miércoles, 9 de enero de 2019

Cross Zornotza: mi primer cross

El pasado domingo, día de Reyes, corrí un cross por primera vez en mi vida. Además, fue en uno de los grandes, en Zornotza, un cross de 65 años de historia, ahí es nada, en su carrera popular de 4,7 km.
Llegando a meta, con ganas de parar.

Ya me imaginaba que me iba a resultar una carrera muy dura. Primero, porque no estoy en forma todavía y un cross de 5 km es una serie a tope de veintitantos minutos, demasiado larga. Y segundo, porque desde que a mediados de diciembre comencé con la pretemporada, tras el descanso que hice después de los maratones de noviembre, había acumulado varios días seguidos de diferentes deportes, (ciclismo, montañismo, trail y un día de series) por lo que ya llegué a Zornotza con las piernas algo cargadas.
Pero bueno, cuando el día de Navidad, en la salida en bici con la S.C. Bilbaina, Belda me comentó lo del cross popular, decidí apuntarme. Me apetecía probar y meter ya un primer día en enero exigente.
Como la carrera popular era a las doce menos diez, fui con Belda y Verónica desde Bilbao sin tener que madrugar. Hacía frío pero el tiempo estaba muy seco desde días atrás, por lo que el cross iba a disputarse sin barro. Menos mal, ya que yo no tengo zapatillas de cross con clavos y llevé las de trail, que agarran menos y pesan más.
En Amorebieta nos encontramos con más conocidos, como Iñakitxu, Josean, Adriana, Tania, Inma Ruiz y otros corredores habituales.
Tras un café, un calentamiento y un pis para soltar nervios, nos colocamos en los cajones de salida, que me recordaron a los que usan en los hipódromos para las carreras de caballos, ji, ji.
Se dio la salida y los 81 participantes del cross popular salimos como centellas. Según mi Garmin esos primero metros corrí a menos de 4 min/km, y así y todo enseguida iba de los últimos.
Sé que a Iñaki, aunque no esté en forma (como dice siempre), estas carreras cortas le gustan y las corre rápido. Y también sé que normalmente las termina más lento que al principio. Así que mi estrategia era tenerle a él como referencia. Pero nada más salir dejé de verle. Miraba para delante y no le veía. A quien sí que veía era a Belda, que iba un poco por delante de mí, así que le tomé a él de referencia.
Ya con las pulsaciones a tope (toda la carrera unas 10 pulsaciones por encima de mi umbral, resoplando) en una de las curvas oí a alguien animar a Iñaki, que iba justo pegado a mí. Bueno. Iba bien. Belda por delante se me iba muy poquito a poco y por detrás Iñaki no me pasaba. A seguir así hasta donde pudiera.
Con las zapatillas de trail no iba muy mal al estar la hierba casi seca, pero sí que notaba que los que corrían con zapatillas de clavos corrían más ligeros que yo. Solo había un charco en todo el circuito y se esquivaba bien.
Más o menos al terminar la primera vuelta de las dos que teníamos que dar, Iñaki me adelantó y luego adelantó a Belda. Eso significaba que él, por una vez, iba corriendo de manera regular y que yo iba bajando poco a poco el ritmo. Normal, el corazón me estallaba.
Cuando me quedaba menos de un kilómetro para terminar, me empezó a doler el costado, tanto que en la última de las subidas del circuito, justo antes de meta, tuve que detenerme unos pocos segundos. Pese a ello, entré en meta con un tiempo de 22:36, a 12 segundos de Belda y a 30 segundos de Iñaki. Hice el puesto 66 de 81 y me salió una media de 4:54 min/km No está mal, los pros corren por ahí a 3 mimn/km. Por lo menos no llegué el último.
Vero entró un poco más tarde y nos sacamos unas fotos antes de ir a tomar una cervecita y a cambiarnos.
En fin. Una bonita experiencia y un buen dolor de sóleos esta semana. No sé si repetiré. A mí me van más las carreras largas en las que regulas más el ritmo. Estas carreras tan cortas son demasiado explosivas para mí y son una agonía. Aunque eso sí, pero pareció muy bonita.



Al terminar la carrera.

Antes de empezar a calentar.






Verónica.

Iñaki con Adriana.

Belda.












Con Tania, tercera en féminas.

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