lunes, 19 de diciembre de 2016

"Dos horas", por Ed Caesar.

Acabo de terminar la lectura del libro "Dos horas: En busca del maratón imposible" del periodista inglés Ed Caesar.

De Ed Caesar ya habia leído su artículo "Cómo el Maratón de Nueva York creó el maratón moderno", publicado en el New York Times unos días antes del Maratón de Nueva York de 2016 (artículo que lo podéis leer en castellano en este mismo blog) y me pareció muy bien escrito y con mucha información interesante para todos los que amamos correr maratones. En este libro se amplía esa información sobre la historia de lo que es hoy el Maratón y se dan muchos más datos sobre los grandes maratonianos del momento.
El objeto del libro es analizar si a corto o medio plazo veremos algún día a alguien terminar un Maratón por debajo de las dos horas. Hay que recordar que el récord actual es de 2:02:57, establecido por el keniano Dennis Kimetto en Berlín el 28 de septiembre de 2014, y aunque 2 minutos y 57 segundos pueda parecer poco tiempo, es un mundo entero a rebajar en una carrera.
Pero claro, cuando el récord del mundo estaba rondando 2:07 en los años 80, parecía imposible bajarlo hasta 2:05, cosa que ahora lo hacen muchos maratonianos de elite desde que Paul Tergat lo dejara en 2:04:55 en 2003, también en Berlín.
Por ello, desde que varios equipos formados por entrenadores, médicos, corredores y otros soñadores han empezado a trabajar para que en un futuro (quién sabe si cercano o lejano) un corredor llegue a la cifra mágica de 1:59:59, es un tema recurrente en el atletismo y un motivo de debate entre los que dicen que es imposible para el cuerpo humano correr tan rápido y los que no se cierran a que la mejora en los entrenamientos y en el material (zapatillas y asfalto) lleve a conseguirlo.
El libro "Dos horas" comienza, como he dicho, explicando cómo se fueron forjando en las primeras décadas del s. XX lo que hoy entendemos por un Maratón: una carrera de 42.195 metros, que se corre sobre calles asfaltadas en ciudades y en las que participan simultáneamente los mejores corredores del mundo y miles de corredores populares.
Nos lleva, también, a entender cómo vive un maratoniano de elite de los que hoy en día dominan estas carreras, siguiendo el día a día de Gooffrey Mutai, quien corrió el 18 de abril de 2011 en Boston, el maratón más antiguo del mundo, en un tiempo de 2:03:02, que no se consideró récord mundial porque el recorrido del Maratón de Boston tiene un desnivel negativo superior a lo permitido para ser homologado para los récords.
Habla de las posibles causas de que los atletas kenianos sean hoy en día los grandes dominadores del panorama del maratón profesional, aunque sin llegar a una conclusión definitiva (puede que porque no la haya).
También aprendemos con la lectura del libro cómo funciona el circuito de los Majors (los seis mejores maratones del mundo) de cara a los profesionales, su programación de carreras anual y su retribución económica por correrlos y ganarlos.
Ed Caesar no pasa por alto tampoco el asunto del dopaje en el deporte, y en el libro expresa su opinión y la de otros (entrenadores, médicos, etc.) sobre si se podría bajar de las dos horas sin hacer trampas.
Finalmente leemos sobre qué circunstancias se deberían dar para que una persona lograra bajar de las dos horas: cómo debería ser el recorrido, cómo deberían correr las liebres, qué estrategia deberían seguir los corredores en ese hipotético intento, qué época sería mejor, etc.
Quizás este último capítulo es el que me ha decepcionado. Hasta aquí el libro es interesante y he aprendido cosas que no sabía. Pero cuando llega a la parte más interesante de explicar qué se necesita hacer para batir esa marca desde el punto de vista del entrenamiento y de la fisiología del deporte del maratón, el libro se queda cojo.
Lo que nos cuenta ya lo he leído en algunos artículos en revistas de atletismo, y creo que en un libro que se centra en bajar de las dos horas en el maratón se debería haber profundizado mucho más exponiendo los avances en la medicina deportiva y en los métodos de entrenamiento que pueden servir para creer que algún día un corredor bajará de dos horas.
De todas formas si os interesa saber más sobre el maratón os recomiendo su lectura. No os va a ayudar a bajar vuestra marca en maratón (y mucho menos a acercaros a las dos horas) pero os resultará una lectura amena y veréis con otros ojos a los corredores profesionales.

Página web oficial de Ed Caesar: http://edcaesar.co.uk/

Ficha del libro:

Título: "Dos horas: En busca del maratón imposible".
Nº de páginas: 256 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: DEBATE
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788499925950
Disponible en ebook.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

¿Solo dos maratones al año? ¿Por qué?

Hay un dicho muy extendido entre los corredores que afirma que no se deben correr más de dos maratones al año espaciados convenientemente en el tiempo.
Bueno. Es cierto que los maratonianos de elite solo disputan dos maratones al año. ¿Pero cuántos corren realmente? ¿Vale lo mismo esta máxima de dos maratones por año si solo quieres terminarlos? ¿Qué pasa con los corredores de ultras, o con los triatletas de distancias largas, que a veces completan un maratón como un entrenamiento más?

El año pasado enlacé cinco maratones con éxito. No digo que lo vaya a hacer más veces, pero fue un bonito reto.

Los corredores profesionales normalmente disputan dos maratones al año porque toda su preparación está encaminada a rendir al 100% en esas carreras. Y hoy en día, con el volumen de entrenamientos que se meten entre pecho y espalda los maratonianos de elite, y la intensidad de muchos de esos entrenamientos, parece claro según los entrenadores que correr al 100% más de dos maratones les mermaría en la consecución de la mejor marca posible, que normalmente es el objetivo de estos corredores (y no solo el ganar la carrera).
Y digo hoy en día, porque si vamos a la prehistoria del maratón (como explica Ed Caesar) nos encontramos que muchos atletas de principios del s. XX hacían giras por EE.UU. y Europa corriendo varios maratones al mes durante varios meses seguidos casi como exhibición, con carreras en recintos cerrados llenos de espectadores que inundaban las salas con el humo de sus cigarros (y no haciendo malas marcas, por cierto).
Pero si vemos el volumen de kilómetros por semana que se meten los atletas de elite, muy por encima de 250 km en muchos casos, nos damos cuenta de que muchos días enlazan varios entrenamientos que, en total, suman o superan la distancia de un maratón.
Si buscamos en Internet y ponemos en Google "Cuántos maratones correr al año" llegamos a muchos enlaces de páginas web dedicadas al atletismo. Un rápido vistazo por estos artículos (algunos escritos por entrenadores y corredores de renombre) nos muestra que la conclusión de casi todos ellos es la misma: solo se deben "disputar" dos maratones al año, y dejando un buen margen entre ellos.
Vale. No lo voy a discutir. Si un maratoniano popular quiere rondar o mejorar su MMP en cada maratón en el que participa, parece claro que debe hacer como máximo uno cada seis meses. Así puede preparar cada uno con un plan específico de entrenamiento de varios meses y tras la carrera tiene tiempo a recuperarse bien para empezar de nuevo el plan para el siguiente maratón.
Ahora. ¿Qué pasa con los corredores muy experimentados y con muy buena adaptación a los esfuerzos del maratón y su entrenamiento? Quizás para ellos se puede acortar el tiempo de espera entre maratón y maratón, incluso aunque los disputen a tope. Conozco  a más de uno que ha corrido dos maratones con dos meses de diferencia y en ambas carreras mejoró su MMP o la rozó.
¿Y qué pasa con los miles de maratonianos populares que en la mayoría de los maratones en los que participamos solo queremos llegar a la meta habiendo disfrutado del placer de correr larga distancia?
Hay quien afirma que si no sales a darlo todo en un maratón no estás "corriendo" un maratón. No puedo estar más en desacuerdo. En España es cierto que muchos maratonianos tienen como objetivo en cada maratón que corren hacerlo lo más rápido posible. De hecho España es el país del mundo en el que el tiempo medio de los maratones es más rápido.

Pero si corres en otras partes del mundo, como en EE.UU., verás que allí la gente se toma los maratones con otra filosofía y llegar a la meta es por sí mismo un objetivo.
Creo que en estos casos la máxima de dos maratones al año no tiene tanto sentido. Si eres una persona con un largo historial deportivo, que lleva corriendo con asiduidad varios años, que se hace chequeos anuales sin que tenga ninguna patología no compatible con el deporte, y que conoce bien cuál es su ritmo para terminar un maratón sin desgastarse mucho, pienso que de vez en cuando no hay ningún problema por enlazar varios maratones en un tiempo relativamente breve entre ellos.
Y no me meto en el tiempo empleado en acabar la carrera (siempre dentro del tiempo máximo que dé el reglamento), porque hay personas que pueden correr un maratón en 3:30 dándolo todo (para quienes acabar en 4:00 es ir tranquilo) y otros para los que acabar en 4:30 es forzar su ritmo demasiado.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Me han dado un premio (qué ilusión)

Ya os dije que este blog estaba nominado para el II Concurso de Blogs deportivos de la web RUNNEA. Tranquilos, no descorchéis el champán, que no lo he ganado (por cierto, el ganador ha sido el blog oficial de los Beer Runners España, así que una pequeña parte me toca, jeje).

Pues bien. Resulta que esta semana he sido nominado también por el blog amigo A mis cuarenta y... (muchas gracias) al Premio Liebster Award que es un premio que se otorga entre blogueros modestos para darles más visibilidad. Lo bonito de este premio es que son los propios blogueros los que dan las nominaciones a otros blogs, por lo que implica un reconocimiento a los demás entre compañeros.
Bueno. Para poder disfrutar de este simbólico premio he de cumplir unas pequeñas reglas, como son contestar a una serie de preguntas, que es lo que voy a hacer a continuación, y nominar yo a otros blogs, que lo haré tras el cuestionario.

1.- ¿Cuándo comenzaste con tu blog?
En junio de 2007 empecé con un blog personal sobre fotografía, viajes y, sobre todo, mi actividad deportiva como cicloturista (http://agonistic.blogspot.com.es/). Yo entonces llevaba ya unos años como redactor y colaborador de algunas revistas, sobre todo de cicloturismo, y el blog me permitía compartir mis textos y fotos y mis experiencias con más gente. Luego, en septiembre de 2014 dejé de publicar en ese blog y empecé con éste. Fue una decisión que tomé al cambiar mi principal actividad deportiva de la bicicleta al maratón por un tema de salud.

2.- ¿Por qué te has embarcado en llevar a cabo tu blog? 
La filosofía de mi antiguo blog y la de éste es la misma: compartir mis viajes, mis carreras, mis experiencias y mis opiniones. Siempre tratando de que los textos estén bien cuidados (es algo a lo que le doy mucha importancia) y de que aporten algo al lector. También me gusta que todas las fotos del blog sean mías y que tengan cierta calidad.

3.- La temática del blog, ¿está relacionada con tu trabajo o parte de alguna afición? 
Está relacionada con mi afición, sobre todo al deporte, a correr en este caso.

4.- ¿Cómo ha ido evolucionando el crecimiento de tu blog? 
Pues no sigo mucho eso. Más o menos veo que las visitas se mantienen y que los picos de visitas cuando publico algo son más o menos estables. No tengo muchos lectores comparando con otros blogs de corredores conocidos, pero no me importa mucho eso. Yo escribo pensando en que el lector disfrute, aunque solo sea uno.

5.- ¿Con qué frecuencia publicas nuevas entradas?
Procuro subir al menos una entrada a la semana.

6.- ¿Cómo promocionas tus publicaciones?
Pues lo normal, en Facebook e Instagram, sobre todo.

7.- ¿Por qué recomendarías que visitáramos tu blog?
Si os gusta el running y correr maratones creo que mis experiencias y mis entradas os van a aportar algo siempre.

8.- ¿Podrías explicar por qué tu blog se llama así?
Sí. Correr el Maratón de Nueva York en 2013, después de haber ido en 2012 cuando se canceló, fue un hito importante en mi vida. Creo que para cualquier maratoniano Nueva York es como La Meca. Además es una ciudad a la que he ido muchas veces y me encanta. Y como lo que más me gusta es soñar con viajes y con maratones pues "El sueño de Nueva York" me pareció un nombre que refleja perfectamente lo que hay dentro del blog.

9.- ¿Qué blogs recomendarías?
Los que voy a nominar al premio Liebster Award.

10.- ¿Podrías explicarnos algún truco o darnos algún consejo sobre cómo publicas?
Pues no tengo ningún método. Sé que voy a subir una entrada de cada carrera que corro, pero por lo demás lo que más me suele pasar es que me viene a la cabeza algo que puedo contar y le doy forma. Nunca me ha costado escribir, así que una vez tengo la idea del tema lo hago rápido.

11.- ¿Qué opinas de los Liebster Award?
No conocía estos premios hasta ahora. Creo que son una buena forma de dar a conocer los blogs, y es bonito eso de premiarnos entre nosotros el trabajo de cada uno.


Y ahora voy a nominar aquí a algunos otros blogs interesantes:

- Corriendo a 3' 30": Un blog de Charo García Moreno, corredora de trail.
- La república del running: Un blog del maratoniano popular José Manuel González Pacheco.
- Prohibido rendirse: Un blog de running solidario.
- Dos pares de botas: Un blog de senderismo por el monte.
- Mujeres que corren: Un blog de Arantza Ugalde, corredora.

Muchas gracias de nuevo a todos.

lunes, 5 de diciembre de 2016

El pulso como indicativo de la recuperación

Voy a hablaros hoy de dos sencillas herramientas que tenemos los corredores (los deportistas) para saber si estamos recuperados tras una carrera dura o tras unos días exigentes de entrenamientos. En realidad la herramienta es una sola: nuestro pulso, pero son dos las maneras que tenemos de sacar de nuestro pulso una excelente información para valorar nuestra fatiga.
Veamos.

El pulso matinal
El dato de nuestro pulso por la mañana es fundamental para saber cómo estamos. Si es más alto de lo normal es que nuestro corazón está fatigado.
Lo primero es saber cuál es nuestro pulso en reposo normal. Para ello lo más fácil es medirnos el pulso por la mañana al despertarnos, mientras estamos aún en la cama. Lo podemos hacer con el pulsómetro, aunque es un engorro ponernos la cinta en la cama, o simplemente tomándonos el pulso con el dedo mientras vemos el reloj. Contamos las pulsaciones que tenemos en un minuto y listo. También podemos comprar un oxímetro de pulso (o pulsioxímetro de dedo), que es lo que nos ponen en los hospitales en el dedo para medirnos el pulso y la saturación de oxígeno, y que es un aparato sencillo de manejar y pequeño, con lo que lo podemos tener siempre a mano en la mesilla junto a nuestra cama.
Sea como sea ya tenemos el dato, nuestro pulso por la mañana. Pero, ojo, éste no es aún nuestro pulso matinal en reposo, ya que si solo lo medimos un día puede ser que el día antes no hayamos descansado bien y el dato no sea correcto. Lo mejor, si es la primera vez que nos vamos a medir el pulso matinal, es hacerlo varios días, siempre evitando los días posteriores a carreras o entrenamientos duros, y luego hacer la media del pulso que hayamos obtenido esos días.
Bien. En mi caso el pulso matinal en reposo, cuando estoy en forma y descansado, es de unas 44 o 45 ppm. Incluso a veces me baja más, a 41 o 42, pero como dato válido me quedo con 45 ppm.
Ya tenemos el dato. Lo que tenemos que hacer para ver cómo estamos de recuperados es tomarnos el pulso por las mañanas los días posteriores a una carrera o a un ciclo de entrenamientos. Si el pulso no se aleja mucho de nuestro dato en reposo es que el corazón está recuperado y podemos volver a correr fuerte la siguiente carrera o a afrontar los días duros de series o de tiradas largas que nos toque.
Por el contrario, si el pulso matinal se aleja bastante de nuestro dato en reposo, por ejemplo unas 8 o 10 pulsaciones por encima, eso significa que aún hay fatiga y lo mejor sería seguir unos días más de reposo o de entrenamientos de recuperación (sin series ni tiradas muy largas) y no participar en una nueva carrera.
Por ejemplo, tras mi Maratón de Berlín de septiembre, donde fui fuerte y sufriendo al final, mi pulso matinal durante bastantes días tras la carrera no me bajaba de 50 o 52 ppm. Sin embargo, tras el Maratón de San Sebastián del día 27 de noviembre, al día siguiente mi pulso por la mañana fue de 45 ppm. No había nada de fatiga cardíaca.

Como veis el dato del pulso matinal es una herramienta muy buena para ayudarnos a gestionar bien los entrenamientos y las carreras.

Test de recuperación en un minuto
La otra herramienta de la que os quiero hablar es también muy sencilla de llevar a cabo. Se trata de comprobar, basándonos en el pulso, si nuestro corazón está descansado y si nos recuperamos de manera rápida de los esfuerzos.
Una rápida recuperación del pulso tras un esfuerzo es fundamental para gestionar un entrenamiento de series o los esfuerzos en una carrera. Si un corredor tiene una recuperación del pulso excelente, podrá bajar de pulsaciones tras un ataque antes que sus rivales y podrá acelerar de nuevo mientras los demás aún están recuperando el aire. Eso puede llevar a una victoria.
Bueno, nosotros no vamos a ganar nada ni vamos a atacar a los demás en una carrera (solo a los amigos, jeje), pero si nuestra recuperación cardíaca es rápida podremos recuperar el aire enseguida tras una serie, tras una cuesta o tras una aceleración que hayamos tenido en el grupo de amigos.
De todas formas con el Test de recuperación en un minuto lo que vamos a saber es, como ocurría con el pulso matinal, si estamos bien recuperados de una carrera o de unos días de entrenos fuertes.
Para hacer el test debemos elegir bien el día. Hay que hacerlo siempre descansado, o sea, no lo haremos al día siguiente de un entrenamiento duro, ni lo haremos tras un entrenamiento exigente.
Lo mejor es hacerlo tras un día de descanso y cuando nos toque un rodaje suave.
Tras el entrenamiento suave (por ejemplo de 45 minutos de trote) paramos un poco, aprovechando para estirar algo, por ejemplo, y después subimos una cuesta a tope para que el pulso suba lo más posible. Puede ser una cuesta de unos 100 metros, con pendiente suficiente, o unas escaleras largas. La idea es hacer un esprint de más o menos un minuto, donde alcancemos el pulso más alto que podamos y al terminar nos sentamos y miramos en la pantalla del pulsómetro el pulso y el tiempo. Luego permanecemos quietos un minuto, tratando de recuperar el pulso lo más posible, y al de un minuto miramos de nuevo qué pulso tenemos. Nota importante: antes de hacerlo hay que desactivar lo opción del pulsómetro de autopause para que no se pare el cronómetro al sentarnos.
Bien. Ya tenemos el dato del pulso al terminar de subir la cuesta y el dato del pulso al de un minuto de sentarnos. La diferencia será nuestra recuperación en un minuto. Si este test lo hacemos varias veces cuando no estemos especialmente fatigados por alguna carrera tendremos nuestra recuperación de pulso normal que nos servirá de referencia.
Veamos mi caso. Mi recuperación de pulso en un minuto cuando estoy bien es de más de 45 pulsaciones, en algún caso hasta de 50 ppm como en este ejemplo del test que me hice antes de San Sebastián:
Con este dato ya sé que cuando hago este test y el pulso me baja bastante menos que 45 ppm (por ejemplo solo 30 ppm) es que estoy con fatiga. Si los días anteriores he corrido una carrera dura o he entrenado muy fuerte ya sabré la causa de esa fatiga y dedicaré los días siguientes a recuperar entrenando más suave, o no entrenando. Si no he corrido nada especialmente duro y me encuentro con un dato pobre de recuperación en un minuto tal vez la causa sea que estoy con déficit de hierro (entrenar consume mucho hierro) y tal vez sería mejor comentarlo con el médico por si considera conveniente hacer unos análisis de sangre.
Yo suelo hacer este test cada tres semanas, más o menos.

Como veis, con dos sencillas herramientas a nuestro alcance podemos determinar si una carrera nos ha dejado especialmente fatigados. Esto es muy importante para planificar las siguientes carreras y entrenamientos para no llegar a una fatiga crónica por correr y entrenar demasiado.
No lo olvidéis nunca: el descanso es parte del entrenamiento y es lo que hace que el cuerpo asimile el trabajo y mejoremos la forma física.



miércoles, 30 de noviembre de 2016

Maratón de San Sebastián'16

¡Ay! ¡Joder! ¡Qué hostia me acabo de pegar! (Perdón por los tacos, pero es lo que me sale cuando me doy una leche como la que me acabo de pegar con la puerta del hotel).
El equipo disfrutando en los primeros kilómetros.

Esto es lo que me vino a la mente el sábado por la tarde cuando salía del hotel de San Sebastián para ir a cenar algo para terminar de cargar los depósitos para el maratón del domingo. Y es que, además de otro golpe fuerte en la cabeza que me había dado un rato antes en el baño del hotel (o quizás debido a ese golpe que me dejó un poco grogui), al salir por la puerta calculé mal y mientras con la mano izquierda abría fuerte la puerta hacia mí, en dirección contraria, y más o menos a la misma velocidad, mi cabeza se dirigía rauda hacia la calle. Total que, como mandan las leyes de la física, las velocidades se sumaron y el contacto entre mi ceja izquierda y el canto afilado de la puerta metálica fue más bien tirando a brutal.
Un momento de confusión mental, un dolor insoportable, sangre manando de la herida, un blanco pañuelo de tela tornándose rojo por momentos,… Subí de nuevo a la habitación un poco confuso por el dolor y el impacto. Me limpié la sangre y me tumbé un momento. De la recepción llamaron a un médico y me dijeron que me acercara al Ambulatorio que estaba a 100 metros del hotel.
Allí, una rápida inspección y dos puntos que me pusieron en la ceja. Eso sí, con anestesia, pese a que les dije que los de Bilbao no la necesitamos. Tras un corto reposo, ya fui a cenar y me tomé un ibuprofeno. Preparé las cosas y a dormir. Dos puntos no me iban a impedir correr el maratón. Además, aunque ya apenas salga en bici, sigo siendo ciclista y siempre se ha dicho que los ciclistas estamos hechos de otra pasta. Si me hubieran cortado una pierna pues igual me hubiera planteado no salir, pero por un dolor de cabeza y una heridita de nada…

Ya estoy en la consigna para dejar mi mochila. Me junto con Gabi y con Garbi, que van a hacer el Medio Maratón, y vamos para la salida a tomar un café. Antes de salir saludo al speaker Juan Mari Guajardo y me reúno con Gabi y Garbi que están ya también con Marta. Gabi lleva ya un montón de medios maratones, pero para ellas es el primero. Somos cuatro Beer Runners de Bilbao, más Egoitz, el marido de Marta, que sale más adelante en su primer maratón para bajar de 3:30. Egoitz está fuerte (acabó en 3:13).
Dan la salida. Mi intención es ir tranquilo acompañándoles para pasar la media en torno a las dos horas. Desde que terminé en Berlín con malas sensaciones por haber acelerado antes de tiempo, me dije que tenía que correr pronto otro maratón para terminar fuerte y disfrutando del correr. Así que me apunté a San Sebastián.
No llevo objetivo de tiempo. Sé que andaré por las cuatro horas sin forzar mucho. Una tirada larga pero con público. Ésa es la idea. Solo disfrutar de correr mucho tiempo seguido. Soy corredor de fondo, un “long distance runner” que dirían en inglés. Y eso es lo que más placer me da. Como cuando andaba en bici, que me gustaban las salidas largas, de muchos kilómetros y muchos puertos.
Van pasando los kilómetros y todo va bien. Hace fresco, incluso frío para mí (máxima temperatura 11ºC) que soy un friolero. Así que me he puesto una camiseta térmica fina de manga larga debajo de la de correr, además del buff y guantes. No me sobra nada en toda la mañana. Eso sí, por lo menos no llueve, como en mis anteriores participaciones en San Sebastián.
Vamos los cuatro juntos al principio y entre Gabi y yo no paramos de decir chorradas (sobre todo yo). Vaya dos. Más adelante Gabi y Garbi se quedan un poco atrás. Garbi lleva unos días con una lesión y no fuerza. Hace bien. Sigo con Marta, que va muy bien, y la acompaño hasta la meta de su primer Medio Maratón, que es la primera vuelta para mí. Allí le dejo el chubasquero con el que he salido hasta que me he calentado un poco y el buff. Le doy la enhorabuena por su carrera y salgo de Anoeta para empezar la segunda vuelta. Poco después de salir me cruzo con Gabi y Garbi que ya están terminando.
Hasta aquí he corrido muy tranquilo, siguiendo el plan. Pulsaciones bajas (por debajo del umbral todo el rato) y comiendo. Lo ideal para empezar la segunda mitad entero. Al final hemos ido un poco más lento de lo previsto, pues paso el km 21,1 en 2:02:01. No importa. Calculo que puedo bajar al final de las 4 horas, pues me noto muy bien y sin ninguna fatiga ni molestia, pese a lo irregular de mis entrenamientos desde Berlín.
Ahora empiezo a correr a un ritmo un poco más alegre, pero todo el rato manteniendo el pulso bajo control, para que no me ocurra como en Berlín. Hago la primera parte del circuito y ya, hacia el km 30, veo que puedo acelerar más. Sigo comiendo y bebiendo todo el rato y dejo que el pulso suba un poco más.
La liebre que lleva a los de 4 horas me lleva ventaja, pero no veo complicado el pillarla más adelante. Incluso paro un momento para cambiar de agua al canario cuando la veo al final de una recta. En el km 32 le doy alcance. Lleva a un buen pelotón detrás. Saludo a la liebre (que es el hijo de un amigo y que va en una bici eléctrica marcando la velocidad) y tiro para adelante. Me noto muy fuerte y pongo un ritmo rápido pero mantenible.
En el giro que ya nos conduce de nuevo hacia la meta hay un montón de público, como siempre. Es la parte que más me gusta del Maratón de San Sebastián. Llevo adelantando a corredores desde el km 25 más o menos sin parar (en el km 15 iba en el puesto 2.400 y en meta hago el 1.948) y disfruto como un enano de la sensación de correr rápido con más de 35 km en las piernas. Llego ya a Anoeta y acelero aún más. Entro al Estadio y doy el último giro triunfal levantando las manos. Paro el crono en un tiempo oficial de 3:54:55. No está mal para lo que he podido entrenar. De los golpes en la cabeza ni me acuerdo. No he tenido el más mínimo problema físico en la carrera. Solo un poco de dolor de flato en los últimos 500 metros por acelerar un poco más de la cuenta.
Por fin vuelvo a sentir lo que es terminar un maratón entero. Este año ni en París ni en Berlín lo he podido hacer. Ahora sí. Soy feliz de nuevo.

Comparativa Berlín y San Sebastián

Si vemos los datos del tiempo final, en Berlín terminé en 3:49:09 y en San Sebastián, dos meses después, he hecho 3:54:55. Pero he corrido muchísimo mejor en SS que en Berlín. Veamos.
En Berlín estaba en muchísima mejor forma que ahora. Hasta el km 30 iba para poder hacer quizás mi MMP (sub 3:39). Sin embargo acabé en 3:49 casi arrastrándome desde el km 35.
Pongo aquí la comparativa de tiempos:


En Berlín corrí la segunda mitad 7:49 minutos más lento que la primera.
En San Sebastián la segunda mitad la he corrido 9:05 minutos más rápido que la primera.
En Berlín del km 40 a meta fui a casi 6 min/km y con pésimas sensaciones.
En San Sebastián del km 40 a meta fui a 5:05 min/km y gozando.
Según el Garmin el km más rápido en SS fue el km 41 a 4:45 min/km.

Y aquí pongo la diferencia de las gráficas del pulso:

En Berlín fui un poco acelerado, sobre todo desde el km 21. Alcancé y sobrepasé demasiado pronto el pulso máximo mantenible, y claro, no lo pude aguantar. Pulso medio de la carrera de 145 ppm (umbral en 137 ppm). Si llego a seguir mi plan de fiarme solo del pulso y no empeñarme en seguir un ritmo de velocidad, no solo hubiese podido hacer quizás mi MMP, sino que hubiera disfrutado mucho más de la carrera.
En San Sebastián el pulso medio ha sido justo el de mi umbral de entonces, 137 ppm. Pero como veis en la gráfica en ningún momento, salvo al final, he subido demasiado el pulso, y esa ha sido la clave para terminar muy fuerte.
Como veis, por lo menos para mí, el pulso es el dato fundamental en un maratón. Si sabes cuál es tu umbral puedes establecer hasta qué pulsaciones puedes correr como máximo en cada tramo del maratón. Si te pasas antes de tiempo, como lo hice en Berlín, lo pagas al final. Lo pagas con una buena pérdida de minutos, y lo pagas en la fatiga que vas a tener tras el maratón, con una recuperación mucho más lenta.
El lunes por la mañana, tras San Sebastián, además de que pude bajar corriendo las escaleras del Metro, mi pulso por la mañana fue de 46 ppm. Ni rastro de fatiga.

La organización en San Sebastián

· La Feria en San Sebastián es muy pobre. No hay apenas ropa de deporte, ni una marca de zapatillas.
· En la entrega de dorsales, por lo menos cuando fui yo el sábado por la tarde, había una cola considerable, y luego otra para recoger la camiseta. Ni en Berlín, ni en París, ni en NY, con muchísima más gente, he tardado tanto en recoger el dorsal. Deberían poner más mostradores clasificados por número de dorsal, no cinco o seis mostradores para todos.
· La animación del público en la carrera es buena, salvo en las zonas del circuito que se alejan del centro. Eché en falta música, como en otros maratones. Solo había en dos o tres sitios. No tiene nada que ver con la Behobia (que es una pasada).
· Los avituallamientos están bien y hay muchos. El agua nos la daban en botellas a la mano (como en el Maratón de París), lo que para beber es más cómodo (aunque se desperdicia mucha más agua que si la dan en vasos, como en Berlín). Salvo en algunos puntos, la mayoría de voluntarios nos daban las botellas cerradas, y eso a veces es engorroso para abrirlas. Algunos se daban cuenta y te las daban con el tapón ya medio suelto y se agradecía.
· El nuevo recorrido a dos vueltas está bien. Es muy llano, pero había una cuesta empinada en un túnel que en el circuito anterior no había. Creo que la podrían evitar dando el giro antes de llegar a ese túnel y alargar por la otra parte del circuito, por la zona de Universidades.

Bueno. Ahora ya doy por terminado el año deportivo. En diciembre descansaré. Un poco de monte, algo de correr y gimnasio, pero quiero recuperar bien para empezar el 2017 fuerte, ya que tengo retos importantes en mente. Ya os contaré.











Cuando terminé en Berlín dije que no me iba a quitar la pulsera que nos pusieron hasta que no volviera a sentir la alegría de terminar un maratón disfrutando. Tras San Sebastián lo he podido hacer.

lunes, 21 de noviembre de 2016

San Sebastián 2016: A por un nuevo maratón

Tras el mal sabor de boca que me dejó el Maratón de Berlín, me quedé con las ganas de sentir, una vez más, la sensación de llegar al km 42,195 con fuerza en las piernas como para correr un poco más. Así que, aunque no estaba en mis planes iniciales de este año, me apunté al Maratón de San Sebastián.
Entrando en meta en 2012, mi segunda participación en San Sebastián. Este año será la cuarta.

Mi intención es clara: solo acabarlo bien, sin ningún objetivo de tiempo, como si tardo 4 horas y media. Por lo tanto, de Berlín hasta aquí no me planifiqué los entrenamientos. Solo descansar un par de semanas y empezar a hacer kilómetros para no perder la buena forma con la que llegué a Berlín.
Al principio la cosa iba bien y así han transcurrido las semanas de entrenos hasta ahora:

Semana 1: 13 km (de trail suave). Una primera semana casi de descanso total, con una salida de 13 km por monte y un día de senderismo suave.
Semana 2: 44 km. Ya con una salida progresiva de 20 km el domingo.
Semana 3: 42 km. En la tercera semana la cosa se empezó a torcer. El segundo día que entrené no me encontré fino y en un trail que corrí el domingo me retiré porque iba demasiado cansado. Empecé a tener dudas de si correr San Sebastián.
Semana 4: 42 km. Esa semana estaba apuntado al Medio Maratón de Zubiri-Pamplona, pero como seguía muy cansado me hicieron unos análisis y me encontraron que tenía la Urea en sangre bastante alta. Ésa podría ser la causa de la fatiga y seguramente estaba producida por no beber lo suficiente. El médico me dejó ir a Pamplona, pero corriendo muy suave (1:55) y bebiendo mucha agua. Las dudas sobre el maratón seguían, pero al haber podido hacer bien el Medio Maratón me animé un poco. Seguía sin estar seguro, pero no tiraba la toalla.
Semana 5: 28 km. La semana siguiente seguí bebiendo mucho y con entrenos suaves. No hice ninguna salida de más 11 km.
Semana 6: 48 km. Esta semana ya me encontraba algo mejor, pero seguí al ralentí hasta que los nuevos análisis me confirmaron que todo estaba ya ok. Parecía que la fatiga remitía, pero me vino otro problema: me empezó a molestar una articulación del pie derecho. Por suerte me permitía correr, pero al caminar me molestaba más. A pesar de todo ese domingo ya corrí 25 km, con alguna molestia en el pie pero con buenas sensaciones en cuanto a mi estado físico general.
Semana 7: 102 km. Esta era la semana decisiva para ver si corría o no en SS. A falta de tres semanas para el maratón, y a la vista de que me encontraba mucho mejor (pese a la molestia en el pie), decidí hacer una apuesta por meter un volumen elevado de kilometraje. Corrí todos los días, salvo el lunes, y completé 102 km, mi récord en una semana. Además, uno de los días metí unas series cortas. Acabé muy contento con una tirada larga final de 30 km.
Semana 8: 44 km. A falta de dos semanas para el maratón, he corrido dos días suaves, uno con 6 series de 1 km con recuperación de 2 minutos y un fondo progresivo de 15 km. He notado algo de cansancio de la semana anterior, pero dentro de lo normal.
Semana 9: Última semana. Descansar y a ver qué pasa el domingo.

Como veis, un entrenamiento no demasiado coherente para correr un maratón. Sin contar los kilómetros que corra esta semana, desde Berlín he corrido 363 km en ocho semanas, pero no muy bien repartidos. En lo que va de año llevo 2.177 km.
Pero como no llevo ninguna presión de tiempo y cuento con mi experiencia de 15 maratones, creo que sabré regular hasta el final para lograr acabar en condiciones.
De la fatiga parece que me he olvidado, y lo del pie tiene toda la pinta de que es uno de los brotes de la artritis que tengo que de vez en cuando me provocan dolores de origen desconocido. Por suerte la molestia cuando corro es pequeña. Espero que siga así el domingo.
La mala noticia es que parece que va a hacer frío y lluvia, como en mis dos anteriores participaciones en San Sebastián en 2012 y en 2013. Y no me gusta pasar frío. Pero es lo que tiene correr en San Sebastián a finales de noviembre. Habrá que adaptarse y acertar con la ropa.
Ya os contaré.

jueves, 10 de noviembre de 2016

La importancia de la cadencia en la técnica de carrera

Cuando alguien empieza en esto de correr, y a poco que lea sobre el tema o que lo comente con corredores veteranos, no tardará mucho en toparse con conceptos como “técnica de carrera”, “cadencia del paso”, “tipo de pisada”, “pisada de talón o de punta”, etc. Si buscáis en google o en youtube estos conceptos tenéis mucha información al respecto.
Lo primero que pensará el novato es que nunca había imaginado que correr fuera algo tan complicado que necesitara una técnica que aprender. Uno se pone las zapatillas y echa a correr. Un pie delante del otro. Algo tan sencillo que lo hacemos desde que somos niños sin haberlo aprendido en ningún sitio.
Pero parece que la cosa no es tan simple.
No son pocos los corredores noveles que al de unas semanas o unos meses de empezar con la práctica habitual de salir a correr (o del running, como prefiráis llamarlo) se encuentran que no lo pueden hacer porque se han lesionado.
Y suele ser entonces, al comentar la lesión con fisios, médicos deportivos y compañeros con más experiencia, cuando empiezan a oír hablar de la técnica de carrera y estos conceptos.
A poco que nos fijemos cuando salimos a correr o cuando vamos a carreras populares (sobre todo en las de distancias asequibles para todo el mundo), veremos que hay gente que corre dando muchos pasos más o menos cortos y otros que van dando zancadas largas y lentas, como si fueran futbolistas calentando en la banda. ¡Ojo! Algunos de estos compañeros corren rápido, al menos más rápido que yo, pero su estilo es feo y su técnica de correr nefasta. Yo siempre pienso en estos casos de gente que corre mal pero rápido, lo mucho que mejorarían si tuvieran una mejor técnica al correr.

La cadencia

Ejemplo de cadencia alta: Este gráfico es de mi Medio Maratón de Santoña de junio pasado, donde hice mi MMP en la distancia. Como veis, corrí con una cadencia media de 187 pasos por minuto.

Se llama cadencia de carrera al número de pasos que damos por minuto mientras corremos. Hay gente de cadencia lenta, de unos 150 o 160 pasos por minuto, y otros de cadencia muy alta, de unos 200 pasos por minuto. Incluso un mismo corredor varía su cadencia según la velocidad a la que corre, ya que cuando corremos muy rápido (por ejemplo en un esprint o en una serie corta) aumentamos bastante la cadencia, y cuando corremos muy despacio (por ejemplo en un trote suave de calentamiento) nuestra cadencia baja.
¿Cuál es la mejor cadencia? No hay una respuesta fácil. Hay gente de cadencia baja que corre rápido y no se lesiona, y otros de cadencia alta de los que podríamos decir lo mismo.
En principio, y para mejorar la técnica de carrera, es más adecuado una cadencia elevada. Con una buena técnica de carrera se pisa menos de talón y eso, en la mayoría de los casos, evita lesiones por sobrecarga. Y para mejorar la técnica, el correr con cadencia alta es muy eficaz.
Casi todos los expertos dicen que la cadencia más adecuada al correr es la que está en torno a los 180 – 190 pasos por minuto, y si os fijáis, la mayoría de los atletas de competición corren en esos valores.
Curiosamente esta cadencia de 180-190 pasos por minuto suele coincidir con la que llevamos al caminar rápido en llano y también coincide con la cadencia de pedaleo de los ciclistas profesionales. Incluso subiendo un puerto duro, donde la mayoría de los mortales vamos atrancados (con poca cadencia, en el argot ciclista), ellos suben con una cadencia de pedaleo en torno a las 180 pedaladas por minuto (o incluso de 200 en el caso de algunos corredores, como Chris Froome).
Parece, por tanto, que los corredores que suelen correr con cadencia baja lograrían muchas ventajas si lograran correr a 180 pasos por minuto o más. ¿Y qué ventajas son ésas? Pues bastantes. Solo por mencionar algunas las enumero aquí:
  • mejora de la técnica de carrera,
  • ayuda a aterrizar con la parte media del pie o con la punta,
  • menos golpe en el talón al aterrizar en el suelo,
  • menos lesiones por sobrecargas,
  • más eficacia y más economía de esfuerzos en el movimiento, lo que mejora los resultados en pruebas largas,
  • menos tiempo de contacto del pie con el suelo, lo que facilita el correr más rápido y ayuda a que los pies sufran menos,
  • menos sufrimiento a nivel vertebral, ya que el correcto juego de las articulaciones de pie, tobillo, rodilla y caderas hará que el golpe de cada pisada llegue bien amortiguado a la columna (lo que es bueno para los que ya tenemos una edad en la que empezamos a tener desgaste vertebral, hernias u otros problemas de columna asociados a la edad).

Como veis, aumentar la cadencia es muy recomendable para la mayoría de los corredores.
Bien. ¿Y cómo podemos mejorar nuestra cadencia? Pues hay varias cosas que podemos hacer, como son, por ejemplo:

  • al iniciar el paso tirar la rodilla hacia adelante, no el pie (un truco es imaginar que alguien tira de nuestras rodillas con una cuerda desde delante a cada paso que damos),
  • no lanzar el pie para adelante como si diésemos una patada a cada paso que damos,
  • echar rápido el pie para atrás nada más que aterrice en el suelo, como si corriéramos por un suelo que nos quema,
  • acortar el paso,
  • correr descalzo en una cinta (al correr descalzo nos obligamos a mejorar la técnica, ya que no podremos pisar de talón, así que si nos quitamos las zapatillas un día y corremos unos pocos minutos en la cinta veremos cómo aumenta nuestra cadencia –ojo, no lo hagas muchos minutos si no estás acostumbrado o se te cargarán muchísimo los gemelos y los sóleos-),
  • usar relojes que nos den el dato de la cadencia que llevamos (ojo, la mayoría nos mide este dato por cada pie, dándonos el dato real, pero algunos miden solo el paso de un pie, por lo que en estos casos hay que multiplicar el dato que ofrecen por 2),
  • salir a correr algunos días sin mirar el reloj solo para concentrarnos en la cadencia (si tu cadencia habitual es baja te va a costar subirla, y hasta que no interiorices la nueva forma de correr pasará un tiempo y en cuanto dejes de estar concentrado en la pisada volverás a la anterior),
  • si corres con música prueba a llevar temas cuyo ritmo sea parecido a la cadencia ideal, como por ejemplo el Highway star de Deep Purple.

Bueno, espero que os haya resultado útil este post. Hasta el siguiente.

martes, 1 de noviembre de 2016

Vídeo de mi Maratón de NY'13 y consejos para la carrera

Los próximos días los más afortunados viajarán a Nueva York para correr el mejor maratón del mundo (por lo menos para mí lo es por el ambiente y todo lo que lo rodea).
Yo tuve la suerte de correrlo en 2013 y espero volver a hacerlo más veces. El año pasado, después de correr el Maratón de los Marines en Washington, estuve un par de días en Nueva York y la ciudad ya estaba preparándose para su maratón, que es al domingo siguiente del de Washington. No sabéis las ganas que me dieron de quedarme unos días más aunque solo fuera para ver la carrera.
Para los que vais a correrlo este domingo, y para los que no, os dejo aquí un vídeo que colgué en Youtube tras mi carrera de 2013 para que veáis, aunque solo sea un poco, cómo se vive este maratón desde dentro, el ambiente de la ciudad y lo entusiasta que es el público prácticamente en todo el recorrido.
Más abajo he hecho una lista de consejos para quienes vayan por primera vez a esta carrera. Mucha suerte a todos.


Consejos para disfrutar al máximo del Maratón de Nueva York:

- El vuelo. Si es la primera vez que haces un viaje transoceánico a América, una de las peores cosas es el cambio de horario y el jetlag que nos produce. Como en NY son seis horas menos que en España, mi consejo para el vuelo es no dormir demasiado para que al llegar a NY nos adaptemos lo antes posible a su horario. Lo mejor es irnos a dormir cuando allí sea la hora de dormir, no cuando lo sea en nuestra casa. Luego en el vuelo de vuelta, que normalmente es nocturno, entonces sí que es recomendable dormir para despertarnos al llegar a España, que será temprano por la mañana.

- Si es la primera vez que vas a viajar a los EE.UU. debes saber que nada más aterrizar lo primero que se hace es pasar el control de inmigración en el aeropuerto. Esto lleva bastante tiempo, sobre todo si la llegada de nuestro vuelo coincide con la llegada de otros vuelos internacionales, lo que es lo normal. Así que, ármate de paciencia, respeta la cola y al llegar donde el funcionario sonríe y cuando te pregunte para qué vas a EE.UU. deja claro que vas a correr el Maratón de NY. Te tomarán una foto y las huellas de los diez dedos de las manos. Si ven algo raro en tu nombre o en tus datos te llevarán a un cuarto para aclararlo, lo que te retrasará aún más. Así que, si vas en un grupo lo normal es que desde que el avión aterriza hasta que ya coges tu maleta, sales a la calle y os reunís todos, pueden pasar un par de horas o más fácilmente.

- Es buena idea hacer una fotocopia del pasaporte y dejarla en el hotel. Si pierdes el tuyo te facilitará el que te den un visado temporal para enseñarlo en el aeropuerto y poder volver a casa.

- Nueva York es una ciudad cara para comer en restaurantes, pero hay multitud de sitios para comer sin gastar demasiado. Hay muchos lugares donde te preparan comida para llevar o para comer allí mismo que además tienen sección de supermercado donde puedes comprar de todo a un precio razonable. Además, en estos sitios no se deja propina.

- Sobre las propinas. En EE.UU. es casi obligatorio dejar propina en bares, restaurantes, etc. Normalmente es un porcentaje de entre el 5% y el 15% dependiendo de lo satisfecho que hayas quedado con el servicio y te lo señalan en la cuenta. Si no dejas propina te mirarán mal.

- Nueva York hoy en día es una ciudad bastante segura (salvo que vayas por sitios raros a horas intempestivas, como en cualquier gran ciudad). Por la mayor parte de Manhattan hay muchísima gente a todas horas.

- Lo normal es que el viernes vayas a la Feria del Corredor a recoger el dorsal. No te olvides de llevar la carta que te habrán enviado y tu pasaporte. Hay que pasar un control de seguridad para entrar. La Feria es inmensa y seguramente vas a estar allí varias horas. Aunque no lo tengas pensado, acabarás comprando camisetas, gorros, guantes y varias cosas que verás con dibujos y motivos de NY y del maratón. Prepárate a gastar dinero.

- Se suele recomendar no hacer mucho turismo los días previos a un maratón para no cansar mucho las piernas. Eso puede valer para otras ciudades, pero NY es NY y hay que patearla. Si piensas subir al Empire State, al One World Trade Center o al Rockefeller Building (el que mejores vistas tiene) vete con tiempo para sacar las entradas, sobre todo si quieres subir a la hora de la puesta del sol. Lo mismo si quieres ir a la Estatua de la Libertad.

- El Maratón de NY es duro, porque tiene muchas cuestas y por el madrugón que te vas a pegar para ir a la salida. Lo mejor es olvidarte de hacer una buena marca (salvo que seas de la elite). O mejor aún, olvídate de la marca. Es un maratón para correrlo despacio, sacando fotos y disfrutando cada metro del recorrido. En pocos maratones hay tanto ambiente como aquí y es una pena no apreciarlo por querer correr rápido.

- Sobre el madrugón para ir a la salida. La salida está, como se dice normalmente, en casacristo. Si vas con una agencia te llevarán en autobús, y si vas por tu cuenta tendrás que coger el metro para luego tomar el ferry a Staten Island (es gratis, lo único gratis en la ciudad) y de allí un bus. Lo normal suele ser salir del hotel en Manhattan sobre las 5 de la mañana, aunque tu cajón de salida sea el de la 10:30.

- Una vez en la zona de salida tendrás que esperar varias horas a que te toque salir. Suele hacer mucho frío. Lleva toda la ropa vieja de abrigo que puedas. Luego se tira allí mismo y la recogen (toneladas de ropa) para la caridad de la ciudad. En este maratón se dan varias salidas con un intervalo de una media hora. En todas se hace el mismo protocolo de escuchar el himno de EE.UU., que lo canta en directo una cantante de Broadway, y luego te ponen el "New York, New York" de Frank Sinatra. Se te erizará el vello de todo el cuerpo. Por fin estás allí, en la salida y empiezas a correr. Ya lo has logrado.

- Los primeros kilómetros son en subida por el puente "Verrazano Narrows". Es un puente de una autopista con dos niveles. Si tu salida te toca por arriba, mejor. Si te ha tocado una de las que corren por el nivel inferior intenta cambiarla, porque por abajo no ves lo imponente que es este puente. A mitad del puente empiezas a bajar hacia Brooklin. Olvídate de todo y párate en mitad del puente a sacarte una foto.

- Una vez que entras en Brooklin ya hay público, grupos de música, gente animándote,... Una locura. Y así hasta la meta, salvo el paso en Queens por el barrio judío y el cruce de los puentes.

- Si no lo has hecho ya, pon tu nombre bien grande en la camiseta con la que vas a correr. Si te dieran un dólar por cada vez que gritan tu nombre el viaje te saldría casi gratis.

- Los dos sitios más impresionantes del recorrido son al terminar de cruzar el puente de Queensboro (el del cartel de la película "Manhattan" de Woody Allen, que te lleva de Queens a Manhattan) donde das un giro que te deja en la 1ª Avenida y oyes los gritos del público desde antes de verlo, y luego cuando ya entras a Central Park para hacer los últimos kilómetros. En estos sitios te dan ganas de que se detenga el tiempo y de quedarte allí para siempre sintiendo todo lo que sientes en esos momentos.

- Por cierto, para el público también son los mejores sitios para ver a sus amigos y familiares, ya que desde la curva de entrada a la 1ª Avenida pueden ir fácilmente hacia la zona de Central Park.

- La llegada a meta es otro de los grandes momentos. Lo has conseguido. Aquí todo el mundo termina la carrera. De unos 50.000 participantes se suelen retirar unos 300. Pero es un momento de sentimientos encontrados. Por un lado eres la persona más feliz de mundo por cruzar esa meta, y por otro lado lamentas haberla cruzado y que todo se termine ya. Por eso insisto en que NY es un maratón para correrlo despacio y saborearlo todo el tiempo que puedas.

-Tras la meta te dan la deseada medalla y una manta de plástico. Se tarda bastante en salir de la zona de meta y poder juntarte con tus amigos o familiares. Si tu hotel está lejos y no tienes a nadie que te haya llevado una mochila con ropa al punto de reunión que hayáis acordado, es mejor que tengas previsto cómo volver al hotel en metro.

- Y un último consejo: si no has leído mi novela "42,2 Muerte en Central Park" te recomiendo que la leas, ya que el protagonista describe kilómetro a kilómetro toda la carrera.

domingo, 30 de octubre de 2016

Concurso de blogs en RUNNEA

Se ha convocado el II Concurso de blogs deportivos #soyrunnerybloguer de la web RUNNEA, y en esta ocasión participo con este blog EL SUEÑO DE NUEVA YORK.

Así que, si eres de los que siguen mi blog y te gusta lo que lees, no dejes de votarme. Tienes de plazo hasta el próximo 16 de noviembre.

Podéis votar a mi blog en el siguiente enlace: http://www.runnea.com/concursos/blogs-skechers-2016/elsuenodenuevayork/


sábado, 29 de octubre de 2016

Entrevista en Ser Runners, en la Cadena Ser

El pasado viernes Jon Egaña y Verónica Gómez me hicieron una bonita entrevista sobre mi novela del Maratón de Nueva York "42,2 Muerte en Central Park" en su programa "Ser Runners".

Aquí podéis escucharla:
http://play.cadenaser.com/audio/1477666871_522358/?ssm=fb

martes, 25 de octubre de 2016

I Medio Maratón Zubiri Pamplona: qué gran carrera.

El sábado, el mismo día que en mi ciudad, en Bilbao, se iba a correr el Bilbao Night Marathon, decidí alejarme de la marabunta de corredores por las estrechas calles de Bilbao para correr por la amplia carretera que va de Zubiri a Pamplona aprovechando que se organizaba el I Medio Maratón Zubiri Pamplona. Y la verdad es que creo que acerté de pleno, pues fue una carrera muy bonita y perfectamente organizada.

Salida de la carrera. (Fotos Diario de Navarra).

Como sigo con la fatiga que ya me hizo retirarme del trail de Lekeitio del domingo 17 de octubre (en los análisis me sale alta la urea en sangre), el médico me aconsejó o no correr la carrera o hacerla muy suave y bebiendo mucho. Como ya tenía pagada la inscripción y el hotel elegí la segunda opción.
El sábado a las 9 de la mañana la organización nos llevaba en autobús hasta Zubiri. Allí había tiempo hasta las 11:00 (hora de la salida) para tomar un café y preparar las cosas. Un camión nos recogía las bolsas y nos las dejaba en meta.
Con el dorsal nos dieron una bonita camiseta, el vale para el bus y un vale para una cerveza y un pincho de txistorra en la meta.
Para animar la carrera estaba el speaker del ciclismo Juan Mari Guajardo, que como me conoce me hizo hablar antes de la salida un poco (qué vergüenza). También estaba el exciclista Joseba Beloki que acompañó en la carrera al cantante Serafín Zubiri, que está en la organización.
La carrera tenía un perfil descendente muy cómodo y pude correr suave como estaba previsto a pulsaciones bajas. Nos hizo un poco de frío (unos 11ºC) y a mitad de carrera llovió, aunque luego ya paró, por suerte.
El final es muy bonito y muy duro, ya que el último kilómetro era por la dura y famosa Cuesta de Santo Domingo, por donde empieza el Encierro de San Fermín, pero la entrada a meta en plena Plaza del Ayuntamiento de Pamplona merecía la pena ese último esfuerzo.
En la meta Guajardo me nombró de nuevo como si yo fuera alguien famoso del mundo del running, y además me entrevistaron para el suplemento del Diario de Noticias que salía el domingo y que la organización nos ha hecho llegar a todos a nuestras casas.
Ya en meta, además de la fiesta en la Sala Zentral con la cerveza y la txistorra, nos dieron una bolsa llena de productos de alimentación y podíamos ducharnos con agua caliente en un moderno polideportivo.
Por poner un pero, la entrega de las mochilas fue un poco lenta, pero tampoco nada exagerado.
En resumen: una carrera bonita, perfectamente organizada, con unos 900 participantes en su primera edición. Seguro que en los próximos años se va a convertir en una carrera de las que hay que hacer sí o sí.
Joseba Beloki en los últimos metros.

Serafín Zubiri entrando en meta.

Bastante participación femenina.

La entrevista que me sacaron en el suplemento del Diario de Noticias. Corredor profesional, jajaja. Y le dije que la idea era correr "suave" para descansar. Jijiji.


lunes, 17 de octubre de 2016

Trail BKT Lekeitio: Una retirada a tiempo es una victoria (dicen)

Ayer participé en la prueba de Lekeitio de la Bizkaia Kopa Trail, una liga de deportes de montaña (marcha, trail y mtb) que se organiza en varias localidades de Bizkaia. No había corrido en ninguna, pero al ver que ésta era en Lekeitio y que parte de la sección de Barro Runners de los Beer Runner de Bilbao iba a ir, pues me apunté. Mi idea era tomármelo como una tirada larga a ritmo moderado por un recorrido que en parte ya conocía.
El equipo, poco antes de la salida.

Aprovechando el buen tiempo y que tenemos casa en el pueblo fui con mi mujer el sábado para no tener que madrugar el domingo. Ella tomó parte en la marcha corta (unos 10 km) y yo, como he dicho, iba a hacer el trail largo (casi 20 km). No estoy en mi mejor forma después de mi maratón de Berlín hace tres semanas, pero el domingo pasado ya corrí 20 km (incluso apretando los últimos kilómetros) y no pensaba que iba a tener problemas para terminar esta carrera.
Pero...
Poco antes de salir nos dijeron que se iba a dar una vuelta neutralizada al pueblo antes del inicio real de la carrera. Y cuando se dio esa salida "neutralizada" la gente, como es habitual en estas carreras de montaña en la que la participación no es demasiado grande, salió como alma que lleva el diablo.
Cuando terminamos esos 700 metros "neutralizados", que además al principio eran en subida, yo ya iba casi el último del todo, con malas sensaciones y mis pulsaciones estaban anormalmente altas. Yo quería haber corrido gran parte de la carrera a unas pulsaciones controladas, sin pasar de mi umbral de 137 ppm, y resulta que en el primer kilómetro casi no me bajaban de 155 ppm, y eso que iba casi cerrando el pelotón.
Primer kilómetro "neutralizado". (Duyos fotografía).

El primer kilómetro, con subidas, lo hice en 5:17 y ya veía que me iba a costar completar la prueba mucho más de lo que había pensado. Cuando ya entramos en el camino de monte, donde hay varias cuestas cortas pero duras, solo tenía a dos corredores por detrás, y los que me precedían se me iban alejando más y más. Me esforcé en estabilizar el pulso y en coger un ritmo llevadero con la idea de acabar el recorrido sufriendo lo menos posible, pero luego pensé que era una tontería. Notaba algo de fatiga por Berlín y el sábado que viene voy a ir al Medio Maratón Zubiri-Pamplona, que es en asfalto y en terreno descendente, así que comprendí que lo mejor era no seguir forzando para no generar un cansancio mayor al cuerpo y dejarle recuperar del maratón en condiciones.
Llegué al cruce donde el recorrido largo se separaba del corto. Me paré un momento para decidir qué hacer. Por el corto tenía una buena cuesta para alcanzar la carretera y luego seguía subiendo fuerte por el monte.
Al final seguí un poco el recorrido largo hasta abandonarlo un poco después y salir a la carretera sin tanto desnivel. Luego ya tomé la carretera de vuelta a Lekeitio, unos cinco kilómetros cómodos y seguí trotando por ella hasta el pueblo para completar 11,3 km a 6:03 de media.
Pulso de la carrera. Como se ve claramente, la salida me mató.

¿Qué me pasó? Buena pregunta. Yo creo que ha sido una combinación de varios factores, a saber:

1.- Todavía estoy sin recuperar del todo del Maratón de Berlín y no puedo pretender salir cuesta arriba a ese ritmo en una carrera de monte de 20 km.
2.- Como pensaba hacer la carrera a ritmo tranquilo desde el principio, pues no calenté. Ya sé, un fallo.
3.- En la carrera éramos pocos (menos de 150 participantes), por lo que, al contrario que en la mayoría de las carreras de asfalto, no había un grupo grande de corredores de ritmos tranquilos con los que hacer un pelotón trasero. Prácticamente de salida iba solo y de los últimos del todo.
4.- Yo tengo una espondilitis psoriásica, que además de bastantes molestias y dolores de espalda y en algunas articulaciones que me fastidian de vez en cuando (y que me han apartado del ciclismo, que es mi deporte), a veces me genera un cansancio que me dura unos días, y justo esta semana he tenido uno de estos episodios.

En fin. Que sea por lo que sea hay que saber escuchar al cuerpo y en esta ocasión creo que tomé la mejor decisión. Espero descansar bien esta semana y el sábado en la Zubiri-Pamplona espero poder correr al ritmo que yo quiero sin sufrir. El recorrido es por asfalto y bajando todo el rato salvo al final, a la entrada a Pamplona por donde se corre el encierro de San Fermín. Mi idea es hacerlo en plan entreno de fondo tranquilo. Veremos.


domingo, 9 de octubre de 2016

¿Querer es poder? ¿No hay que rendirse nunca?

Hoy en día encontramos por todas partes frases de motivación para runners, tanto para los que empiezan ahora con esta bendita locura que es el deporte, como para los más experimentados maratonianos. “Nunca te rindas”, “Querer es poder” o “Tú pones los límites” son algunas de las más habituales.
Pero, además de la buena intención de animarnos que tienen los que nos las dicen, ¿qué hay de verdad en ellas? Si yo quiero bajar de 3 horas en un maratón, ¿seguro que voy a poder?
Voy a comentar algunas de estas frases que circulan por internet y que las leemos cada dos por tres en cualquier lado mientras medito un poco aquí qué hay detrás de esas frases para los mortales como nosotros, que no somos, ni nunca seremos, como Martín Fiz, ni como Emil Zatopek, ni como Kilian Jornet.


- "Hazte amigo del dolor, y nunca te encontrarás solo". Ken Chlouber. Creador del Ultra Leadville Trail 100, una de las carreras más duras del mundo.

Bien. Está claro que si queremos progresar como deportistas, en muchos entrenamientos y en muchas carreras vamos a sufrir. Si siempre corremos cómodos el cuerpo no experimenta adaptaciones al entrenamiento y no vamos a mejorar como deportistas. Pero, ¿qué pasa con el dolor? ¿Es necesario? Yo creo que no, sobre todo cuando el dolor es un indicio claro de una lesión. No es lo mismo sufrir por el ritmo y por la distancia, que sufrir un dolor físico. Si alguna parte de nuestro cuerpo nos duele mucho al correr, escuchemos al cuerpo y bajemos el ritmo o paremos del todo. Si no, estamos comprando muchos boletos para tener una buena lesión que tardará bastante en curar si no paramos a tiempo.
Así que, con todos mis respetos hacia Ken Chlouber, yo no quiero hacerme amigo del dolor (y además, disfruto mucho estando solo).

- “Es al borde del dolor y el sufrimiento cuando los hombres son separados de los niños”. Emil Zatopek.

Emil Zatopek era un portento de la naturaleza, y un hombre consecuente con sus ideas. En esta frase, atribuida a él, habla también del dolor y del sufrimiento, pero con un detalle importante, habla de estar al borde de ambos. Y aquí sí que estoy de acuerdo con el atleta checo. Ponernos al borde de nuestros límites es lo que nos hará acercarnos a los mismos. Y como bien dice la frase, en esa fina línea se separan los mejores de los demás.

- “Si crees en ti, puedes lograr cualquier cosa.”

No sé de quién es esta frase. Puede que tenga razón. Pero lo importante es tener el conocimiento suficiente de nuestras capacidades para saber hasta dónde podemos llegar y hasta dónde podemos creer en nuestras posibilidades. Ahora, si yo creo hasta el infinito en mí mismo, ¿de verdad que podré lograr cualquier cosa? Repito, ¿cualquier cosa?

- “Si realmente crees que puedes, no hay nada imposible.”

La misma frase dicha de otra forma. Imposible es una palabra que significa “que no se puede”, repito, significa “que no se puede”. Por mucho que yo crea que puedo batir el record del mundo de Maratón, no voy a poder lograrlo, está claro. Simplemente, como se suele decir, hay cosas que no se pueden lograr y además son imposibles. No nos engañemos.

- “¿Cuál es mi secreto? Una dieta que se llama ‘Levántate y entrena todos los días’.”

No sé dónde leí esta frase. Puede que tenga razón. La gente que consigue sus metas es, generalmente, muy disciplinada y se esfuerza al máximo.

- “Si has llegado hasta aquí podrás llegar a donde quieras.”

¿Seguro? ¿A donde quiera? Permitidme que lo dude en muchos casos. Está bien animar a la gente, pero creernos falsas expectativas solo conduce a frustraciones.

- “Los límites no están en tu cuerpo, están en tu mente.”

Ésta es de las frases más tontas que conozco. Está claro que si estoy motivado al 100% rendiré al 100%, o incluso un poco más, y hasta superaré un poco mis límites. Pero nuestro cuerpo nos pone un límite marcado, sobre todo (y hablando de deporte), por la genética. Un corredor lento por mucho que entrene correctamente nunca va a ganar a un corredor rápido que entrene también correctamente. En ciclismo siempre se ha dicho que de un burro no puedes sacar un caballo de carreras. Y, sintiéndolo mucho, en el deporte los mejores no son solo los que mejor y más entrenan, sino los que más capacidades físicas tienen y saben cómo desarrollarlas. Si no, las carreras las ganaría el que más y mejor entrena. Pero eso no es así. Los que están siempre cerca de las victorias y los récords entrenan igual de duro que los que se llevan las medallas. Sencillamente, los que ganan son mejores. Aceptémoslo.

- “Eres de otra casta. Eres maratoniano.”

A los maratonianos nos gusta mucho esta frase. También los ciclistas decimos que estamos hechos de otra pasta. Es cierto que hay deportes en los que llevamos más tiempo el cuerpo al límite y tonteamos a menudo con la épica del sufrimiento. Pero, siendo sinceros, no todos los maratonianos aguantan lo mismo, ni en el deporte ni en la vida. Eso sí, correr maratones nos ayuda mucho a saber soportar las adversidades que tiene la vida.

- “Hasta el más tonto corre maratones. Mantra para no fliparme más de la cuenta.”

Frase que no sé dónde la leí, pero que es un buen contrapunto a la frase anterior. A veces pensamos que por correr maratones somos la leche, pero si somos sinceros, habiendo tantas miles de personas que corremos maratones todos los años, lo lógico es que el porcentaje de gente idiota, miserable, impresentable, maleducada, maravillosa, ejemplar, inteligente, etc. sea más o menos el mismo que encontramos en la población en general. No somos especiales.


- “El correr es mi fuente de juventud, mi elixir de vida. Me mantendré eternamente joven.”

Está claro que el deporte ayuda a mantener nuestro cuerpo con salud durante muchos años. Hacer deporte habitualmente es fundamental para llegar a nuestra vejez en buen estado. Pero yo ahora que ya tengo 53 años, por mucho que esté “estupendo para mi edad”, como se suele decir cuando ya empiezas a tener una cierta edad, ya noto que el cuerpo no es el mismo que cuando tenía 30 años. Lo del “forever young” queda muy bonito en las canciones, pero, amigos, la vida pasa para todos, por mucho que nos fastidie.

- “Todo suma.”

Esta frase, dicha muy a menudo sobre los entrenamientos y las carreras que corremos, es una de las mayores estupideces que oigo y una de las fuentes de lesiones y sobreentrenamiento más habitual.
Si un día estamos muy cansados, o tenemos una sobrecarga que puede dar lugar a una lesión, lo más inteligente es no correr ese día, o correr muy suave unos pocos minutos. Y si no estamos entrenados no es buena idea correr una carrera, en la que seguramente vamos a ir más forzados de lo que debiéramos. Hay entrenamientos que en vez de entrenarnos nos generan una fatiga perniciosa. No todos los kilómetros suman. Si no los hacemos bien y no los combinamos con el descanso hay kilómetros que restan. No todo es correr y correr.

- “Nunca te rindas.”

¿Seguro? Yo más bien diría que no te rindas sin intentarlo, pero a veces la realidad se nos impone y abandonar una carrera es la opción más inteligente para nuestra salud. Aquí me gusta mucho la actitud de los alpinistas, sobre todo de los himalayistas. ¿Cuántas veces se retiran de una montaña cuando parece que la tienen al alcance de la mano porque saben que si siguen subiendo ponen en riesgo su vida? A veces hay que tener una buena cabeza para saber que una retirada a tiempo es una victoria. Rendirse no es fracasar.

- “¿Por qué debería practicar corriendo lento? Yo ya sé cómo correr lento. Quiero aprender a correr rápido”, Emil Zatopek.

Otra frase genial de Zatopek, pero que no la podemos aplicar para la mayoría de corredores. Cualquier entrenador nos hará ver la importancia de los entrenamientos “lentos”. No todo es hacer series o correr carreras en busca de nuestra mejor marca. Gran parte de los kilómetros que hace un maratoniano de elite son a un ritmo moderado para sus capacidades.

- “Sin correr no hay impacto. Sin impacto no hay dolor. Sin dolor no hay placer.”

Y dale con el dolor. Que no, que correr no debe doler. Y salvo que seas masoquista el dolor no genera placer.

- "Cada mañana, en África, una gacela se despierta; sabe que deberá correr más rápido que el león, o éste la matará. Cada mañana en África, un león se despierta; sabe que deberá correr más rápido que la gacela, o morirá de hambre. Cada mañana, cuando sale el sol, no importa si eres un león o una gacela, mejor será que te pongas a correr.”

Frase muy bonita que supuestamente es un dicho africano. La relaciono con lo de que “todo suma”. Correr todos los días no es lo mejor para los corredores populares. Hay que dejar días para el descanso, sin correr.
Y ya puestos, si analizamos la frase, los que no solo nos echamos siestas con los documentales de la 2, sino que también los vemos, sabemos que los leones se pasan la mayor parte del día tumbados y durmiendo haciendo la digestión de las comilonas que se pegan, y solo corren para cazar de vez en cuando, no todos los días. Y las gacelas, como herbívoros que son, la mayor parte del tiempo lo pasan pastando y digiriendo la hierba que comen. Así que, podríamos cambiar la frase y decir que no importa si eres león o gacela, cuando salga el sol lo mejor es que estés descansando y haciendo la digestión.

Bueno. Espero que os hayan gustado mis reflexiones.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Cómo me topé con el Muro de Berlín

El 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín, o eso creía yo hasta que llegué al km 34 del Maratón de Berlín del pasado domingo.
Pero vayamos por partes, como decía el viejo Jack (el Destripador).

Recta final. Me costó llegar hasta allí, la verdad.

Como os comentaba en mi última entrada llegaba a este maratón mejor que nunca y con muy buenos datos para intentar bajar de 3:39 (mi MMP). Sabía cómo tenía que correr y tenía bien planificada la carrera.
Pero luego, allí, en algún lugar de la capital alemana cerca de Breitscheidplatz, en el km 34 de la carrera, me di de bruces con el Muro de Berlín, ése que felizmente derribaron hace ya años para todo el mundo menos para mí (y supongo que para muchos otros compañeros de fatigas).
La pregunta es: ¿por qué? Sabiendo que estaba bien y sabiendo a qué ritmos tenía que correr cada tramo de la carrera precisamente para que no me pasara esto, ¿por qué me pasó?
Y las respuestas son: por idiota, por ambicioso, por pecar de entusiasmo, por perseguir una marca, por…
Justo unos días antes de la carrera un amigo me escribió para animarme y para decirme que iba a conseguir mejorar esa MMP porque no conoce a nadie tan milimetrado como yo a la hora de correr. Pues sí, normalmente soy milimetrado y corro como tengo que correr, pero este domingo no lo hice.
Yo, según la prueba de esfuerzo y según los últimos entrenamientos, debía correr hasta la Media Maratón sin pasar de 137 ppm y luego hasta el km 38 sin pasar de 153 ppm. Si hubiese tenido un día bueno, a ese ritmo iba a correr a cerca de 5 min/km o poco más. Eso me hubiera asegurado llegar a la segunda parte de la carrera con chispa para luego acelerar poco a poco y terminar a tope como hice en Sevilla’15. Y con mi estado de forma actual seguramente podía haber terminado en Berlín en menos de 3:39.
¿Y por qué no corrí así? Pues porque también sabía que si tenía un día perfecto podía acercarme a terminar en un tiempo de 3:30, lo que me daba acceso a calificarme para Boston en los siguientes dos años. Así que, además de mirar el pulso iba mirando el ritmo, y ahí veía que iba un poco lento para esa marca. Y así, cuando estaba viendo que mi pulso en esa primera mitad de carrera se acercaba a 140 ppm (o incluso un poco más a veces), aunque intentaba bajarlo tampoco frenaba la suficiente. “Por 2 o 3 pulsaciones por encima no pasará nada” pensaba en mi obcecación por correr rápido. Además, también me pasé de las 153 ppm demasiado pronto.
"No pasará nada", seguía pensando. Y sí, sí que pasa.

Gráfica de mi pulso en la carrera. Subo de pulsaciones antes de tiempo y se ve la caída en la parte final. KO.


Pasa que, de entrada, estaba tan concentrado en el ritmo que no disfruté de la carrera (que siempre ha de ser mi principal objetivo). Berlín es un gran maratón, uno de los Majors, y yo me lo perdí por no mirar más allá del tiempo. No aprecié en su totalidad el ambiente de la gente animando, que sin llegar a ser como en Nueva York (nada es como en Nueva York) la animación del público era muy buena, excelente. No gocé de la inmejorable organización ni de la compañía de los demás corredores de todo el mundo (ni siquiera intercambié unas palabras con otros corredores). En fin. Me perdí muchas cosas por un sueño imposible de alcanzar sin correr con cabeza.
Puedo hablar de lo mal que dormí los días previos, del calor que hizo para ser Berlín a finales de septiembre, de… Excusas. Excusas que no justifican una mala carrera.
El caso es que corrí a 5:16 hasta el km 34. Un ritmo para hacer MMP si lo hubiera podido mantener. Pero a partir de ahí vi que no podía seguirlo. Sin más. No tenía hambre, pues en cuanto a geles y glucosa tomé más o menos lo de siempre y no fue una pájara por bajón de glucemia (como me pasó en mi primer maratón en Barcelona’96). Simplemente fue que al haber ido forzando ese poquito desde el principio, cuando llegué al punto en el que debía echar el resto ya no me quedaba nada del resto. Gasté mis balas demasiado pronto y cuando llegó el duelo final me quedé desarmado. Y ahí se me fueron 10 minutos en los últimos y eternos 8 kilómetros. Incluso tuve que pararme un poco un par de veces porque literalmente no podía con mi alma.
Según mi médico, Joseba Barrón (Senkirol.com) lo que me pasó es que: "Desde mi punto de vista la primera media está bien realizada. Prueba de ello es que tenías glucógeno suficiente para alcanzar tu frecuencia cardíaca máxima habitual en competición. Solo ha habido un error de precipitación que comparto con tu lectura de la carrera. El ascenso progresivo del pulso de la segunda mitad ha sido demasiado rápido. Eso se ha debido a la búsqueda de un ritmo por km en vez de un ritmo fisiológico de pulso. Ir por encima del segundo ritmo de carrera antes de llegar al km 38 ha supuesto el agotamiento de los depósitos de glucógeno".
En fin. Tampoco me puedo quejar ya que 3:49:09 es mi 4ª mejor marca de mis 15 maratones. Y he aprendido una buena lección. Espero que no me vuelva a pasar.
Por lo demás, y aparte de lo deportivo, el viaje a Berlín ha sido una maravilla. He conocido una ciudad estupenda y me lo he pasado en grande con mis amigos de los Beer Runners de Bilbao, Jon, Javi, Gabi y Enrique. Todos ellos terminaron y disfrutaron (y sufrieron) la carrera. Son unos grandes. Grandes personas y grandes deportistas.
Jon corrió conservador y así y todo hizo su primer maratón en 3:31:12. Seguro que en sus piernas tenía 3:20, pero creo que hizo bien en no arriesgar y acabar con muy buenas sensaciones y una marca muy buena. Gabi terminó su segundo maratón en 4:00:37, pero podía haber hecho mucha mejor marca ya que la primera parte estuvo acompañando a Javi. Como muestra de lo bien que llegó al final está el dato de que corrió el km 40 en 4:34. Chapó. Enrique se reguló muy bien y terminó en su debut en la distancia en 4:02:13 muy entero. Javi, por su parte, sufrió al final de molestias en las piernas para terminar en 4:15:58. También era su primer maratón. Enhorabuena a todos. Seguro que habrá más maratones para todos.
Y aquí os dejo unas cuantas fotos del viaje. Hablan por sí mismas de lo mucho que hemos disfrutado.










Con Martín Fiz en el aeropuerto de Bilbao. Qué grande es este tío. Dijo que quería hacer 2:26:30 y terminó en 2:26:32. Récord del Mundo de nuestra categoría M50 (somos de la misma edad) y un paso más en su reto de ganar los seis Majors. Un gran campeón muy asequible para los del montón como nosotros.

La correcta hidratación ha sido una parte fundamental en el viaje.

Soñando despierto el viernes.





Ya estábamos todos los importantes.

Paseo el sábado por la mañana trotando un poco.














Después de la carrera la foto del viernes cambió un poquito.



Impresionante el edificio del Parlamento alemán.


















Tiempos de paso intermedios. Muy regular hasta casi el km 35.