Casi todo el mundo, sea o no aficionado al atletismo o al deporte, ha oído contar que la carrera del Maratón (los famosos 42,195 km) surgió como un homenaje a la gesta del soldado Filípides, quien, se cuenta, recorrió esa distancia entre la llanura de Maratón, donde el ejército ateniense acababa de derrotar al ejército persa invasor, y Atenas para comunicar la victoria antes de morir por el esfuerzo.
¡Ay, las leyendas! Las leyendas son mucho más fáciles de transmitirse de generación en generación que la historia real. Y, además, de generación en generación, las leyendas van mutando hasta que la historia original queda diluida y convertida en algo totalmente diferente.
En primer lugar, hay que decir que entre Maratón y Atenas no hay algo más de 42 km de distancia, sino algo menos de 40 km. De hecho, la primera carrera de maratón, la que tuvo lugar en las primeras Olimpiadas de la edad moderna en Atenas el 10 de abril de 1896 con victoria del atleta local Spiridon Louis, se corrió sobre una distancia de unos 40 km. No fue hasta las Olimpiadas de 1908, en Londres, cuando se corrió el maratón con una distancia de 42,195 km, aunque esa distancia no se hizo oficial y definitiva hasta las Olimpiadas de París, en 1924 (podéis leer más sobre todo esto aquí).
En segundo lugar, los historiadores dudan que Filípides fuera un personaje real. Seguramente fue una figura legendaria que ha pasado al imaginario popular. Es cierto que en el ejército griego había hemeródromos, mensajeros que llevaban las órdenes o los mensajes corriendo (y supongo que también a caballo), pero no es seguro que Filípides fuera una de ellos, o que fuera el mensajero que, supuestamente, llevó el mensaje en la batalla de Maratón.
La batalla
En septiembre del año 490 a.C., en medio de la guerra entre Persia y Grecia, ocurrió la batalla de la llanura de Maratón, cerca de esa localidad griega, donde había desembarcado parte del ejército persa, a las órdenes del rey Darío I.
El ejército griego, al mando de Milcíades, era mucho más reducido en número que el persa. Por ello, Milcíades estaba muy interesado en que la vecina Esparta se uniera a Grecia contra los persas. Según el relato de Heródoto, Milcíades encargó a un hemeródromo, supuestamente Filípides, que recorriera la distancia hasta Esparta (unos 260 km) para pedir su ayuda. Lo hizo en dos días.
Aunque Esparta no respondió a ese mensaje, los griegos lograron, pese a su inferioridad numérica, expulsar a los persas. Pero, como la flota persa seguía intacta y se iba a dirigir hacia Atenas, Milcíades envío de nuevo a un hemeródromo para informar de la victoria y para avisar de la llegada de los barcos persas. Se cuenta que ese mensajero murió al llegar. Pero, ¿era Filípides? ¿No había ido a Esparta antes? ¿De dónde viene esta leyenda?
La leyenda
Unas décadas después de esta histórica batalla, el historiador griego Heródoto escribió el relato de la misma y allí hablaba de la primera carrera de Filípides para ir hasta Esparta, pero no mencionaba nada del segundo viaje a Atenas.
Fue otro historiador, el romano Plutarco, quien, cinco siglos después de la batalla de Maratón, hablaba del viaje a Atenas, pero según él, fue un tal Tersipo, otro hemeródromo, quien lo llevó a cabo.
Y un siglo después, era otro historiador, Luciano de Samósata, el que decía por primera vez que Filípides fue quien llevó el segundo mensaje a Atenas.
Para los atenienses, la leyenda de la gesta de Filípides seguro que resultó muy popular, mucho más que reconocer que, finalmente, también el ejército de Esparta, con unos 2.000 soldados, recorrió en dos días los más de 200 km hasta Atenas para ayudar a sus vecinos a luchar contra los invasores.
A partir de aquí, la leyenda fue haciéndose más popular y en 1879, el poeta Robert Browning escribió el poema titulado “Filípides”, poema que inspiró al académico Michel Bréal, amigo del barón Pierre de Coubertin, para incluir la carrera de fondo entre Maratón y el estadio olímpico de Panathinaikó, en el corazón de Atenas, en los primeros Juegos Olímpicos modernos de 1896.
Confirmar la leyenda
Como las crónicas de aquella batalla se escribieron mucho después de los acontecimientos y las fuentes son dudosas, es imposible saber si realmente existió Filípides y si corrió hasta Atenas para morir tras dar la noticia. Para muchos expertos, es solo una leyenda romántica.
Pero, sí que es posible averiguar si una persona puede correr de Maratón a Esparta en dos días. Y, como es posible hacerlo, pues alguien lo hizo.
En 1982, el comandante de la Fuerza Aérea Real británica, John Foden, y cuatro oficiales corrieron 246 km entre Maratón y Esparta, ida y vuelta, para ver si era posible hacerlo en dos días. Tres de los cuatro lo lograron en algo más de 37 horas y media.
A partir de ese año, se corre el ultramaratón llamado Espartatlón, sobre ese recorrido.
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