que me quedan hasta el 22 de febrero sumaré algo más de 150 km resulta que me paso Sevilla corriendo y llego casi hasta Cádiz, que también es una ciudad que me gusta mucho.
Bueno. Tendré que hacer como Forrest Gump: cuando llegue a la costa de Cádiz me doy la vuelta y regreso corriendo de nuevo hasta Bilbao. Y así para siempre.
No sería mala idea.
miércoles, 21 de enero de 2015
Maratones para soñar despierto cuando pierdes la motivación
Maratones curiosos (o cómo soñar despierto)
Estos días estoy un poco cansado y me parece que me falta un poco de motivación, lo que no es buena señal cuando estoy a un mes de un nuevo Maratón.
Así que, una buena forma de recuperar la motivación necesaria para esta última fase de los entrenamientos es pensar en lo que sería correr alguno de los maratones más exóticos y curiosos que hay por todo el mundo.
En la feria del corredor del Maratón de Nueva York en 2013 había un stand de una agencia de viajes que organizaba viajes a algunos maratones realmente atractivos. Allí saqué esta foto en la que se ven las medallas de algunos:
Algunos de estos maratones son muy conocidos, pero otros no tanto, pero lo que tienen en común es que cualquiera de ellos puede ser un objetivo con el cual soñar para cualquier persona amante de los maratones.
Aquí os pongo algunos de ellos:
Maratón de la Gran Muralla China: que como su nombre indica se corre a lo largo de esta famosa construcción (que por cierto, no se ve desde el espacio como dice la leyenda).
Maratón del Círculo Polar: Un maratón en Groenlandia sobre el hielo en el Círculo Polar Ártico.
Maratón de la Antártida: Una oportunidad única de correr un maratón en el continente helado de la Antártida.
Maratón del Eclipse Solar: Organizado en Australia coincidiendo con un eclipse total de Sol en noviembre de 2012. No sé si ha habido más en otros eclipses.
Maratón del Tempo de Bagan: Una exótica carrera en Tailandia.
Maratón del Polo Norte: Un maratón en el Polo Norte. Te llevan en avión desde Noruega para correr sobre el mar helado.
Maratón del Everest: Una buena ocasión para hacer un trekking en el Himalaya y correr en altitud viendo las más impresionantes montañas de la Tierra.
Maratón de la Media Noche: Aprovechando que en el verano allí no se pone el Sol, puedes correr bajo el Sol de Media Noche en Noruega.
Bueno, hay más maratones curiosos y bonitos. Otro día los traeré aquí.
Por ahora con soñar en correr alguno de éstos algún día ya es suficiente para motivarme de nuevo.
Estos días estoy un poco cansado y me parece que me falta un poco de motivación, lo que no es buena señal cuando estoy a un mes de un nuevo Maratón.
Así que, una buena forma de recuperar la motivación necesaria para esta última fase de los entrenamientos es pensar en lo que sería correr alguno de los maratones más exóticos y curiosos que hay por todo el mundo.
En la feria del corredor del Maratón de Nueva York en 2013 había un stand de una agencia de viajes que organizaba viajes a algunos maratones realmente atractivos. Allí saqué esta foto en la que se ven las medallas de algunos:
De izquierda a derecha: Maratón de la Muralla China. Maratón del Círculo Polar. Maratón de la Antártida. Maratón del Eclipse Solar. Maratón del Templo Bagan.
Algunos de estos maratones son muy conocidos, pero otros no tanto, pero lo que tienen en común es que cualquiera de ellos puede ser un objetivo con el cual soñar para cualquier persona amante de los maratones.
Aquí os pongo algunos de ellos:
Maratón de la Gran Muralla China: que como su nombre indica se corre a lo largo de esta famosa construcción (que por cierto, no se ve desde el espacio como dice la leyenda).
Maratón del Círculo Polar: Un maratón en Groenlandia sobre el hielo en el Círculo Polar Ártico.
Maratón de la Antártida: Una oportunidad única de correr un maratón en el continente helado de la Antártida.
Maratón del Eclipse Solar: Organizado en Australia coincidiendo con un eclipse total de Sol en noviembre de 2012. No sé si ha habido más en otros eclipses.
Maratón del Tempo de Bagan: Una exótica carrera en Tailandia.
Maratón del Polo Norte: Un maratón en el Polo Norte. Te llevan en avión desde Noruega para correr sobre el mar helado.
Maratón del Everest: Una buena ocasión para hacer un trekking en el Himalaya y correr en altitud viendo las más impresionantes montañas de la Tierra.
Maratón de la Media Noche: Aprovechando que en el verano allí no se pone el Sol, puedes correr bajo el Sol de Media Noche en Noruega.
Bueno, hay más maratones curiosos y bonitos. Otro día los traeré aquí.
Por ahora con soñar en correr alguno de éstos algún día ya es suficiente para motivarme de nuevo.
miércoles, 14 de enero de 2015
Gonna fly now (con Rocky Balboa)
Al día siguiente de correr el maratón de Nueva Yok de 2013 estuve de visita en Philadelphia con unos amigos americanos.
Philadelphia, que fue capital de EE.UU., es la ciudad más importante del estado de Pennsylvania (aunque su capital es Harrisburg), y casualmente es la ciudad en la que vive Rocky Balboa, el boxeador más seguido entre los corredores por la archifamosa escena de la película "Rocky" en la que Sylvester Stallone corre por toda la ciudad para terminar subiendo las escaleras del Museo de Arte, que gracias a esta escena es uno de los lugares más famosos de la ciudad (y Rocky uno de sus vecinos más conocidos).
A lo largo de la escena, Rocky pasa corriendo por diferentes escenarios, y en uno de ellos, en los muelles, corre junto al velero de cuatro palos "Moshulu", que hoy en día es un precioso restaurante en el que estuvimos comiendo. Si vais allí os lo recomiendo.
Este mismo barco sale también en otra película de la historia del cine, en "El padrino", pues es el barco en el que Vito Corleone, de niño, llega a Nueva York.
En fin, una serie de casualidades que hacen que el tema de Rocky "Gonna fly now" (Ahora voy a volar) sea uno de los que llevo en mi Ipod cuando voy a correr.
Philadelphia, que fue capital de EE.UU., es la ciudad más importante del estado de Pennsylvania (aunque su capital es Harrisburg), y casualmente es la ciudad en la que vive Rocky Balboa, el boxeador más seguido entre los corredores por la archifamosa escena de la película "Rocky" en la que Sylvester Stallone corre por toda la ciudad para terminar subiendo las escaleras del Museo de Arte, que gracias a esta escena es uno de los lugares más famosos de la ciudad (y Rocky uno de sus vecinos más conocidos).
A lo largo de la escena, Rocky pasa corriendo por diferentes escenarios, y en uno de ellos, en los muelles, corre junto al velero de cuatro palos "Moshulu", que hoy en día es un precioso restaurante en el que estuvimos comiendo. Si vais allí os lo recomiendo.
Este mismo barco sale también en otra película de la historia del cine, en "El padrino", pues es el barco en el que Vito Corleone, de niño, llega a Nueva York.
En fin, una serie de casualidades que hacen que el tema de Rocky "Gonna fly now" (Ahora voy a volar) sea uno de los que llevo en mi Ipod cuando voy a correr.
Rocky corriendo junto al "Moshulu"
En las escaleras del "Museo de arte". Las subí corriendo al día siguiente del maratón de NY.
Rocky es una celebridad en Philadelphia.
Precioso velero el "Moshulu".
El Museo de arte.
Estatua de Rocky, seguro que una de las obras de arte más vistas del museo.
Cubierta del "Moshulu" reconvertida en restaurante.
domingo, 11 de enero de 2015
Pues sigo soñando
En la última entrada os comenté el miedo a la pesadilla de una lesión por un dolor en el tibial que me empezó de repente al comenzar el entrenamiento largo del lunes pasado.
Bueno, por suerte todo parece que no es más que una sobrecarga muscular, algo que es molesto pero que no nos frustra a los corredores dejándonos sin poder correr cuando más en forma nos encontramos.
Tras un descanso sin correr hasta el viernes, y con una buena sesión de masaje el jueves, la pierna ya está mucho mejor, sin el dolor punzante que sentí cuando tuve que parar.
Lo que me han quedado son unas buenas agujetas en los gemelos y sóleos de ambas piernas, ya que, además de la caña que me metió la masajista el jueves, el viernes, cuando retomé los entrenamientos, traté de correr pisando con la parte delantera del pie, pues, dicen, es lo mejor para evitar lesiones.
Pero he comprobado en mis piernas que cambiar de forma de correr tan bruscamente es difícil y ayer sábado y hoy domingo estoy con bastantes dolores por agujetas en las dos piernas.
Pero bueno, el dolor de agujetas no impide correr. Otra cosa es correr con dolor por una lesión, entonces sí que hay que dejar de correr.
Así que no me puedo quejar. Con dolores y todo el viernes y el sábado sumé 11 km cada día y esta mañana he corrido 20 km suaves sin demasiados problemas. No piso con la punta del pie, pero estoy concentrándome más en levantar bien las rodillas y dar los pasos algo más cortos para atacar con la planta del pie lo más plana posible y evitar el talonazo, que es lo que más hace sufrir al tibial.
Siempre hay tiempo para aprender y para mejorar.
Sigo sumando kilómetros y ya estoy cerca de la primera meta del año.
Bueno, por suerte todo parece que no es más que una sobrecarga muscular, algo que es molesto pero que no nos frustra a los corredores dejándonos sin poder correr cuando más en forma nos encontramos.
Tras un descanso sin correr hasta el viernes, y con una buena sesión de masaje el jueves, la pierna ya está mucho mejor, sin el dolor punzante que sentí cuando tuve que parar.
Lo que me han quedado son unas buenas agujetas en los gemelos y sóleos de ambas piernas, ya que, además de la caña que me metió la masajista el jueves, el viernes, cuando retomé los entrenamientos, traté de correr pisando con la parte delantera del pie, pues, dicen, es lo mejor para evitar lesiones.
Pero he comprobado en mis piernas que cambiar de forma de correr tan bruscamente es difícil y ayer sábado y hoy domingo estoy con bastantes dolores por agujetas en las dos piernas.
Pero bueno, el dolor de agujetas no impide correr. Otra cosa es correr con dolor por una lesión, entonces sí que hay que dejar de correr.
Así que no me puedo quejar. Con dolores y todo el viernes y el sábado sumé 11 km cada día y esta mañana he corrido 20 km suaves sin demasiados problemas. No piso con la punta del pie, pero estoy concentrándome más en levantar bien las rodillas y dar los pasos algo más cortos para atacar con la planta del pie lo más plana posible y evitar el talonazo, que es lo que más hace sufrir al tibial.
Siempre hay tiempo para aprender y para mejorar.
Sigo sumando kilómetros y ya estoy cerca de la primera meta del año.
lunes, 5 de enero de 2015
Del sueño a la pesadilla solo hay una lesión
Vaya. Con lo bien que iba hasta hoy. Más de 700 km corriendo desde el verano sin ningún problema y justo ahora que estoy ya a siete semanas del Maratón de Sevilla me empieza a doler el tibial de la pierna derecha.
No sé por qué me ha empezado a doler. Esta semana pasada he corrido sin problemas. El sábado corrí 15 kilómetros sin forzar y ayer domingo solo corrí 6 km muy suaves ya que hoy tenía previsto hacer una buena tirada de fondo de unas dos horas y cuarto.
Pero nada más salir esta mañana, en el kilómetro 1, me ha empezado a doler bastante. He estirado un poco y luego he seguido, pero cuando llevaba una hora corriendo he visto que de vez en cuando me daba como un pinchazo en la pierna y he aprovechado que estaba cerca del Metro para volver a casa sin arriesgarme más.
No parece una periostitis, afortunadamente, sino más bien una sobrecarga muscular. Espero que sea así. Por ahora haré unos días de descanso, calor y ya he pedido cita para masaje.
Espero que solo sea un pequeño contratiempo y que se solucione en unos pocos días, ya que si no, el sueño de cualquier corredor, que es correr a gusto, se convierte enseguida en la pesadilla que es no poder correr por una lesión cuando ves que estás en forma y que llega la cita importante con una carrera.
Cruzo los dedos.
No sé por qué me ha empezado a doler. Esta semana pasada he corrido sin problemas. El sábado corrí 15 kilómetros sin forzar y ayer domingo solo corrí 6 km muy suaves ya que hoy tenía previsto hacer una buena tirada de fondo de unas dos horas y cuarto.
Pero nada más salir esta mañana, en el kilómetro 1, me ha empezado a doler bastante. He estirado un poco y luego he seguido, pero cuando llevaba una hora corriendo he visto que de vez en cuando me daba como un pinchazo en la pierna y he aprovechado que estaba cerca del Metro para volver a casa sin arriesgarme más.
No parece una periostitis, afortunadamente, sino más bien una sobrecarga muscular. Espero que sea así. Por ahora haré unos días de descanso, calor y ya he pedido cita para masaje.
Espero que solo sea un pequeño contratiempo y que se solucione en unos pocos días, ya que si no, el sueño de cualquier corredor, que es correr a gusto, se convierte enseguida en la pesadilla que es no poder correr por una lesión cuando ves que estás en forma y que llega la cita importante con una carrera.
Cruzo los dedos.
miércoles, 31 de diciembre de 2014
Fin de año deportivo: Gorbea y San Silvestre Rekalde
Después de un buen entreno de fondo el pasado domingo (23 km a ritmo cómodo), ayer martes subí al Gorbea desde Sarria. Un día espectacular, pero con mucho frío. Salimos del Parketxe con -5ºC y en la Cruz habría unos -7ºC con un fuerte viento, por lo que apenas se podía estar unos minutos.
Un bonito paseo en un día mucho más tranquilo para subir al Gorbea que el día 31 de diciembre o el 1 de enero, en los que sube tanta gente que no se disfruta.
Un bonito paseo en un día mucho más tranquilo para subir al Gorbea que el día 31 de diciembre o el 1 de enero, en los que sube tanta gente que no se disfruta.
Por otra parte, esta tarde he vuelto a correr la San Silvestre de Rekalde, ahora San Silvestre de Bilbao-Rekalde. He sufrido bastante, ya que he salido demasiado rápido y en el km 3 me ha empezado a doler el flato y he aguantado como he podido hasta la meta. Además, ahora el recorrido es ascendente y eso la hace más exigente que antes. De todas formas he acabado a un ritmo de 4:42 y he terminado en el puesto 426 de 2186.
viernes, 26 de diciembre de 2014
CaCo por el Gorbea
Hace unos día pudimos ver en Bilbao buenas películas de montaña en el Bilbao Mendi Film Festival, un festival de cine de montaña. De las pocas pelis y documentales que pude ver, algunas de las que más me llamaron la atención trataban sobre carreras de montaña o simplemente correr por la montaña. Es lo que ahora se conoce como trail running, pero a mí me gusta llamarlo CaCo, como me enseñó el exciclista y gran deportista donostiarra Peio Ruiz Cabestany, por las iniciales de Caminar-Correr, que es en realidad lo que yo hago cuando corro por el monte, porque en las cuestas empinadas para correr hay que ser un superatleta, lo mismo que para bajar corriendo por lugares complicados.
Uno de mis héroes actuales en esto del trail running es, sin duda, el increíble Kilian Jornet, que acaba de batir el récord de subida y bajada al Aconcagua, dentro de su proyecto Summits of My Life con el que quiere batir los récords de subida y bajada a varias de las montañas más altas del planeta. Por ahora ya lo ha conseguido en el Montblanc, el Cervino, el McKinley y el Aconcagua. Le faltan el Elbrús y el Everest. Lo dicho, un fenómeno.
Así que, tras ver su película "Déjame vivir" sobre el récord en el Cervino, me entraron unas ganas locas de correr por el monte. El domingo 14 estuve dos horitas corriendo entre Bilbao y Pagasarri pisando barro, y esta semana, tras la Media de Vitoria, me fui el martes al Gorbea y di una buena vuelta de CaCo por Itxina, uno de los lugares más mágicos y salvajes del Parque del Gorbea.
Viendo a Kilian Jornet corriendo cuesta abajo por el Cervino parece que es algo sencillo, pero yo soy muy miedoso y en sitios con muchas piedras y con posibilidad de pegarme un buen porrazo o de hacerme un esguince prefiero bajar corriendo despacito o andando. Además, correr cuesta abajo es casi más duro que subir corriendo, puesto que como no estés en forma acabas con unas agujetas en los muslos que te duran una semana.
La vuelta por Itxina, entrando por Ojo de Atxular y visitando la cueva de Supelegor, es una pasada, sobre todo con buen tiempo, como tuve yo el martes, con el suelo seco y con solecito. No recomiendo a nadie meterse a Itxina con niebla, ya que incluso con buen tiempo, y conociendo el camino, me despisté dos veces del sendero. Hace años las marcas de pintura ayudaban a no perderte, pero ahora solo hay hitos con piedras superpuestas y es muy fácil despistarse, porque Itxina es todo igual.
Os dejo una fotos y el track del Garmin.
Uno de mis héroes actuales en esto del trail running es, sin duda, el increíble Kilian Jornet, que acaba de batir el récord de subida y bajada al Aconcagua, dentro de su proyecto Summits of My Life con el que quiere batir los récords de subida y bajada a varias de las montañas más altas del planeta. Por ahora ya lo ha conseguido en el Montblanc, el Cervino, el McKinley y el Aconcagua. Le faltan el Elbrús y el Everest. Lo dicho, un fenómeno.
Así que, tras ver su película "Déjame vivir" sobre el récord en el Cervino, me entraron unas ganas locas de correr por el monte. El domingo 14 estuve dos horitas corriendo entre Bilbao y Pagasarri pisando barro, y esta semana, tras la Media de Vitoria, me fui el martes al Gorbea y di una buena vuelta de CaCo por Itxina, uno de los lugares más mágicos y salvajes del Parque del Gorbea.
Viendo a Kilian Jornet corriendo cuesta abajo por el Cervino parece que es algo sencillo, pero yo soy muy miedoso y en sitios con muchas piedras y con posibilidad de pegarme un buen porrazo o de hacerme un esguince prefiero bajar corriendo despacito o andando. Además, correr cuesta abajo es casi más duro que subir corriendo, puesto que como no estés en forma acabas con unas agujetas en los muslos que te duran una semana.
La vuelta por Itxina, entrando por Ojo de Atxular y visitando la cueva de Supelegor, es una pasada, sobre todo con buen tiempo, como tuve yo el martes, con el suelo seco y con solecito. No recomiendo a nadie meterse a Itxina con niebla, ya que incluso con buen tiempo, y conociendo el camino, me despisté dos veces del sendero. Hace años las marcas de pintura ayudaban a no perderte, pero ahora solo hay hitos con piedras superpuestas y es muy fácil despistarse, porque Itxina es todo igual.
Os dejo una fotos y el track del Garmin.
Subiendo hacia Itxina
En el Ojo de Atxular
Poste indicador. Luego es más difícil seguir el camino.
Complicado correr por aquí. Hay que mirar dónde pisas y además no perderte.
Cueva de Supelegor.
Al solecito.
Más cuevas en Itxina.
En algún tramo sí que se puede correr. (Autofoto con minitrípode).
Fondos de antiguas txabolas de pastores.
Habitantes de Itxina.
El Gorbea desde Itxina.
Hitos como éste evitan que nos perdamos, pero si hay niebla no los ves.
Restos de las antiguas señales de pintura.
Por fin en Arraba. Desde aquí ya se puede correr cómodo hasta Pagomakurre.
No fui el único que corría por el monte.
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